La impunidad de clasificar al Mundial

Llegar a Catar resultaría un premio absolutamente inmerecido para una entidad corrupta y de pésimo manejo administrativo como la Federación Colombiana de Fútbol.

El hincha siempre tendrá derecho a ilusionarse; es decir, sin fe, sin ese romanticismo de siempre esperar lo mejor, el fútbol sería sólo otro programa de televisión, y más cuando se habla de la selección nacional, del equipo que se supone que nos representa a todos, el que se viste con la bandera y tiene como máximo objetivo llevar esos colores y en últimas llevarnos a todos, aunque no viajemos a la sede, a la Copa Mundial de Fútbol.

Por eso, a pesar de que el 3-0 del jueves sobre Bolivia nos tiene aún con posibilidades de llegar al repechaje contra una selección asiática, lo que voy a escribir a continuación no será fácil de digerir para un hincha colombiano.

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Lo primero que tengo que decir es que el fútbol es muy generoso con esta selección Colombia: a pesar de comerse las dos peores goleadas en mucho tiempo (el 6-1 en Ecuador y el 0-3 en Barranquilla) y de que la tricolor duró siete partidos sin hacer gol, equivalentes a 685 minutos, el peor registro en la historia de las eliminatorias de Conmebol, el equipo aún tiene posibilidades de ir al Mundial.

Ahora, más que una muestra de generosidad, esto es reflejo de la eliminatoria sudamericana más mediocre en mucho tiempo. En este momento, el quinto clasificado es Perú, que tiene 21 puntos y una diferencia de gol de -6, y si Colombia clasifica, lo hará con 23 puntos, poco más del 40 por ciento de los puntos posibles, lo que habla de un nivel muy por lo bajo.

Es más, Chile sigue vivo y si clasifica, lo haría con 22 puntos. Si repasamos las eliminatorias con 10 selecciones, rumbo a Rusia 2018 Perú fue quinto con 26 puntos, rumbo a Sudáfrica 2010 el lugar fue de Uruguay con 24 pero +8 en la diferencia de gol. El camino a Alemania 2006 dejó a los celestes con ese puesto y 25 puntos, y en la eliminatoria a Japón y Corea 2002, los uruguayos también se quedaron con el cupo al repechaje gracias a 27 puntos.

Incluso, rumbo a 2014, sin Brasil, que no disputó las eliminatorias por ser local, el quinto lugar logró 25 puntos (Uruguay) y en la eliminatoria a Francia 98, también sin Brasil, que en ese momento era campeón vigente, el quinto fue Perú con 25 puntos, aunque hay que aclarar que en ese momento sólo había cuatro cupos directos y ya.

Pero no se trata sólo de números y promedios, se trata de fútbol. En esta eliminatoria quedó claro que sólo Brasil y Argentina están en condiciones de enfrentar a los europeos en un Mundial; el resto, incluyendo a Colombia, por supuesto, muestra un fútbol lento, lleno de errores defensivos (salvo los dos gigantes, todos los equipos han recibido más de un gol por partido), con muchísimos problemas para generar juego y con más problemas aún para definir.

Es duro ver el mismo día los partidos de eliminatoria europea y luego los de Sudamérica, porque pareciera que los nuestros se juegan con una caja de cambios que no pasa de tercera, mientras que los de allá, en algunos casos, pueden llegar a sexta.

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Pero, sea como sea, estamos vivos por el repechaje tras ganarle a Bolivia, sin importar que fuera una selección básicamente Sub-23: había que ganar y se ganó. El problema es que ahora hay que ganar en Venezuela, en donde no vencemos desde 1996 y en donde no hacemos un gol desde las Eliminatorias a Japón y Corea 2002, cuando empatamos 2-2. Para ellos, ya se sabe, jugar con Colombia es especial, y como bien lo dijo su figura Salomón Rondón, el objetivo es eliminarnos. Y tienen con qué.

Salomón Rondón
Salomón Rondón

Ahora, primero hay que ganar en una plaza difícil y hostil, y luego apelar a que Paraguay, que también está jugando con un equipo sustentado en futbolistas Sub-23, no pierda en Perú. El desastre de eliminatoria que hemos tenido nos tiene vivos, pero dependiendo de terceros.

