“Entendiendo a los demás, la literatura nos ayuda a entendernos a nosotros mismos”
Foto de apertura: Simone Padovani.
En el marco de la Feria del Libro de Bogotá se publicará en Colombia ‘A orillas del mar’, un libro del nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah. El escritor habló de su novela en una rueda de prensa con varios medios de habla hispana.
Muchos de los libros de Abdulrazak Gurnah, el último Premio Nobel de Literatura, tratan sobre el desarraigo, la migración y los efectos del colonialismo europeo en África. No se trata de un capricho. Son situaciones que él mismo experimentó de primera mano, cuando creció en lo que entonces era el Sultanato de Zanzíbar (hoy parte de Tanzania) y cuando tuvo que irse a Inglaterra a sus 18 años, como un refugiado, huyendo de la revolución que había derrocado al sultán y a la élite gobernante.
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Por eso, no sorprende que los temas aparezcan una y otra vez en sus obras. Desde Memorias del desarraigo (1987) —su primera novela– hasta Afertlives (2020), la más reciente. Pasando por Paraíso (1994), su libro más conocido, protagonizado por un niño que, entre otras cosas, es testigo de cómo las tropas alemanas comienzan a ocupar el territorio africano durante la Primera Guerra Mundial, cambiando para siempre el territorio que había conocido y en el que había aprendido a vivir.
“A lo largo de toda mi vida adulta he tenido que lidiar con el desarraigo, con el hecho de estar en otro país. Ahora mismo hay millones de personas en la misma situación, personas del sur global que intentan llegar a los países del norte. Es un fenómeno global”, explica el nobel, en una rueda de prensa con varios medios de habla hispana, entre los que estuvo Diario Criterio.
Gurnah atendió a la prensa para celebrar la publicación en español de A orillas del mar, su sexta novela, publicada originalmente en 2001 (hace más de 20 años), un éxito entre los críticos que ese año fue preseleccionado para el Booker Prize, el premio más prestigioso de la industria editorial angloparlante, y que algunos consideran una de sus mejores novelas.
Su llegada a los países de habla hispana se debe a que Salamandra obtuvo los derechos para publicar la obra en español de Gurnah a finales del año pasado y desde entonces ha venido sacando nuevas ediciones de sus novelas. La de Paraíso, por ejemplo, llegó a las librerías colombianas en diciembre. Esta, que es la segunda en ser publicada, saldrá a la venta en abril, justo en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo).
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A orillas del mar (traducido en ediciones anteriores como En la orilla) narra la historia de Saleh Omar, un comerciante de 65 años que decide dejarlo todo y huir de la isla de Zanzíbar para irse a Londres, sin manejar el idioma ni la cultura, y quien debe aprender a vivir en su nuevo país con ayuda de Latif Mahmud, poeta experto en suajili, profesor y exiliado voluntario que vive apaciblemente en un apartamento de Londres.
Otra historia sobre el desarraigo que nació cuando Gurnah vio (no recuerda bien cuándo) un episodio que lo marcó. “Un avión en Afganistán que iba de Kabul a Herat, cubriendo una ruta local, fue secuestrado y los secuestradores obligaron al piloto a volar hasta Londres”, recuerda.
En las imágenes de los noticieros pudo ver cómo, luego de negociar con los secuestradores, muchos de los pasajeros salieron del avión, vestidos con ropas afganas, asustados, preguntándose cómo iban a sobrevivir en un país extraño, del que no conocían el idioma ni la cultura, y justo cuando solo estaban preparados para un viaje local. “Entre las familias salió un hombre mayor solo, con una barba gris poblada que le llegaba casi hasta el ombligo”, cuenta.
Al día siguiente, cuando se enteró de que todos los pasajeros habían pedido asilo, no pudo dejar de pensar en ese mismo hombre: “¿Qué tiene en mente ese hombre de la barba? ¿Qué razones podría tener alguien de esa edad para renunciar a su vida anterior y empezar de nuevo? ¿Es resignación o derrota?”, se preguntó. Y de esas dudas y preguntas nació el personaje principal.
Una vez lo tuvo en mente, no fue tan difícil armar el personaje, por más complejo que fuera su interior. “El reto era imaginarse a una persona mayor, como de 60, que llega a esa situación en la que se convierte en un extranjero luego de una vida difícil, de perder sus seres queridos, a su país –dijo–. Si le quitas esas cosas a una persona y le das experiencia y madurez, le permitirás reflexionar de cierta forma. Y una vez encontré esa voz, no fue tan difícil entrar a su mente”.
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La nueva edición del libro llega justo cuando la migración parece desbordada. No solo por el flujo de personas de Asia, Oriente Medio, África y América Latina que buscan llegar a Europa o Estados Unidos huyendo de las guerras y de la pobreza, un fenómeno que viene desde hace varios años, sino por la guerra en Ucrania, que tiene a millones de ucranianos llegando a los países vecinos.
“No estoy seguro de si los editores y el público son más conscientes y más comprensivos hoy respecto a los refugiados y a los desplazados que en esa época”, explicó el escritor tanzano. “Creo que deberían, porque todos los días aparecen en los periódicos acontecimientos terribles. Aunque siento que en algunas partes de Europa sigue habiendo reticencia y racismo”.
Algo que no se ve tanto con los refugiados de Ucrania (blancos y europeos), lo que Gurnah no deja de señalar como hipócrita. “No resulta sorprendente porque son sus vecinos y algunos hacen parte incluso de la misma familia, pero sí es triste. Es triste que este tipo de hospitalidad no se extienda también a los afganos, a los sirios o a los iraquíes que aparecieron en la frontera entre Polonia y Bielorrusia”, añadió.
Gurnah, quien aún se muestra feliz y agradecido por el Nobel (fue el primer africano en ganar el premio luego de 38 años), aunque se queja de la forma en la que los compromisos asociados con el premio le han restringido el tiempo libre para escribir, cree que en casos como el actual, o en momentos de tiranía, la literatura cumple un papel importante: el de ayudar a entender y comprender, aún más que el periodismo, la historia o los estudios académicos.
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“Leemos porque así, entendiendo mejor a los demás, podemos entendernos a nosotros mismos. La literatura sirve para conocernos y también es una buena forma de engancharnos con lo que no conocemos, una buena forma de aprender”.
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Buena historia y real en estos tiempos y esta sociedad racista