La deforestación en la Amazonía está llegando a un punto de no retorno

Foto: Rodrigo Botero / Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS)

La Amazonía perdió 13.235 kilómetros cuadrados de árboles entre agosto de 2020 y julio de 2021.

Es el bosque tropical más grande del planeta y la llaman el pulmón del mundo, pues absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y produce agua para toda Suramérica.

Sin embargo, ese nombre está dejando de ser una realidad desde hace un tiempo. No es que la Amazonía haya dejado de realizar estas funciones vitales, sino que la deforestación, las sequías, la tala ilegal y la erosión de los suelos han provocado que hoy emita más CO2 del que absorbe a lo largo del año. 

Por esto, el Panel Científico para la Amazonía (SPA, por la sigla en inglés), integrado por más de 200 científicos, presentó este mes un informe en el que insta a los líderes del mundo a detener la deforestación y “evitar un punto de inflexión catastrófico”. 

En el documento titulado Informe de Evaluación de la Amazonía 2021, los expertos destacan la biodiversidad de la Amazonía y recuerdan que esta cumple un rol significativo en el ciclo del agua, a través de los “ríos aéreos”, esos afluentes masivos de agua que provienen del océano Atlántico, viajan en forma de vapor y se nutren por la humedad evaporada por la región amazónica. 

Biodiversidad de la Amazonía
Biodiversidad de la Amazonía. Fuente: Informe de Evaluación de la Amazonía 2021.

Por esa razón recomiendan urgentemente la prohibición de la tala de bosques en el sur de la Amazonia, compuesto por 2 millones de kilómetros cuadrados de selva tropical. De igual forma, piden cero deforestación y degradación de los bosques en toda la región antes del año 2030. 

Para esto, los científicos proponen una visión “de desarrollo sostenible” que permita su conservación, restauración, gestión de manera sostenible y la protección de los indígenas y personas locales, así como la movilización de recursos económicos y la prevención de incendios forestales. 

“Cooperación global, diplomacia robusta y mutua responsabilidad son fundamentales para lograr la sostenibilidad en la Amazonía. El desarrollo sostenible debe ser configurado e implementado por los países amazónicos y apoyado por otras naciones”, agregan.

El objetivo, no obstante, parece difícil de alcanzar, pues las últimas cifras de deforestación dibujan un panorama desalentador.

Puede leer: Greta Thunberg critica el “bla, bla, bla” de los líderes mundiales frente al cambio climático

Deforestación en Brasil con las peores tasas en 15 años

El gobierno de Jair Bolsonaro divulgó, sigilosamente, un informe que revela que la Amazonía brasileña perdió 13.235 kilómetros cuadrados de árboles en un año, un área equivalente a 17 veces el tamaño de la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos.

El balance, desarrollado a partir de las mediciones del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), expone que la deforestación ilegal en la Amazonía, entre agosto de 2020 y 2021, aumentó 22 por ciento con respecto al año anterior, cuando se perdieron 10.851 kilómetros. 

Estos datos generaron indignación. Por un lado, porque precisamente la Amazonía es una de las regiones del mundo que resultan cruciales en el combate del cambio climático. Por otro, porque las cifras fueron conocidas por el público hasta hace unos días, cuando el gobierno las publicó en la página web, sin un anuncio o presentación. Sin embargo, para sorpresa de varios, el documento tiene fecha del 27 de octubre, es decir, antes de que se iniciara la Cumbre Climática en Glasgow (COP 26). 

Deforestación en Brasil
Aumento de la deforestación en Brasil, en los últimos años. Fuente: Amnistía Internacional.

Por esto, distintas organizaciones ambientales han acusado a Bolsonaro de haber ocultado la información mientras se comprometía ante los ojos del mundo a una deforestación cero para 2028. De igual manera, han manifestado que todo fue parte de una estrategia para divulgar otras cifras, como las alertas del sistema Deter, que presentan panoramas más favorables. 

Marcio Astrini, secretario ejecutivo de la red Observatório do Clima, integrada por las principales ONG ambientalistas de Brasil, manifestó que la situación “es fruto de un esfuerzo persistente, planificado y continuo de destrucción de las políticas de protección ambiental”. 

El panorama de Colombia tampoco es positivo

De acuerdo con los datos del Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono (SMByC) del Ideam, en 2020, Colombia perdió 171.685 hectáreas de bosque por la deforestación. 

La región más afectada por este fenómeno es precisamente la Amazonía, con un aumento de 11.046 hectáreas arrasadas, pues se pasó de 98.256 hectáreas en 2019 a 109.302 en 2020. Las causas detrás de esta pérdida tienen que ver con quemas generadas por la acción humana, la ganadería, la tala ilegal de árboles así como el cambio climático.

Relacionado: La selva herida: más de 171.000 hectáreas de bosque fueron deforestadas en 2020

De hecho, la organización Climate Action Tracker (CAT) ha advertido en diversas ocasiones que la deforestación en Colombia continúa a niveles muy altos, lo que hace que esté lejos de cumplir con los compromisos que ha presentado ante el mundo. 

La situación resulta paradójica. Brasil y Colombia se constituyen como los más biodiversos del mundo, pero sus acciones para detener la deforestación son insuficientes y en ocasiones parecen estar en contravía de la preservación de la vida. Un ejemplo de esto fue la decisión de Bolsonaro de declarar a la Amazonía zona abierta para los negocios, en 2019.

14 Comentarios

Deja un comentario

Diario Criterio