Saab y De la Espriella, ¿una relación más allá de lo profesional?

Abelardo de la Espriella fue abogado de Álex Saab entre 2013 y 2019, y siempre ha dicho que lo representó en casos dentro de Colombia que nada tenían que ver con Venezuela. Sin embargo, en Estados Unidos tratan de establecer los alcances de los servicios prestados por De la Espriella.

“De Saab fui abogado; jamás tuve negocios con él (ya le han preguntado por mí y eso ha dicho)”. Así le respondió De la Espriella al senador Gustavo Bolívar, quien lo cuestionó por sus relaciones con Álex Saab, el empresario barranquillero extraditado el pasado fin de semana a Estados Unidos.

No es la primera vez que él responde de esa manera a quienes lo vinculan con Saab. Ha asegurado, por ejemplo, que dejó de ser su abogado en 2019, cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac, por su sigla en inglés) incluyó al barranquillero en su lista negra y congeló sus cuentas. Y también ha reiterado que sus labores como defensor de Saab estuvieron apegadas a la ley.

Precisamente, con la extradición de Saab a Estados Unidos, varios de los investigadores y expertos que han seguido el caso consideran que las autoridades de ese país están interesadas en entender y saber el alcance que tuvo la relación profesional entre los dos. “Un grupo de la DEA y IRS [Impuestos de Estados Unidos] llevan tiempo tratando de establecer los servicios prestados por De la Espriella y si trató de adelantar algunas acciones con la Justicia de Estados Unidos”, dijo un colaborador de la DEA en Colombia.

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Abelardo de la Espriella, de derecha a izquierda

De la Espriella se ha mostrado como un gran crítico de Nicolás Maduro, al punto de que en julio de 2017, en una columna en El Heraldo, sugirió que había que matarlo para superar la crisis en Venezuela. “Los venezolanos de bien y la comunidad internacional en pleno deben entender que la muerte de Nicolás Maduro se hace necesaria para garantizar la supervivencia de la República”, aseguró.

También se presenta como un promotor de las ideas de derecha y como un crítico implacable de la izquierda. Ha sido, además, abogado del expresidente Álvaro Uribe Vélez y de varios políticos investigados por nexos con los paramilitares.

Así mismo, como lo señala el periodista Gerardo Reyes en su libro sobre Álex Saab, De la Espriella tenía afinidad “ideológica” con el paramilitarismo. Así lo demostró en una entrevista que le dio a Semana en 2008, en la que, sin embargo, dejó claro que no había sido abogado de miembros de las autodefensas.

“A Ernesto Báez, a quien considero el romántico de las autodefensas, y a Jorge 40 los conocí en las mesas de negociación y entablamos una muy buena amistad. Mancuso es mi paisano y se echó a espaldas una lucha que debimos haber dado todos los cordobeses. En el lugar de él, yo habría hecho lo mismo: me han querido señalar como ‘paraco’, pero, como dice Uribe, si me hubieran querido matar y extorsionar, habría sido ‘paraco’ de verdad, con uniforme y con fusil”, dijo en ese momento.

Las mesas a las que se refería fueron los negociaciones que adelantó en 2003, entre el gobierno de Álvaro Uribe Vélez con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

En todo caso, ni su cercanía con la derecha colombiana ni su animadversión a Maduro le impidieron ser abogado de una persona tan cercana al chavismo como Saab. Incluso, De la Espriella salió en defensa del empresario cuando ya se estaban conociendo las denuncias de cómo se estaba enriqueciendo a costa de su cercanía con el régimen de Venezuela.

De la Espriella, al rescate de Saab

En agosto de 2017 –un mes después de la polémica columna de Abelardo de la Espriella–, la entonces fiscal Luisa Ortega aseguró que Saab y Maduro se habían enriquecido con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), un programa para distribuir alimentos a barrios necesitados.

Según Ortega, eso se logró gracias a que el gobierno de Venezuela le entregó contratos de los CLAP a Group Grand Limited (GGL), una empresa que estaba vinculada al empresario barranquillero y que presuntamente vendía a sobre costo. La fiscal aseguró que GGL era en realidad de Maduro y que Saab era su testaferro.

De la Espriella contraatacó y amenazó con que denunciaría a Luisa Ortega por difamación. “(Saab) No tiene nada que ver con esa empresa de alimentos. Álex Saab no hace parte del gobierno venezolano, es un contratista del Estado que ha cumplido a cabalidad con todas las obras que ha ejecutado”, dijo el abogado, en agosto de 2017, a El Heraldo.

