“Atentado a la democracia”: amenaza de Bolsonaro de acaparar poderes desata crisis política en Brasil
Los rezagos de la tensa celebración del día de la Independencia en Brasil prometen resonar durante mucho tiempo. A falta de un año de las elecciones presidenciales de 2022 en ese país, todo parece indicar que el pulso entre el presidente Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, su rival en los próximos comicios, [y también contra el poder judicial, que por medio del Supremo Tribunal Federal (STF) tramita procesos en su contra] tomará tintes beligerantes.
En sus discursos en Brasilia y Sao Paulo durante la celebración nacional del 7 de septiembre, Bolsonaro anunció que rechazará las decisiones del STF, quien abrió contra el mandatario una investigación por difundir noticias falsas sobre el sistema electrónico de votación.
Puede leer: “O hay elecciones limpias o no habrá elecciones”: la pelea de Bolsonaro contra el voto electrónico en Brasil
A 14 meses de las presidenciales, Bolsonaro arremetió contra “la farsa” del voto electrónico, según él fraudulento. Un mantra con mucha pegada entre su base de irreductibles, que por sí solo no le basta para su reelección.
El mandatario afirmó que “sólo Dios” podría sacarlo del poder, un comentario que le pone, de manera inquietante, fuera del marco constitucional.
En los actos de apoyo al presidente, muchos manifestantes enarbolaron pedidos de “intervención militar” y “limpieza institucional”, arengados por el discurso beligerante de Bolsonaro contra la autoridad judicial.
¿Habrá proceso contra Bolsonaro?
La mayoría de los analistas cree que los riesgos de que las acusaciones contra el presidente prosperen siguen siendo bajos, gracias a su apoyo en el parlamento. Pero algunos creen que podría volverse inelegible para instancias futuras.
La corte suprema de Brasil no dudó en señalar a Bolsonaro, subió el tono para referirse a los ataques de Bolsonaro. La corte afirmó que “despreciar” sus decisiones representa “un atentado a la democracia” y un “crimen de responsabilidad”.
Luiz Fux, presidente del STF, aseguró que “esa actitud, además de representar un atentado a la democracia, configura un crimen que debe ser analizado por el Congreso Nacional”.
Fux no se refirió explícitamente a una eventual apertura de un proceso de impeachment contra el mandatario. De ocurrir debe ser primero autorizado por el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira. Justamente, Lira emitió un mensaje en el que defendió una “pacificación” entre los poderes. Tampoco mencionó la posibilidad de abrir un juicio político.
“Nuestra Constitución nunca será rasgada”, dijo. “El único compromiso inaplazable e incuestionable que tenemos en nuestro calendario está fijado para el 3 de octubre de 2022″refiriéndose a las elecciones presidenciales.
Siguen los bloqueos
El discurso amenazante de Bolsonarola dejó, en el corto plazo, multitudinarias movilizaciones de seguidores y opositores del mandatario, así como bloqueos de camioneros en todo el país.
El día después de las movilizaciones, cientos de bolsonaristas aún permanecían en Brasilia. Reunidos en la explanada de los Ministerios, amenazaron con derribar un bloqueo policial en la avenida que conduce al tribunal.
Y todavía, camioneros partidarios de Bolsonaro bloquean importantes carreteras de al menos 15 estados de Brasil, pese al llamado del presidente a que desactiven la protesta para no perjudicar a la economía.
Según el último boletín del Ministerio de Infraestructura, se redujeron en un 10 por ciento los bloqueos en relación con el parte del miércoles. En su momento, los estados afectados llegaron a ser 16 de los 27 que tiene Brasil.
En un mensaje de audio divulgado entre grupos de conductores movilizados a su favor, Bolsonaro advirtió que esos bloqueos, que afectan a carreteras de estados como Río de Janeiro, Pará , Bahía o Santa Catarina “estorban” la principal economía latinoamericana. “Eso provoca desabastecimiento, inflación, perjudica a todos, especialmente a los más pobres”, declaró el mandatario.
También el estado de Sao Paulo, el más rico y poblado del país se registran bloqueos, según la prensa local. Sin embargo, los cierres no figuran en el último reporte del ministerio.
