‘Argentina, 1985’: un país que se encuentra con su verdad
La película, dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín —que en Colombia se puede ver por Amazon Prime Video—, cuenta la historia de los dos fiscales que, aun en medio de todas las presiones, lograron acusar a los miembros de las juntas militares en la Argentina recién salida de la dictadura militar.
La democracia aún era frágil en la Argentina de 1985. Apenas dos años atrás, la dictadura militar había entregado el poder, presionada por la derrota en las Malvinas y la crisis económica y política. El gobierno de Raúl Alfonsín intentaba reconducir al país por la senda de la democracia.
El nuevo presidente había prometido en campaña que juzgaría (ante un tribunal civil) a los máximos responsables de las atrocidades de la Junta Militar —robo de bebés, tortura, asesinatos, desapariciones—, pero los militares aún eran fuertes y muchos pensaban que el juicio iba a ser un saludo a la bandera, una especie de pacto entre el ejecutivo y los uniformados para hacer borrón y cuenta nueva. Otros temían que, aún peor, los uniformados intentaran un nuevo golpe de Estado en cualquier momento si algo no les gustaba.
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En ese ambiente, el fiscal Julio César Strassera, un hombre común y funcionario judicial como cualquier otro, se enteró de que tenía en sus manos la gran responsabilidad de conducir la investigación que buscaba llevar a los líderes de la Junta Militar al estrado. Y aún en medio del esceptisismo de sus colegas y parte de la sociedad, y a pesar de las presiones de los militares y los políticos, Strassera, su fiscal adjunto Luis Gabriel Moreno Ocampo (el único que aceptó ayudarle) y un equipo de abogados novatos lograron probar que la dictadura había sostenido un aparato de represión clandestino de torturas, asesinatos y desapariciones forzadas, lo que terminó con la condena de cinco de los miembros de la junta, dos de ellos a cadena perpetua.
Esa historia real, que se convirtió en un ejemplo para toda América Latina en una época en la que empezaban a dejarse atrás las dictaduras impulsadas por Estados Unidos (el Plan Cóndor), es el centro de Argentina, 1985, una película que ha dado de que hablar en las últimas semanas. En Argentina, tuvo un paso exitoso por las salas de cine y fue seleccionada por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de ese país como la representante a los Premios Óscar. Y en el resto del mundo, gracias al voz a voz, la ha convertido en una de las más vistas de la plataforma Amazon Prime Video.
Vea acá el trailer de Argentina, 1985:
La película nació cuando el cineasta Santiago Mitre (La cordillera) y el productor Axel Kuschevatsky cayeron en la cuenta, en medio de una conversación, de que en Argentina no había tantos thrillers políticos y judiciales en el cine, como Todos los hombres del presidente o El juicio en Nuremberg, a pesar de tener material para construirlos, sobre todo con el llamado juicio de las Juntas Militares, considerado todo un hito para la justicia latinoamericana.
Después de esa idea inicial, Mitre comenzó a trabajar el guión con Mariano Llinás, una persona con la que ha trabajado en muchas otras películas. Pero en esta, a diferencia de las demás, tuvieron que hacer un gran trabajo de archivo y de investigación: leyeron periódicos de ese momento, revisaron videos y fotografías; hablaron con personas que estuvieron involucradas.
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“Nuestro deber como cineastas era hacer una película respetuosa y sólida, y emocionante y verdadera en cómo reconstruía el hecho y en cómo se reflejaba la atrocidad de lo que fue la dictadura argentina. Teníamos la sensación de que había una película que pudiera ser interesante y hasta apasionante, más allá de lo doloroso”, le dijo Mitre a la agencia AP.
Poco a poco, sin embargo, la película se fue enfocando más en el ámbito humano de los dos fiscales (sobre todo Strassera) y los retos personales que implicó para ambos asumir y llevar a cabo esa responsabilidad. Y eso fue lo que más le gustó al actor Ricardo Darín cuando le pidieron que asumiera como Strassera.
Él, que no suele aceptar el papel de personas que existen o existieron en la vida real, terminó cautivado por el proyecto. Sentía que el reto del fiscal había sido más personal y eso le daba un tinte distinto a su personaje: “Creo que la historia a él lo sorprende en un momento en que su autoestima no estaba muy alta. Porque él siente que no tiene una nota elevada que lo habilite a encarar semejante tarea. Por eso es que duda mucho, primero, de sí mismo”, le dijo al diario La Nación.
Su interpretación resulta fundamental para la película que, más allá de las estrategias legales y los medios que el equipo legal usó para llevar a cabo el juicio y evadir las presiones políticas, termina siendo la historia de un padre de familia, un hombre común y corriente, que se ve enfrentado al reto de liderar un juicio que podría ser histórico y cuya determinación de sacarlo adelante de la forma más responsable posible termina por tener un impacto grandísimo.
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El otro gran acierto de la cinta es el de acudir a la voz de las víctimas y a los testimonios de los sobrevivientes para narrar la barbarie. Es una forma de, nuevamente, enfrentar al público con la verdad y la memoria. Una especie de resonancia de lo que ocurrió realmente en ese juicio de 1985 en el que, como muestra la película, a medida que los testimonios se iban conociendo en medio del juicio, personas de la sociedad civil que en un principio parecían apoyar lo que los militares habían hecho, terminaron por abrir los ojos y aceptar las condenas.
La película resuena especialmente en la Colombia del posconflicto, en la que muchos parecen hacer oídos sordos a los juicios de la Jurisdicción Especial para La Paz (JEP) (tanto a los exguerrilleros como a los agentes del Estado) o al informe de la Comisión de la Verdad. En contextos así, el papel de un Strassera termina siendo heroico, con un heroísmo entendido como la decisión de hacer lo correcto. Porque hay momentos en los que, como le dijo Darín a La Nación, “el de hacer las cosas como se debe es un camino satisfactorio que va estar plagado de reconocimiento y de virtud”.
16 Comentarios
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Muy buen artículo sobre esta película y sus orígenes; la presencia de Roberto Darin , es una garantía y un plus en esta película.
Buena crónica de esta película que cuenta la verdad de Argentina en 1985 , época muy dificil
Interesante verla
Historias bien contadas para desaparecer la indiferencia ante estos hechos reales que han ido dejando huella indeleble en países como Argentina. Muy buena crónica