Un Ferrari para el desarrollo

La visión de desarrollo productivo que promueve Gustavo Petro toma forma con el formidable nombramiento de César Ferrari en Planeación Nacional. Ojalá sentemos las bases para que por fin se supere la desdichada dependencia de economías primarias, que no agregan valor y profundizan la pobreza.

La designación Ferrari como jefe del Departamento Nacional de Planeación (DNP) es, en mi concepto, el más afortunado de los nombramientos anunciados hasta ahora por el presidente Gustavo Petro. Años atrás, conocí al profesor Ferrari durante mi estancia como profesor en la Universidad Javeriana de Bogotá. Siendo muy joven, admiré su formación académica y trayectoria, su rigor científico y su capacidad de leer los desafíos económicos latinoamericanos con visión y mejor acervo de soluciones.

Lo celebro, porque su nombre representa lucidez y experticia de cara a lo que Petro ha denominado el cambio de paradigma económico para el país. Me refiero a la propuesta de un nuevo modelo de desarrollo para las ciudades y regiones, con especial énfasis en aquellas subregiones de economía rural, las más pobres, periféricas, abandonadas por el Estado, más aún, por el mercado.

Frente al campo, no es ninguna novedad diagnosticar la necesidad de una nueva comprensión de la ruralidad, basada en un enfoque no asistencialista, no reducido a la agricultura y ampliado al aprovechamiento de los recursos naturales, la sostenibilidad del medio ambiente y los servicios ambientales. La Misión para la Transformación del Campo (2014), hoy más que nunca un documento imprescindible, advirtió sobre la oportunidad que tienen dos terceras partes del país rural (e incluso semiurbano), alrededor de la conservación y utilización del agua, los recursos mineros, las actividades pecuarias y pesqueras, el paisaje, el turismo ecológico y las artesanías, entre otras economías propias de las vocaciones de municipios, departamentos y regiones.

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Tampoco será un punto de partida decir que, a pesar de valerosos intentos como la reforma al Sistema General de Regalías de 2011 y 2020, el reconocimiento del modelo de desarrollo actual está centralizado y concentrado, que no irradia beneficios reales y oportunidades fuera de las cuatro o cinco regiones aglomeradas por ciudades. En consecuencia, la muy baja capacidad de establecer lineamientos que orienten a los entes territoriales colombianos en la promoción del desarrollo productivo, en el marco de la construcción de los planes de desarrollo y desde el punto de vista de la competitividad y la innovación.

Lo que sí será una novedad y el verdadero desafío para este cuatrienio será sentar las bases para la implementación de proyectos regionales de alto impacto, programas de promoción y apoyo integral a los emprendimientos con información, crédito, asistencia técnica y capacitación. Proyectos que se piensen desde las ventajas comparativas territoriales y fomenten la creación de competencias y condiciones, por ejemplo, con la materialización de sistemas productivos locales o también conocidos como clúster.

En relación con el sector agropecuario, tal vez el más cacareado durante y tras la campaña presidencial, es de celebrar que por fin un gobierno nacional conciba la idea de industrializar el campo, pasar de la producción primaria a la agregación de valor en los productos: de producir frutas a producir mermeladas; de cosechar plátanos y venderlos a destajo, a procesar harina de plátano o patacones empacados al vacío. A hacer eficiente la ganadería mediante la estabulación y no el tradicional pastoreo. En una palabra, lograr la eficiencia en el uso de la tierra, el impulso agropecuario no solo extensivo y el desarrollo rural integral.

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Tradicionalmente las comunidades rurales han sido activas, son emprendedoras, luchadores con enormes adversidades encima. A pesar de ello, no logran alcanzar unos niveles de desarrollo y de calidad de vida para edificar un porvenir sostenible, próspero y equilibrado. El reto del Gobierno consistirá en diseñar una ruta institucional que lo posibilite: valorando el liderazgo colectivo e interés local en las decisiones, solicitando la cooperación entre agentes públicos y privados —instando gestión y liderazgo de los primeros— y, con la implementación del catastro multipropósito, la valoración y aprovechamiento de los recursos, capacidades y medios propios de cada territorio. No hay frase más cierta que nos estamos muriendo de hambre con la nevera llena.

Separándome de las críticas que hice en el marco de la campaña y al manejo político dado en la conformación del Gobierno, aplaudo y valoro no solo el nombramiento de César Ferrari sino la visión de desarrollo local y sostenible que se aúpa lograr en el cuatrienio. Y lo hago porque en las últimas dos décadas he dedicado mis esfuerzos a comprender el desarrollo económico y la capacidad de los gobiernos locales para promover y generar prosperidad en las comunidades. Ruta hasta ahora desconocida, inexplorada e ignorada por muchos de ellos.

César Ferrari, nuevo director Planeación
César Ferrari, nuevo director del Departamento Nacional de Planeación (DNP).

Sí, ojalá este sea el Gobierno que supere por fin la desdichada dependencia de economías primarias, que no agregan valor y profundizan la pobreza, la violencia y los conflictos sociales. Que reconozca también la oportunidad económica de regiones sembradas de cultivos de uso ilícito, muchas de las cuales alimentan la burbuja de consumo e informalidad (hoy del 58 por ciento, según lo expuesto ayer por el DANE en su reporte de mercado laboral informal para el trimestre abril-junio de 2022).

Son muchas las ideas y recomendaciones que quedan pendientes. Qué decir sobre economía circular y su enorme potencial para las ciudades y regiones, por ejemplo. En lo inmediato, César Ferrari y el DNP tienen por delante no solo liderar la formulación del Plan Nacional de Desarrollo 2022 – 2026, sino también consolidar la línea de trabajo que bien ha sabido mejorar en las últimas dos décadas a veces observada con lascivia por quienes ven en los recursos del Estado un botín de captura.

Desde lo técnico todo nuestro concurso para que esta mejor versión del gobierno Petro se enfoque en la productividad y la competitividad territorial. Que, a pesar de prácticas clientelistas denotadas ya con un puñado de nombramientos desafortunados, logremos construir, con la velocidad de un Ferrari, en perspectiva de Estado y con visión de largo plazo, la institucionalidad para promover la formación de los corredores de riqueza e incentivos para la formación de ejes de progreso que conecten dos siglos después y sin recelos toda la geografía nacional.

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4 Comentarios

  1. De acuerdo Alvaro José… Las economias primarias..propias de los paises latinoamericanos, nos han mantenido siempre sumergidos en la pobreza. Esperemos con el nuevo nombramiento sea efectiva la tecnificacion del campo.

  2. Excelente análisis de lo que se planteó el hoy presidente Gustavo Petro. Que seá él y todo su equipo concretando ese sueño por el cual votamos quienes creemos en él, nuestro presidente Petro. Muy bien profesor Benedetti. Esperemos que así sea.

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