“Es ahora o nunca”: quedan menos de tres años para frenar las emisiones de CO2
Los esfuerzos de los países para mitigar el cambio climático y reducir las emisiones han sido insuficientes, por lo que el calentamiento global podría llegar a 3,2 grados centígrados en 2100.
Este domingo, tras dos semanas de deliberación y con dos días de atraso, concluyeron las negociaciones en la ONU sobre las medidas para hacerle frente al cambio climático. Los temas debatidos por los casi 200 países, así como las decisiones que deberían tomarse, quedaron consignados este lunes en un informe de los científicos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).
En el documento, los científicos plantean que las opciones para lograr que el calentamiento se mantenga dentro de los límites menos desastrosos ya son cortas. Según los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París, se espera que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) registren un pico en 2025. A partir de ese momento, se deberá lograr una reducción de 43 por ciento a más tardar en 2030.
No obstante, las medidas que están implementando los países han sido insuficientes, de modo que las emisiones podrían seguir aumentando, incluso, después de 2025, lo que llevaría a que la temperatura aumente 1,5 °C durante este siglo.
“Sin que se fortalezcan las políticas más allá de las que se implementaron desde fines de 2020, se proyecta que las emisiones de GEI aumenten más allá de 2025, lo que llevará a un calentamiento global promedio de 3,2 °C (entre 2,2 y 3,5) para 2100”, dice el informe.
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Las emisiones siguen siendo altas
A pesar de que en los últimos años se ha hablado de hacerle frente a la crisis climática, a través de diferentes acciones, las emisiones totales de GEI son cerca del 54 por ciento más altas que en 1990, cuando se iniciaron las negociaciones climáticas a nivel internacional.
Y si bien las emisiones de los países desarrollados, medidas en conjunto, han disminuido de forma sutil, la cantidad de gases de efecto invernadero por habitante sigue siendo bastante altas. En otras palabras, ninguno está logrando la reducción esperada para mantener el calentamiento global en 1,5 °C.
A esto se le suma que América del Norte emite más del doble de gases que Europa y casi diez veces más que los países en desarrollo. La situación con Asia Oriental (China y Corea del Sur) es similar, con 40 por ciento más de gases que Europa.
Ahora bien, aunque los países han emitido más leyes para reducir las emisiones, la mayoría de las metas que se han planteado están construidas de una manera ambigua y su cumplimiento ha sido más que todo parcial.
El financiamiento para la adaptación y la mitigación climática tampoco marcha bien. Según expone el IPCC, los esfuerzos para alinear el flujo financiero con el Acuerdo de París avanzan a paso lento y son distribuidos equitativamente entre regiones.
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En lo que sí se ha avanzado
Si bien los datos parecen desalentadores, lo cierto es que sí se han logrado avances en algunas materias que resultarían clave en la acción climática, como la investigación y la implementación de tecnologías de bajas emisiones que no sean costosas y ofrezcan gran rendimiento.
Esto último se ha visto particularmente en energías como la solar o la eólica. Desde 2010, “ha habido disminuciones sostenidas en los costos unitarios de la energía solar (85 por ciento), la energía eólica (55 por ciento ) y las baterías de iones de litio (85 por ciento) y grandes aumentos en su despliegue”, dicen los científicos. Esto se logró gracias a la mezcla de políticas que, además de reducir los costos, estimularon la financiación de proyectos piloto.
Así mismo, ha habido avances significativos en las oportunidades para lograr la reducción de los gases de efecto invernadero de una manera sostenible en términos de tiempo y economía, debido a la electrificación de los sistemas relacionados con los vehículos de transporte terrestre.
Otro de los avances, y quizá uno de los más importantes, es que se está cambiando la mentalidad de la forma de hacer las cosas en varias industrias. Es decir, se está entendiendo que es posible construir un puente perfectamente equilibrado entre la sostenibilidad y los ingresos económicos. Han empezado a considerar la electrificación y la eficiencia de los materiales, así como las mejoras en sus procesos de reciclaje.
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Los pasos para evitar una “catástrofe”
Implementar políticas, infraestructura y tecnologías que permitan cambiar los estilos de vida y comportamientos actuales puede “dar lugar a una reducción de emisiones de entre el 40 y 70 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050”, explican los científicos.
Con esto en mente, plantean acciones prontas e inmediatas desde todos los sectores. Las estrategias propuestas para hacerle frente al escenario actual son, entre otras, la transición de los combustibles fósiles a fuentes de energía de baja emisión, el uso eficiente de la energía, la reducción de la deforestación y la restauración de los ecosistemas.
Para los expertos, es crucial la disminución del uso de combustibles fósiles, abandonar el carbón y reducir 60 por ciento el uso del petróleo. Este proceso debe estar acompañado de un uso eficiente de los recursos, del favorecimiento de la energía renovable y del fomento de la electrificación y de combustibles emergentes como el hidrógeno verde.
A su vez, recomiendan la estimulación del teletrabajo, la digitalización y la movilidad inteligente. Sobre este último, aseguran que si bien los vehículos eléctricos están disminuyendo su costo y su consumo va en aumento, debe hacerse “una inversión continuada en infraestructura que les dé apoyo”.
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5 Comentarios
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Que miedo da este ultimatum y lo peor es que no aprendemos y no asumimos este terrible problema mundial que causamos todos
Gracias a este articulo hemos podido conocer los impactos reales que el cambio climático está provocando en el planeta, así como las alternativas que existen para frenar esta problemática. En especial, la solución que se propone para reducir las emisiones de CO2 es la promoción de vehículos eléctricos, ya que contribuirían a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta medida es un paso importante para frenar el cambio climático, y por ello es necesario que los gobiernos implementen políticas que promuevan el uso de vehículos eléctricos y otros recursos energéticos más limpios.