Las volteretas que enredan la verdad sobre el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado
Mientras que la familia Gómez pidió expulsar de la JEP al senador Carlos Lozada de la JEP, de nuevo toman fuerza las otras hipótesis sobre los verdaderos asesinos de Álvaro Gómez Hurtado.
Lo que en un comienzo se anunció como la revelación del año por parte de la exsenadora Piedad Córdoba —que las Farc habrían asesinado al líder conservador Álvaro Gómez Hurtado— se ha ido desvaneciendo a medida que los magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) han ahondado en los detalles para confirmar esa nueva hipótesis.
En octubre de 2020, en una entrevista al diario El Espectador, el senador Julián Gallo Cubillos, conocido como Carlos Antonio Lozada, dijo que Jorge Briceño, el Mono Jojoy, había dado la orden de asesinar a Gómez Hurtado. “Esa orden se transmitió a través mío y la ejecutó un comando de cuatro personas de la Red Urbana Antonio Nariño (de las Farc)“, dijo Lozada en ese momento.
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Esa confesión generó un tsunami noticioso, político y jurídico, pues prácticamente ponía fin a todas las hipótesis e investigaciones que se habían adelantado por más de 25 años.
Sin embargo, en diciembre de 2020, Lozada no supo responder ante la JEP algunas preguntas que le hizo el abogado de la familia Gómez Hurtado, Bernardo Henao Jaramillo, que le pidió dar detalles sobre el día del magnicidio. Lozada respondió que ese día (2 de noviembre de 1995) estaba en el Catatumbo y que se enteró por las noticias de que el líder conservador había sido asesinado.
Además, hace pocos días, se conoció un audio publicado por la revista Semana en el que supuestamente se escucha a Lozada discutiendo por la confesión con Reynel Guzmán, quien fue excomandante del frente 22 de las Farc.
Frente a todo lo ocurrido, los abogados de la familia Gómez Hurtado enviaron una carta de cuatro páginas en la que le pidieron a la JEP la expulsión y pérdida de los beneficios jurídicos del actual senador del partido Comunes (antes Farc) Julián Gallo Cubillos, porque presuntamente estaría mintiendo sobre la muerte de Álvaro Gómez Hurtado y su escolta y asistente, José del Cristo Huertas, ocurrida el 2 de noviembre de 1995.
Todo lo que se ha conocido hasta el momento “evidencia que dicha jefatura de esa guerrilla nunca tuvo conocimiento ni autorizó el asesinato de Álvaro Gómez”, según el documento al cual tuvo acceso Diario Criterio.
En la carta también piden a la JEP que se abstenga de conocer el caso de magnicidio, ante las presuntas “falsedades” de Lozada, declarado como autor responsable material o intelectual, y la ausencia de elementos de prueba verificables que sustenten la autoincriminación como aporte temprano de verdad.
El magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado en la justicia ordinaria
La Fiscalía octava delegada ante la Corte Suprema de Justicia priorizó esa investigación y a la fecha son varias las actuaciones que se han ordenado. Entre estas pidió nuevas declaraciones como, por ejemplo, el testimonio de Piedad Córdoba, quien dijo públicamente tener las pruebas que demostrarían quién mató a Gómez Hurtado, pero que dijo solo las entregará a la Comisión de la Verdad y no a la Fiscalía.
También fue citado el exalcalde de Bogotá Luis Eduardo Garzón, quien, señala la Fiscalía, ha dado a conocer públicamente que conoce circunstancias que puedan aportar al esclarecimiento de los hechos.
También está el nombre de Fernando Henao Montoya, hermano de Orlando Henao, quien fue miembro del Cartel del Norte del Valle y que está recluido en una prisión de Estados Unidos. Reaparece, asimismo, los nombres de Guillermo Pallomari González, conocido como el contador del Cartel de Cali, y el Samuel Santander Lopesierra, más conocido como El Hombre Malboro y quien recientemente quedó en libertad en Estados Unidos.
Más allá de lo que decidan los magistrados de la JEP, al país le resultará difícil tragar entero una versión que apareció de repente y cuyas pruebas son testimonios de oídas que no pueden ser corroborados porque los protagonistas están muertos. Así las cosas, la verdad sobre los autores intelectuales o determinadores del magnicidio volvería a quedar en manos de temidos capos del narcotráfico que pagan o purgaron sus penas en cárceles de Estados Unidos.
Y esa verdad recaería en ellos porque antes de que apareciera la hipótesis sobre la autoría de las Farc, en el país se barajaban dos versiones distintas, pero con el mismo actor de reparto: la mafia.
¿El favor de la mafia?
La primera línea de investigación, y que promueve la familia Gómez Hurtado, apunta a develar que el magnicidio habría sido por una acción conjunta entre el gobierno Samper en asocio con los carteles de Cali y Norte del Valle, con el fin de sacar del camino a Álvaro Gómez Hurtado, quien estaría fraguando un golpe de Estado. En ese maridaje entre mafia y políticos, los Gómez Hurtado intentaron vincular oficialmente a la investigación al fallecido exministro Horacio Serpa y al entonces director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), Ramiro Bejarano.
En esa escena aparecen los nombres del corrupto coronel de la policía Danilo González (asesinado), los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela del cartel de Cali (extraditados); Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño, Diego Montoya Henao, alias don Diego, y otros capos del norte del Valle presos o libres en Estados Unidos. En medio de esa supuesta alianza siempre gravitó el nombre del reconocido abogado cartagüeño Ignacio Londoño Zabala, más recordado como Nacho o Nachito, asesinado en su pueblo natal el 20 de julio de 2015.
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Nacho fue el encargado de desmentir, por inexacta, la versión que entregó Hernando Gómez Bustamante sobre el magnicidio. Básicamente, Rasguño reconoce que el asesinato de Gómez Hurtado fue un favor que la mafia le hizo al entonces presidente Ernesto Samper, y que para ejecutar el crimen, todos los capos del Norte del Valle y Cali hicieron una vaca. No obstante, como algunos datos y fechas de ese testimonio eran erróneos, fue desestimado.
La JEP, además, se alistaba a escuchar el testimonio de otro capo preso en Estados Unidos, pero recuperó su libertad. Así lo reveló recientemente el diario El Tiempo, al informar que el confeso narcotraficante Samuel Santander Lopesierra Gutiérrez, más conocido como el Hombre Marlboro, salió de prisión desde el pasado 6 de agosto, luego de cumplir una condena de 18 años, y aún se desconoce si regresará a Colombia.
¿Por un Golpe de Estado?
La otra hipótesis que promueve el propio expresidente Ernesto Samper estaría relacionada con un presunto golpe de Estado liderado por varios militares y del que Álvaro Gómez Hurtado se negó a participar por su talante de estadista. Según la teoría de Samper, esa negativa a hacer parte de la estrategia para tumbarlo de la presidencia puso a su contradictor Gómez Hurtado en la mira de los militares golpistas.
Por todo lo anterior, lo único que parece claro, 26 años después del magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado, es que la verdad sigue embolatada.
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Siempre embolatan la verdad