35 años de Chernóbil y las lecciones del mayor desastre nuclear en la historia

El 26 de abril de 1986 explotó el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil, al norte de Ucrania y en aquel momento parte de la Unión Soviética. La catástrofe cambió para siempre la historia de la humanidad, no sólo en el campo de la seguridad nuclear. Hay, por ejemplo, quienes atribuyen al desastre de Chernóbil la disolución de la Unión Soviética. Y, además, estudios científicos posteriores demuestran que aún están por verse las secuelas que la radiación ha dejado en el terreno afectado. Con los años, Chernóbil se convirtió en un acontecimiento del que, visto con perspectiva, se pueden extraer varias conclusiones.

La importancia de actuar a tiempo

Cuando el reactor número 4 estalló, se puso en marcha un proceso de una magnitud que nunca se había visto en acción. Se calcula que se esparció en el aire el material radiactivo equivalente a 500 bombas atómicas, lo que auguraba una tragedia inminente. Según la ONU, alrededor de 50 muertes son atribuibles a la explosión, pero tras la detonación muchas más podrían haberse evitado si las autoridades hubiesen reaccionado a tiempo.

Cómo le fue a Biden en sus primeros 100 días en la Casa Blanca (y qué le espera en los próximos 100)

Sólo hasta la tarde del día siguiente fueron evacuados los trabajadores de la planta y los habitantes de Prípiat, la ciudad a 3 kilómetros de la planta. Fueron alrededor de 50.000 personas trasladadas cuando la radioactividad se desplazaba a toda velocidad, llegando en cuestión de días a miles de kilómetros de distancia del epicentro del incidente.

Al final, la primera alerta pública de lo que estaba pasando llegó hasta el 28 de abril, desde la planta de Forsmark, en Suecia, a más de 1.100 kilómetros de Chernóbil. Desde Finlandia y Alemania también llegó información sobre los altos índices de radiactividad, pero el secretismo pudo más que la urgencia para contener la catástrofe nuclear.

Esconder información, una aterradora política de Estado

Tras el accidente, el gobierno soviético siguió su primer impulso, y evitó ser transparente con lo que estaba pasando en Chernóbil. Tenían el antecedente de septiembre de 1957, cuando estallaron materiales radiactivos en Kyshtym, en los montes Urales. En aquel momento la información fue clasificada de inmediato, pero también es cierto que el incidente fue muchísimo menor. Si no fuese por los actores en Occidente, y la información que los medios de comunicación pasaban al otro lado de Europa, la Unión Soviética hubiese revelado lo sucedido a cuentagotas, si acaso.

¿Está Internet preparada para el regreso de Trump a las redes sociales?

The Washington Post calculó en su momento que el total de fallecimientos vinculados de una u otra manera con el accidente de Chernóbil superó las 15.000 personas. Las cifras oficiales hablan de unos 4.000 fallecimientos. De lo ocurrido en Chernóbil se enteró a las pocas horas el entonces presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, pero el hermetismo y la intención de encubrir la explosión decantaron en que el gobierno solo se refiriera oficialmente al accidente luego de 18 días de silencio. Para muchos, el caso sentó el precedente definitivo para dinamitar el clima en el interior de la Unión Soviética, convenciendo por completo a quienes no confiaban en las instituciones de la URSS por esa época.

El peligro de la energía nuclear

El accidente de Chernóbil ocurrió por una serie de errores mortales. Un fallo humano de un operador de la planta y el exceso de confianza en una tecnología que necesita protocolos de gran cuidado resumen, de manera muy general, la catástrofe que 35 años después conocemos. La radioactividad se convirtió en un peligro para la salud de miles, obligando finalmente a evacuar a más de 100.000 personas entre Ucrania y Bielorrusia, y contaminando unos 142.000 kilómetros cuadrados. Las secuelas fueron trágicas, con miles de muertes por problemas de salud graves ocasionados por esa radioactividad.

Caso George Floyd: ¿Chivo expiatorio o esperanza para reformar la policía?

Toda la ciudad de Prípiat fue evacuada, y los 30 kilómetros a la redonda del epicentro de la explosión se encuentran clausurados. Lo más aterrador es que la radiación podría permanecer por unos 24.000 años en las zonas cercanas. Lo ocurrido el 11 de marzo de 2011 en Fukushima, el otro gran desastre nuclear de nuestros tiempos (en su caso por un accidente natural), ocasionó apenas una muerte in situ, y se le atribuyó otra por cáncer unos años después. Es improbable que una tragedia como la de Chernóbil vuelva a ocurrir.

Los nuevos estudios

Recientemente, varios estudios han dado nueva luz sobre las consecuencias del desastre de Chernóbil. Este mes, la revista científica Science publicó un artículo que concluía que no hay pruebas para suponer que las personas expuestas a la radiación de Chernóbil hayan podido transmitir algún tipo de mutación a sus hijos, concebidos luego de la exposición de los padres a la radiación. Tampoco ha podido la Fundación Radiation Effects Research asociar la lluvia de Chernóbil con los casos de cáncer de tiroides entre los expuestos a la radiación.

¿Está la iglesia colombiana participando en política?

Sin embargo, otra investigación puso el acento sobre la calidad del suelo de los kilómetros afectados seriamente por la explosión. En 2020, la Universidad de Exeter, junto con el Instituto de Radiología Agricultural Ucraniano, concluyeron que los suelos de cosecha cercanos a la central nuclear siguen contaminados. Encontraron radioactividad que sobrepasa los límites de seguridad que señala el gobierno ucraniano, algo que ya había sucedido anteriormente con la leche en varias regiones de Ucrania.

4 Comentarios

Deja un comentario

Diario Criterio