Cecilia Vicuña: la primera retrospectiva en Colombia de la artista, poeta y activista chilena
El Museo de Arte Miguel Urrutia presenta, por estos días, ‘Veroír el fracaso iluminado’, una retrospectiva de Cecilia Vicuña, la reconocida artista, que puso la lupa en el feminismo, el medioambiente, los derechos humanos y el indigenismo desde hace décadas.
Artista conceptual, artista visual, pintora, cineasta, activista política, poeta. No es fácil etiquetar lo que hace Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948) y a ella poco le interesa que lo hagan, aunque si tuviera que describirse, tal vez lo haría con esa última palabra, la de poeta. Pero más allá de eso, su arte escapa a cualquier intento de clasificarlo o encasillarlo.
“Sus destellos inventivos –literarios, visuales, performativos o sonoros– han excedido todas las categorías convencionales”, explica el peruano Miguel López, curador de arte y el encargado de Veroír el fracaso iluminado, la retrospectiva de la chilena que se presenta por estos días en Bogotá. También dice que cualquier concepto es “insuficiente para entender o describir el apasionado enmarañamiento que ella teje entre palabra y semilla, entre sonido e hilo, entre ‘quipu’ y sangre, entre cuerpo y tierra, entre basura y cosmos”.
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Basta con visitar la exposición, que está abierta desde el pasado 17 de febrero en el Museo de Arte Miguel Urrutia (calle 11 # 4-21), para entenderlo. Son más de 100 obras, de todo tipo, que abarcan temas que hoy parecen estar muy en boga, pero de los que ella lleva hablando décadas: el medioambiente, el feminismo, el indigenismo, los derechos humanos, la descolonización y el activismo político, con el que durante varios años lloró la muerte de Salvador Allende y resistió la dictadura de Augusto Pinochet.
La retrospectiva de Cecilia Vicuña
La forma de hacerlo es lo que muestra la amplitud artística de Cecilia Vicuña. Hay pinturas al óleo (sobre papel o tela), que solía hacer en los años sesenta y setenta, cuando era una joven en sus 20 años aprendiendo a expresarse con su arte. Algunas son piezas muy indígenas y muy anticoloniales. Otras son muy femeninas, eróticas, con imagénes claras de la menstruación y algunas incluso tienen algo de queer. También hay collages y tejidos o pigmentos sobre tela, como una pequeña muestra del famoso Chile vencerá, que junto con otros artistas colgó en Trafalgar Square, Londres, durante una manifestación en 1974.
Pero eso es solo una parte. Están las Palabrarmas, juegos de palabras con las que desarmaba y rearmaba las palabras, para buscar sus significados ocultos y revelar la forma en la que muchos (sobre todo la dictadura militar chilena en su época) manipulan el lenguaje y mienten. A través del collage, del tejido o incluso de performances grabadas en video, ella desarma y rearma palabras como solidaridad (sol-y-dar-y-dad), juega con la relación entre emancipación y participación (eman-sí-pasión, parti-sí-pasión) o entrecruza frases para darles otro significado.
También están los Precarios o Basuritas, en los que queda claro que fue una especie de pionera del reciclaje. Son objetos que muchos considerarían basura, pero que ella rescata desde 1966 (tenía 18 años entonces) y los convierte en esculturas o “altares de residuos”. Algunos dicen que se trata de “dignificar los escombros”, pero como ella lo explicó en una entrevista con El Salto, un diario español, la relación con estos objetos va mucho más allá:
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“Desde la perspectiva mía, yo no estoy dignificando nada. Estoy respondiendo a lo que está ahí. Me encuentro rodeada de escombro. Todo es escombro en el universo donde nosotros vivimos. Todo es basura. Todo se está convirtiendo en basura. Y yo misma soy una basurita. Viví toda mi vida como un ser menospreciado. Por ser mujer, por ser mestiza, oscura, chica… Por todo (…) No es que yo dignifique a la basura. Eso es un discurso exterior. Al contrario, la basura me está diciendo algo y yo escucho. Y yo expando y hago esos ensamblajes para que emerja, hable, diga lo que ella es”.