La protesta de camioneros, que no cuenta con el apoyo de los sindicatos y federaciones del sector, se inició cuando Bolsonaro, muy desgastado en las encuestas, arengó a sus partidarios en las masivas protestas.
En pancartas colgadas en su camiones y en farolas, podía leerse “Intervención militar con Bolsonaro en el poder”. También mensajes como “Prisión para los jueces corruptos del Supremo Tribunal Federal” o “Bolsonaro, acciona a las fuerzas armadas y criminaliza el comunismo”.
La movilización de camioneros reavivó el fantasma de la huelga del sector que en 2018 paralizó el país durante varios días, en protesta contra el alza de los combustibles y otras reivindicaciones.
Crisis económica
El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, dijo este miércoles en una declaración transmitida en televisión que el país atraviesa una “crisis real”. Advirtió sobre los altos niveles de desempleo, inflación y un período difícil por la pandemia. Dijo que la solución “no está en el autoritarismo, ni en arrebatos antidemocráticos”, sino en la búsqueda de consenso entre los poderes.
Los partidos de la oposición redoblaron sus críticas contra Bolsonaro; el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso (que se definía como “independiente” con relación al gobierno) anunció que le hará la oposición y repudió “las actitudes antidemocráticas e irresponsables” del presidente.
Puede leer: La cruzada de Bolsonaro para tomarse las tierras indígenas de Brasil
Luego del feriado, los mercados también reflejaron las tensiones. El dólar subió a 5,32 reales, alrededor del 3 por ciento, y el índice Ibovespa cayó 3,78 por ciento, a un nivel que no registraba desde marzo, en una jornada en la que volvió a pesar el riesgo político.
Y el clima electoral promete seguir golpeando la economía brasileña. En marzo, la anulación por parte del STF de las condenas que pesaban contra el expresidente Lula da Silva, quien volvió a ser elegible, incrementó el riesgo percibido por el mercado.
Bolsonaro aislado
El mandatario ultraderechista no logró la marea a su favor que él mismo preveía reunir en el día de la Independencia.
El periodista Bernardo Mello Franco, diario O Globo, escribió que “a pesar de su aislamiento, el presidente ha demostrado que todavía es capaz de movilizar a una minoría ruidosa”.
En las marchas se vio una mezcla heterogénea de activistas de ultraderecha, partidarios de las armas, evangélicos, motociclistas, conspiracionistas y antivacunas.
Pero su estrategia, con la que busca polarizar al verse cada vez más rezagado en las encuestas electorales, podría ser insuficiente. Gaspard Estrada es director ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y del Caribe de la escuela Sciences Po. Estrada resalta que “desde que fue elegido presidente en 2018, Bolsonaro ha buscado constantemente avivar las crisis. Es su modo de gobernar, y su forma de retener a su base electoral”.
Bolsonaro está en una situación muy delicada. Su índice de popularidad cayó en julio al 24 por ciento, su nivel más bajo desde que llegó al poder en 2019. Según las encuestas perdería las elecciones, incluso en primera vuelta, frente a Lula da Silva.
También está cercado por varias investigaciones judiciales y no parece haber entendido el “Brasil real”. Porque en lugar de querer destituir a los jueces de la Corte Suprema, la mayoría de los 213 millones de brasileños está preocupada por la disparada inflación, el desempleo que golpea a 14 millones de personas y la pandemia, que casi alcanza los 600.000 muertos en Brasil.
Además, el apoyo de las fuerzas del orden a su gobierno también está en duda. Los militares tienen una fuerte presencia en el gobierno de Bolsonaro y en los altos niveles de la administración. Pero todo indica que no están dispuestos a embarcarse en la aventura de intentar permanecer en el poder como sea.
En cuanto al riesgo de destitución, Bolsonaro “tiene confianza en que podrá evitar el juicio político”. Confía en la protección del ‘centrao'”, un grupo de partidos conservadores del Congreso que dominan desde hace décadas la política brasileña. Está por verse si el apoyo del ‘centrao’ se resquebrajará después del episodio del martes.
En todo caso, entre ahora y las elecciones presidenciales, el escenario más probable es de inestabilidad constitucional permanente. También continuarán las crisis sociales que no han hecho más que empeorar durante la pandemia.
8 Comentarios