El punto es que obviamente el hincha quiere ver a Colombia en un Mundial y, obvio, yo también lo quiero. Yo trabajo en esto y sé que con la selección en una Copa del Mundo se activa la economía local y los anunciantes van a invertir en los medios, lo que por supuesto es bueno para mí como periodista y para la industria en general, pero la clasificación al Mundial me genera un ruido con el que no puedo. Me huele a impunidad.

Llegar a Catar resultaría un premio absolutamente inmerecido para una entidad corrupta y de pésimo manejo administrativo como la Federación Colombiana de Fútbol. No me imagino a Ramón Jesurún y Álvaro González Alzate, castigados por la SIC como parte clave de un cartel de reventa de boletería rumbo a Rusia 2018 (hecho que no impidió que los dirigentes del fútbol colombiano los reeligieran en sus cargos sin reclamo o comentario alguno), recibiendo el jugoso presupuesto que la Fifa destina a las 32 selecciones clasificadas al Mundial.

Ramón Jesurún
Ramón Jesurún, Foto: Federación Colombiana de Fútbol

En 2018, la Federación recibió 1,5 millones de dólares por clasificar y 12 millones más por llegar a octavos de final. Con esa plata, Jesurún llevó una comitiva enorme de dirigentes, familiares y amigos a conocer Rusia (presidentes de todos los clubes profesionales, dirigentes de ligas, políticos y jueces amigos que garanticen su impunidad, como ya les había explicado en una columna anterior), y el resto se fue en premios a jugadores y cuerpo técnico y, se supone, en inversión en el fútbol local.

¿Alguien ha visto esa inversión? Lo pregunto porque sé que hasta el escándalo mediático por el abandono al fútbol femenino la inversión en esa categoría era nula, y porque sólo hasta ahora estamos viendo trabajo en las categorías inferiores que, a pesar de los 13,5 millones de dólares en caja (sin contar con los otros millones que han pagado los patrocinadores por renovar o firmar contratos), estuvieron durante tres años a su suerte.

El día que ratificaron a Jesurún, González Alzate y compañía al frente del fútbol colombiano, el informe de la Asamblea hablaba de “el apoyo que se le ha brindado a los afiliados para su bienestar económico con aportes de 67.000 millones de pesos desde 2019 hasta 2022, los cuales contribuyeron al desarrollo del fútbol del país”.

Es decir, casi 17 millones de dólares, según la Federación, se han invertido en este periodo para mejorar el fútbol colombiano y, con todo respeto, yo no los veo: los equipo cada vez son más pobres, no hay inversión en inferiores (incluso hay clubes que las cerraron, como el Bucaramanga), la participación internacional cada vez es peor (incluyendo a las selecciones), las denuncias por corrupción y malos manejos cada vez son más frecuentes, no hay trabajo de mercadeo, el hincha está alejado… Lo que sí veo es que los dirigentes cada vez son más ricos y que su inversión en bienes raíces y su rotación de camionetas nuevas es cada vez más frecuente, casualmente.

Insisto, como hincha (que lo soy) quiero ver a Colombia en el Mundial, como parte de esta industria me conviene, pero como periodista tengo que decir que sería un premio para la dirigencia más corrupta en la ya corrupta historia de la Federación Colombiana de Fútbol.

Y, ojo, tuvimos presidente detenido por sus vínculos con el Cartel de Cali (Bellini, durante el Proceso 8.000), tuvimos presidente vinculado a un escándalo de boletería y quien violó los estatutos de la Federación firmando unos contratos irregulares para la Copa América 2001 (Álvaro Fina), tuvimos presidente que se tuvo que ir a entregar a la justicia de Estados Unidos por su participación en el Fifagate (Luis Bedoya).

Luis Bedoya
Luis Bedoya

Pero lo de ahora es peor. Y es peor porque es impune. Porque a pesar de todo lo que ha pasado, ahí sigue. Y más inamovible se volverá con la plata que entre por clasificar al Mundial.

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4 Comentarios

  1. Estás en lo cierto por qué los dirigentes solo piensan en su bienestar y el hincha que se joda hay muchas inconsistencias como por qué no llaman a teófilo y nadie se pronuncia y hay impunidad lo paradójico es que si quieren mantener el metropolitano de sede la selección necesita mas a Teo que Teo a la selección….

  2. Si tenemos los peores y ratas de dirigentes como el mafioso mayor Álvaro Gonzalez y jesurumm esos actúan como la mafia Ciciliana

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