“El sector audiovisual colombiano se acopló de manera admirable a la pandemia”
Claudia Triana, la directora de Proimágenes, cuenta cómo le fue al cine colombiano durante la pandemia y cuál es hoy la salud de este.
Desde 1998 está al frente de Proimágenes, entidad que promueve el cine colombiano y acompañó todo el proceso que le dio vida a la Ley de Cine (Ley 814), que transformó la producción nacional, en buena parte con la creación del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC).
Y como el Festival Internacional de Cine de Cartagena se alimenta, en buena parte, de lo hecho en Colombia, Diario Criterio le preguntó a Claudia Triana sobre cómo le fue a la producción nacional en tiempos de pandemia y cuál es el presente.
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Diario Criterio: ¿Qué pasó con el cine colombiano durante la pandemia y en qué quedó ahora que, al parecer, salimos de ella?
Claudia Triana: El sector audiovisual, sin duda, fue uno de los más perjudicados: se interrumpió la producción porque implica la movilización de grandes equipos humanos y técnicos, así como el inevitable contacto cercano en los rodajes. Y, además, el cierre de las salas de cine. Pero la creación de películas no se detuvo y muchos realizadores aprovecharon la cuarentena para escribir sus guiones; igualmente, varias películas que ya no tenían posibilidad de exhibición presencial, encontraron nuevas oportunidades de circulación en plataformas como Retina Latina y RTVC Play. De esta etapa queda un sector fortalecido que se acopló de manera admirable y que sigue en crecimiento.
Diario Criterio: O sea, nunca quedó estático…
C.T.: Durante la pandemia la mayoría de festivales y mercados se transformaron al formato híbrido y la formación también se trasladó a la virtualidad. Nuestro cine estuvo en festivales clave, con participaciones destacadas: En 2020, Son of Sodom ganó un premio en Cannes y Entre tú y Milagros, en Venecia. En 2021, Memoria obtuvo el Premio del Jurado en Cannes.
Diario Criterio: ¿Y cómo va la reapertura de las salas?
C.T.: Si bien el Gobierno autorizó su apertura en septiembre de 2020, tan solo a finales de noviembre de ese año se había logrado una apertura del 60 por ciento con 75.904 espectadores en el primer fin de semana. Esta cifra va en aumento y hoy el total de las salas se encuentra en operación y el público ha venido reaccionando positivamente.
Diario Criterio: ¿Qué cifras muestran los efectos de la crisis en el cine colombiano?
C.T.: En 2019 se estrenaron 48 películas colombianas, siete más que en 2018. Del total, 19 fueron óperas primas. Ese año asistieron 73,1 millones de espectadores a las salas de cine. Esta cifra representa un máximo histórico para la industria cinematográfica colombiana. Con un incremento de 9 millones de espectadores frente a 2018, un crecimiento del 14 por ciento.
De los recursos del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, para 2020, había aprobado un presupuesto de 38.066.227.042 pesos, que por la pandemia se redujo a 14.037.772.242 pesos, que provenían de un remanente de 2019 y del recaudo de taquilla de los tres primeros meses del año. Es decir, se pudo destinar menos de la mitad del presupuesto que se había proyectado.
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Diario Criterio: ¿Y en 2020?
C.T.: Naturalmente, hubo una reducción dramática y un impacto económico radical para la generación de empleos y la creación de historias. Ya en 2021 la asistencia a salas creció 98 por ciento y diciembre fue el primer mes con mayor asistencia desde 2019.
Diario Criterio: En cuanto a la producción, ¿qué películas y cómo se rodaron en épocas del covid?
C.T.: Con los Ministerios de Salud y de Cultura se reglamentó un protocolo, implementado a mediados de octubre de 2020. Las películas nacionales e internacionales, que regresaron con la apertura de los cielos, se rodaron de acuerdo con las medidas de bioseguridad.
Progresivamente se activó el calendario de estrenos y en lo que respecta a películas que cuentan con estímulos del FDC, a partir de la implementación del protocolo, se rodaron 44 cortos y 12 largos, entre ellos Jauría, Golán, Un varón, Los reyes del mundo, Anhell 69 y Sandra.
Diario Criterio: Siempre se habla del distanciamiento entre el cine colombiano y el público. ¿Eso ya se superó o qué falta para que mejore esta relación?
C.T.: Esto es un proceso que lleva años y cuyo impacto se puede ver incluso en el cambio generacional. Seguramente, con el trabajo de los diferentes aliados del sector, en unos años podremos contar con un público que se apropie de su cine.
Desde Proimágenes Colombia, y en articulación con las demás entidades y organizaciones dedicadas a la promoción del cine nacional, asumimos este reto como nuestra razón de ser y llevamos a cabo diversas estrategias. En alianza con el Ministerio de Cultura, por ejemplo, celebramos cada año la Temporada Cine Crea Colombia, dirigida a los públicos, en la que ofrecemos mediante diversos canales y espacios un catálogo de películas con acceso gratuito.
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Diario Criterio: Se habla de un auge del documental colombiano. ¿Es percepción? ¿Es realidad?
C.T.: La producción documental en Colombia se mantiene en constante actividad. De hecho, podríamos decir que desde 2016 el documental nacional ha empezado a crecer en estrenos. En 2019, hubo 48 estrenos de los que ocho fueron documentales; en 2020, se estrenaron 27 películas colombianas, diez son documentales. Y en 2021, hubo 30 estrenos colombianos de los cuales diez fueron documentales. Esto ocurre también por la labor de distribuidoras alternativas como DOC:CO y Distrito Pacífico. De este año, es importante resaltar a ALIS, película de Clare Weiskopf y Nicolás van Hemelryck, que nos representó en la Berlinale, llevándose dos premios.
Diario Criterio: ¿Qué aspira a decir en diciembre de 2022, a la hora de hacer un balance del cine colombiano en el año?
C.T.: Como Proimágenes nuestra aspiración permanente es seguir aportando a las políticas que han logrado que el sector audiovisual sea relevante para el país, no solo en el sector cultural, sino en la economía, la educación y sectores complementarios como el turismo; esperamos que el recaudo se siga recuperando para ampliar las estrategias de fortalecimiento, no solo en la producción cinematográfica, sino de series, videojuegos y otros tipos de contenido y también en la promoción del país como escenario de rodaje; que más producciones internacionales se realicen aquí implica empleo y oportunidades.
Trabajaremos por avanzar en el camino de reconocimiento nacional e internacional de este sector como elemento de patrimonio inmaterial, determinante en nuestra identidad como país; recuerde que un país sin cine es como una casa sin ventanas.
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Un pais sin cine es un pais sin memoria! Eso se decia antes de la revolcuion numerica.