‘Boca de estómago’, un viaje a las entrañas del ser en Casas Riegner

La galería Casas Riegner presenta la exposición ‘Boca de estómago’, tres propuestas artísticas que se entrecruzan conceptualmente y habitan un mismo espacio expositivo. 

“‘Boca de estómago’ es la intersección entre la boca abierta convertida en ‘la extensión inconmensurable del pensamiento’, según Jean Luc Nancy, y ese sentir intenso e íntimo que se origina en el estómago, en la entraña y brota hacia un plano físico”, explica Paula Bossa curadora de la galería Casas Riegner.

Boca de estómago también es el resultado de la convocatoria Sin título realizada por la galería a principios de este año. Por primera vez se abrió un espacio para jóvenes artistas “con el ánimo de buscar puntos de encuentro entre el programa general de la galería y el trabajo de las nuevas generaciones”.

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Después de recibir cerca de 300 aplicaciones, el jurado escogió el trabajo de María Leguízamo, Margaret Mariño y Carlos Alfonso: artistas de mediana trayectoria pero con una gran huella internacional.

Para Paula Bossa, Boca de estómago es también el punto de encuentro entre las propuestas artísticas de estos tres artistas colombianos que, aunque fueron concebidas y operan de manera autónoma, “confluyen como voces viscerales que se entrecruzan conceptualmente y habitan un mismo espacio expositivo”.

Tres miradas entrelazadas en ‘Boca de estómago’

María Leguízamo, artista de la Universidad Nacional de Colombia y becaria de Fulbright-MinCultura presenta dos videos de sus más recientes performances, y un conjunto de dibujos en carboncillo con estructuras que inquietan los sentidos. La obra de Leguízamo abarca temáticas esenciales como el lenguaje, la escritura y la lengua como músculo que articula el lenguaje.

Boca de estómago
María Leguízamo. El señor de adentro, 2021 Video acción con mesa: Yo lo que tengo es un témpano atragantado (a A.A). 2021.

“En la propuesta de María Leguízamo, la voz aparece contenida y atragantada por el peso del poder, pero con insistencia se escabulle por su saliva y el intestino que exhala su propio murmullo. A partir de video ‘performances’, dibujos en carboncillo, y una instalación sonora en las que el pensamiento escultórico adquiere gran presencia, Leguizamo construye un recorrido oscurecido y sobrecogedor que nos invita a explorar y sentir el tracto y alma del lenguaje”, explica la curadora de la exposición.

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Boca de estómago, vistas de exposición.

Por su lado, el proyecto de Carlos Alfonso constituye el encuentro de diferentes intereses que lo han inquietado en los últimos años: el alimento y la práctica de la cocina como medio.

En la muestra se exhiben pinturas coloridas de diferentes formatos, donde el artista presenta recetas que se relacionan con el cuidado del cuerpo, la afectación de estos alimentos en él y en cómo son procesados químicamente para generar algún efecto. Se trata del camino de la regeneración a partir de la alimentación como acto de autocuidado y de hospitalidad.

Boca de estómago, vistas de exposición.

“Reuniendo una selección de bodegones híbridos cuidadosamente elaborados y una instalación hecha a partir de morteros, semillas en múltiples presentaciones, libros encontrados, frascos y pequeñas esculturas abstractas en cerámica, la propuesta de Carlos Alfonso nos remite a las nociones de evolución, transmutación y conexión”, afirma Paula Bossa.

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De acuerdo con la curadora, las pinturas realizadas sobre madera, son una suerte de exvotos seculares que exaltan el carácter sagrado del mundo natural a través de imágenes elementales acompañadas de leyendas o recetas que apuntan a la regeneración y autocuidado del cuerpo.

Finalmente, Margaret Mariño converge dicotomías como el salvajismo y la domesticidad. La artista logró convertir en siete piezas bidimensionales una obra audiovisual. Su trabajo gira en torno a temáticas como el matrimonio, la maternidad, lo doméstico, el hogar, la religión: temas de los que, asegura, surgieron todas sus obsesiones.

Por medio de materiales poco comunes como pelo y dientes de perro, plastilina, parafina y espinas de rosa, Mariño logró desarrollar estas piezas que hacen parte de Boca de estómago.

Izq. Del proyecto Humanar: Test de autolesiones, 2021. 35.000 espinas de rosa recolectadas manualmente y clavadas en plastilina escolar blanca y fotografía antigua impresa en papel de algodón 202 x 102 x 4.5 cm. Der. Fotografía ramo, 2021. Impresión digital sobre papel de algodón. 202 x 102 x 4.5 cm.

Para la curadora, en este proyecto Margaret Mariño “recoge un cuerpo de obra íntimo y evocador cuyo punto de partida es un cortometraje realizado por la artista en el que un personaje monástico realiza una serie de ejercicios plásticos reiterativos. Mariño reinterpreta plásticamente las obsesiones de dicho personaje, creando una serie de obras armoniosas pero a la vez siniestras, en las que se evidencia la manualidad disciplinada y catártica”.

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Es así como Boca de estómago termina siendo un encuentro entre órganos que habitan en nosotros. Es ese lazo entre la boca como puerta de entrada para el pensamiento, para las entrañas, para descubrir el ser. Son esos diálogos que se entrelazan entre lo superficial y lo profundo y dan como resultado obras representativas como las de esta exhibición.

Boca de estómago estará abierta hasta mediados de febrero de 2022 de lunes a viernes de diez de la mañana a cinco de la tarde.

*Fotografías por Óscar Monsalve, cortesía Casas Riegner, Bogotá. 

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