El defensor también trató de anticiparse a quienes señalaban su supuesta incoherencia por representar a Saab y a la vez ser crítico de Maduro. “(Si Saab) fuera socio de Nicolás Maduro, yo no estaría defendiéndolo. El país conoce mi posición frente al régimen de Venezuela”, agregó.

De la Espriella ya había salido antes al rescate del empresario barranquillero cuando se conocían denuncias públicas en su contra. En octubre de 2013, Semana publicó una nota titulada ‘¿Quién es el misterioso e influyente señor Saab?’, escrita por Alek Boyd y la exdirectora de la Dian Fanny Kertzman. Esa fue tal vez una de las primeras veces que la prensa colombiana mencionaba a Saab.

El artículo, no obstante, ya no está disponible en la página de la revista, aunque sí se conserva su post de Facebook, que redirecciona a… nada (sí se puede consultar en Wayback Machine, el extenso archivo digital que guarda copias de sitios web).

¿Por qué desapareció la nota? Según cuenta el periodista Gerardo Reyes, para esa época la firma de abogados de De la Espriella ofrecía “servicios de ‘limpieza’ de publicaciones negativas en internet”. Y, de acuerdo con Boyd, “el artículo fue eliminado por las presiones de De la Espriella”, dice Reyes en su libro.

Por otro lado, en mayo de 2017, Gerardo Reyes publicó en Univisión una investigación que describía a Álex Saab como un contratista que “se ha hecho millonario como proveedor de materiales de vivienda popular para la revolución bolivariana”. Según Reyes, la DEA estaba investigando a Saab por negocios presuntamente relacionados con lavado de activos.

El empresario barranquillero, persuadido por De la Espriella, demandó al periodista y a Univisión por esa publicación. El propio abogado lo confirmó en El Heraldo cuando anunció las acciones legales contra Ortega.

El primero de octubre de 2018, de nuevo, Abelardo de la Espriella salió a revirar por Saab. Unos días antes, El Espectador, con base en una investigación del portal Armando.Info, indicó que el empresario barranquillero se habría enriquecido de forma ilegal a través de una red de lavado de activos con la que presuntamente movió 135 millones de dólares desde 2004 a través de exportaciones ficticias. Para entonces ya se conocían las denuncias sobre los nexos de Saab con el régimen de Maduro, y el entramado de Group Grand Limited y los CLAP, principalmente gracias a los informes de Armando.Info, cuyos periodistas tuvieron que exiliarse.

De la Espriella, a través de un comunicado, anunció que había interpuesto una denuncia por una supuesta extorsión contra Saab, y aseguró que el artículo de El Espectador estaba sesgado y desequilibrado. “Anuncio que llevaré este caso hasta las últimas consecuencias y demostraré cómo el buen nombre del señor ÁLEX SAAB ha sido pisoteado injustamente, como resultado de una ruin estrategia puesta en marcha por unos vulgares extorsionistas que han intentado esquilmarle recursos a mi cliente, en clara violación de la ley penal colombiana”.

La última aparición pública de De la Espriella como abogado de Saab, o de su firma, ocurrió el día en que se conoció que el empresario había sido incluido en la lista negra de la Ofac. Se trataba de un comunicado firmado por Daniel Peñarredonda, subdirector de De la Espriella Lawyers Enterprise, que reivindicaba los derechos universales de Saab “a la presunción de inocencia y al debido proceso”.

También aclaraba que las posiciones ideológicas de De la Espriella no eran “derrotero para el ejercicio profesional” de los abogados de la firma. “Ante los estrados, los juristas defienden causas; no ideológicas políticas”. Una postura que contrasta con lo que había dicho Abelardo de la Espriella un año antes, en el sentido de que si Saab fuera socio de Maduro, él no lo defendería.

El comunicado, además, explicaba que Saab era cliente de la firma en un caso por “supuestas exportaciones ficticias de textiles, proceso en el que seguiremos actuando”.

A partir de ese momento, De la Espriella reiteró varias veces que había dejado de representar a Saab desde julio de 2019. Igualmente, en junio de 2020, cuando las autoridades de Cabo Verde capturaron al empresario, De la Espriella salió a aclarar que ya no era su abogado y que los procesos que llevaba “no tenían nada que ver con Venezuela”.

En todo caso, si bien esos casos “no tenían nada que ver con Venezuela”, ya era de conocimiento público, incluso varios años antes, que Álex Saab tenía que ver todo con Venezuela. Tanto, que el gobierno de Nicolás Maduro, en un afán por frenar su extradición a Estados Unidos, lo designó representante diplomático ante la Unión Africana y negociador con la oposición.

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