No se pueden dejar atrás sus Quipu, el antiguo sistema de escritura inca formado por cuerdas de lana andina sin hebrar en las que los nudos registraban estadísticas, escribían poemas y contaban las historias de sus antepasados, y que ella ha rescatado. Su obra más famosa, tal vez, es el monumental Quipu menstrual (la sangre de los glaciares), hecho por cuerdas rojas que se quedan pegadas a la ropa y el calzado de quienes los recorren, y que representa por un lado el periodo de las mujeres (como su nombre lo indica) y por el otro, el deshielo de los glaciares.
En la retrospectiva también hay mucho más de lo que los críticos llamarían arte conceptual, muy conectado con su activismo político. Un ejemplo es la obra La Ruca abstracta (o los ojos de Allende), en la que crea una especie de casa espiritual para honrar al expresidente chileno Salvador Allende, muerto durante el golpe de Estado liderado por Augusto Pinochet. Es un lugar creado con cañas, telas, ramas y recortes (como en un collage), que tiene una figura dibujada de Allende, con dos huecos en el lugar en donde estarían sus ojos. Una invitación a mirar a través de su punto de vista.
No se puede quedar atrás la poesía, que recorre toda su obra (desde los Quipu hasta las Palabrarmas), pero que también ha publicado en poemarios o en libros de artista –en los que mezcla sus poemas con otras creaciones como collages– con textos sobre el feminismo, el deseo sexual o la violencia contra la mujer, que ahora están en algunos de los grandes museos del mundo.
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La poesía también influyó su cine. En algunos casos de forma muy directa, como en su primer documental, ¿Qué es para usted la poesía?, que filmó cuando vivía exiliada en Colombia y que publicó en 1980. Allí le hace la pregunta del título a niños estudiantes de colegio, artistas callejeros, policías, trabajadoras sexuales, científicos y otros artistas. Pero en otros casos, la influencia se ve más en la poética de la narración, como en Kon Kon, de 2010, en el cual regresa a la ciudad donde comenzó sus Precarios, y les hace un homenaje a la cultura ancestral y a las tradiciones de este lugar.
Cecilia Vicuña y Colombia
La llegada de su retrospectiva a Colombia ocurre cuando Vicuña, a sus 74 años, goza del reconocimiento mundial que no tuvo durante gran parte de su vida, cuando era una artista de la periferia, poco reconocida e ignorada por los grandes museos y las grandes galerías. Hoy, en cambio, su obra le da la vuelta al mundo y está en las colecciones de museos como el MoMa, de Nueva York, el Tate, de Londres o el Perez Art, de Miami.
Puede ser un tema generacional, pues lo mismo sucede con otras mujeres artistas que por la misma época hablaron de temas como el feminismo, la violencia contra la mujer y la ecología, que entonces fueron ignoradas, pero que ahora son muy populares y se han vuelto íconos, como Ana Mendieta. Pero también se debe a su constancia y a dos motivos muy específicos: su participación en la Documenta 14 de 2017, con su Quipu menstrual, que la volvió mundialmente famosa, y al Premio Velázquez de Artes Plásticas 2019, que recibió en España por sus Precarios.
En Colombia, sin embargo, ya era una vieja amiga y conocida, por lo que no sorprende que este sea el primer país de América Latina al que llega esta retrospectiva, luego de estar tres años dando vueltas por el mundo.
Ella no solo vivió exiliada en Bogotá, entre 1975 y 1980, luego de llegar de Londres, en donde la había cogido el golpe de Estado de 1973, sino que aquí avanzó en sus investigaciones sobre arte indígena popular, le dio forma a sus Palabrarmas, hizo su primer documental, colaboró con la Corporación Colombiana de Teatro y dio clases de historia del arte en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y de poesía latinoamericana contemporánea en la Fundación El Arte de la Universidad Libre.
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La retrospectiva es, de cierta forma, un acto de justicia y agradecimiento con una de las artistas más importantes de América Latina.
Veroír el fracaso iluminado, la retrospectiva de Cecilia Vicuña, se puede visitar en el Museo de Arte Miguel Urrutia (calle 11 # 4-21), ubicado en el centro de Bogotá.
8 Comentarios
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Una artista bién particular e integral Muy interesantes sus obras y el significado que tienen
Interesante exposición
Interesante narrativa sobre esta artista conceptual.
Interesante que venga pintando y plasmando temas que han cobrado un gran valor en estos tiempos; ella sin duda los ha ilustrado con gran creatividad desde siempre