El nuevo documental sobre Camilo Torres: la persistencia del amor eficaz

‘Camilo Torres Restrepo: el amor eficaz’, el más reciente documental de Marta Rodríguez, pionera del cine colombiano, es un homenaje a su amigo, el sacerdote que murió en el ELN. Se estrena hoy en salas.

Por Alejandra Meneses Reyes*

Sentada en la cocina de su casa, Marta Rodríguez sostiene una conversación imaginaria con Camilo Torres, el amigo que una vez le habló sobre ‘el amor eficaz’. Reconociendo la forma en la que las ideas de Camilo han atravesado su quehacer cinematográfico, la directora le hace preguntas a un fantasma que permanece vivo 56 años después. La imagen espectral de Camilo ha aparecido una y otra vez en nuestra historia y cinematografía[1], pero, en esta ocasión, una voz sin cuerpo atraviesa el material de archivo, lanzando una mirada a lo vivido y suponiendo algunas respuestas. Marta Rodríguez y Fernando Restrepo se arriesgan, así, a volver a traer a Camilo Torres, exponiendo su influencia a través de los años, a pesar de la paradoja de su temprana desaparición.

Puede leer: 11 películas para disfrutar de la edición 61 del Ficci

Camilo Torres es indefinible. Sociólogo, sacerdote, docente, líder político, revolucionario… Los rótulos se quedan cortos frente a su figura. Quizá su condición permanente fue la transformación y el ser contradictor de los poderes jerárquicos institucionales. Por ello, buscaba involucrarse en los contextos sociales de los más vulnerables y vulnerados, en lugar de promulgar a distancia la palabra de Dios. Era en la cercanía espiritual y la solidaridad social activa que residía, para él, el sentido del ‘amor eficaz’. Un amor con resultados, capaz de materializarse en acciones concretas, en el compartir comunitario, en la lucha popular en contra de las violencias estructurales.

El amor es eficaz cuando empieza en el propio ser en relación con los otros, cuando se reconocen las necesidades compartidas y se unen fuerzas para solventarlas en justicia. El amor eficaz se compromete, se esfuerza y se sacrifica de ser necesario. ¿Era necesario? Le pregunta Marta al Camilo fantasmal. ¿Era necesario morir a los 37 años con un fusil en mano? Esas mismas manos que predicaban el amor por el otro, ¿armadas?, ¿sirvió el sacrificio para el cambio social? La palabra muerte, la violencia crónica, sigue rondando nuestra cotidianidad, señala Marta. ¿Cuáles son los límites de la violencia como instrumento de cambio político?

Los derechos básicos también configuran el amor eficaz. ¿Cómo dejar callado el corazón ante la vulneración de estos derechos? Y, a su vez, ¿qué significa organizarse?, ¿cómo?, ¿para qué?, ¿es necesario morir? Marta nos mira desde el fondo de la pantalla. ¿Somos las y los jóvenes que como a Camilo ella quiere cuestionar?

Puede leer también: ¿Qué esperar de esta edición del festival de cine de Cartagena?

La conversación entre Marta y Camilo se alterna con los pensamientos y testimonios de otros sacerdotes y estudiosos de la violencia en el país. La música resuena protestante y familiar sobre las imágenes de la violencia, las fotografías de Camilo y el archivo de la directora y de su compañero Jorge Silva.

Camilo pensaba que el pueblo estaba desesperado y que lucharía hasta las últimas consecuencias. ¿Lo estaba?, ¿lo está?, ¿desesperado o esclavizado? Cuando Marta Rodríguez y Jorge Silva filmaron Chircales (1972) el pueblo necesitaba hacerse consciente de su propia condición. Para la cineasta se ha tratado de un proceso lento, de mirar de cerca, de mirar de lejos, de mirar con otros ojos, desde el lugar de los otros –campesinos, indígenas, mujeres, etcétera–, de darles voz artísticamente sin bajar la guardia de la denuncia, pero no de sacrificar la propia vida por la revolución.

Marta Rodriguez, cineasta colombiana
Marta Rodríguez, una de las pioneras del cine colombiano, presenta en el Ficci su más reciente documental, sobre Camilo Torres Restrepo.

Marta ha hecho de su cine la insignia de su propia revolución. De Camilo aprendió el valor de la mirada sobre los otros y la apertura del corazón. Quien se abisma a hacer cine documental pensando en la posibilidad de una transformación social se arriesga a no acumular riquezas, pero quizá su resonancia brilla a largo plazo. Como Camilo, Marta ha puesto el compromiso personal y social por encima de otros intereses. Su quehacer persiste para la memoria, como persiste la lucha de Camilo Torres en las calles, desde otras voces, desde todos los rincones del país.

* Filósofa, crítica de cine y docente de cine documental

[1] Varias películas documentales se han realizado en torno a la vida y resonancia de Camilo Torres en nuestra historia. Entre ellas: Camilo Torres Restrepo (1966), de Diego León Giraldo; Camilo, el cura guerrillero (1974), de Francisco Norden; El rastro de Camilo (2016), de Diego Briceño.

5 Comentarios

Deja un comentario

Diario Criterio