Guía para entender el conflicto entre Palestina e Israel: 75 años de una herida abierta
Las disputas de soberanía sobre territorios estratégicos, la expansión israelí y la violencia desde y hacia la Franja de Gaza alejan la posibilidad de una salida negociada.
En la madrugada de este sábado 7 de octubre, Hamás lanza el mayor ataque sorpresa desde Gaza y, en consecuencia, Israel declara el estado de guerra, acaparando así toda la preocupación internacional ante una rápida escalada de este conflicto.
Y es que la violencia, como una constante en esta región, ha definido la consolidación del Estado israelí y la desaparición progresiva de una salida negociada, en línea con la resolución 181 votada en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1947, por la cual se dividía Palestina en dos Estados.
En esta ofensiva, 260 niños y 230 mujeres palestinos han muerto, y otras 4.500 personas han resultado heridas, dijo en un comunicado el Ministerio de Salud palestino. Además, 15 trabajadores de la salud han resultado heridos en Gaza y seis han muerto, así como ocho periodistas. Human Rights Watch llamó la promesa de Israel de asedio total a Gaza un “castigo colectivo“. | Fuente: Agencia Anadolu, citada por Diario Criterio.
Estas son cinco claves históricas para entender la tensión que cumple más de siete décadas en el Medio Oriente:
Un conflicto, muchas causas
El antisemitismo que el pueblo judío padecía en diferentes países de Europa, a finales del siglo XIX y en el comienzo del siglo XX, dio razón y fuerza al movimiento sionista, que defendía la necesidad de establecer un Estado judío.
La migración judía, impulsada en parte por el movimiento, empezaba a revelar las primeras resistencias entre la población local de la región de Palestina.
En aquella época, esta región localizada entre el afluente del Jordán y el mar Mediterráneo, formaba parte del Imperio Otomano y estaba habitada, en su mayoría, por poblaciones árabes y, en menor proporción, por comunidades musulmanas.
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Tras la desintegración del Imperio Otomano, como resultado de la Primera Guerra Mundial, Reino Unido recibió el encargo de la Liga de las Naciones para administrar este territorio.
Sin embargo, la administración británica gestó los primeros enfrentamientos bélicos en la zona, porque se comprometió con grupos árabes y judíos a reconocerles tierras y soberanía a ambos, compromisos que no eran realizables porque antes ya se había repartido el territorio con Francia. Por ello, se registraron los primeros enfrentamientos entre nacionalistas a través de paramilitares judíos y bandas árabes, según recapitula BBC.
El fin de la Segunda Guerra Mundial reforzó el clamor de los grupos sionistas y aceleró los planes de repartición del territorio. De esta manera, en 1947 se votó en la ONU la resolución 181, que reconocía la necesidad de dividir este territorio en dos Estados independientes, y estableció la administración internacional de Jerusalén y de los lugares religiosos, considerados sagrados por el catolicismo, el judaísmo y el Islam.
El nacimiento de un Estado y el comienzo de la “Nakba”
Un día antes de que el mandato británico expirara en la región palestina, el 14 de mayo de 1948, Israel proclamó su independencia y menos de 24 horas después, los ejércitos de países vecinos, como Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak invadieron el país. Este fue el primer conflicto que el Estado israelí enfrentó y mostró las principales debilidades y retos que tendría en materia militar y estratégica en una región que se resistía a reconocerlo.
Desde la visión palestina, el nacimiento de Israel como Estado representa la “Nakba”, también llamada “destrucción” o “catástrofe“. Cerca de 800.000 palestinos, según BBC, se exiliaron en países vecinos o fueron expulsados por tropas judías.
Tras la declaración de independencia israelí, los enfrentamientos entre árabes y judíos continuaron.
Por ejemplo, en 1956, una crisis generada por la nacionalización del Canal del Suez en Egipto desató una respuesta militar desde Israel, con el apoyo de Francia y Reino Unido. Otros conflictos posteriores redefinieron tanto su internacionalizaron como la geopolítica de la región.
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Por un lado, en 1967 en la Guerra de los Seis Días, entre el 5 y el 10 de junio de ese año, Israel se apoderó de la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto; Cisjordania (con Jerusalén Oriental), Jordania y los Altos del Golán, antes sirios. Esto produjo que cerca de 500.000 palestinos huyeran de estas zonas.
Por otra parte, la victoria sobre la coalición árabe marca el comienzo oficial de los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados, que ya cumple cinco décadas, de acuerdo con la organización Amnistía Internacional.
En 1973, otro conflicto denominado la guerra de Yom Kipur enfrentó a Egipto y a Siria contra Israel y permitió que el El Cairo retomara el Sinaí, sin Gaza, seis años después. Egipto es el primer país árabe en firmar un acuerdo de paz con Israel.
Las intifadas, en 1987 y 2000, han servido de termómetros sociales para mostrar la indignación del lado palestino, que ha derivado en hechos violentos y ha puesto la lupa sobre acciones militares israelíes.
Acuerdos frágiles y puntos irreconciliables del conflicto
Con la constitución del Estado de Israel y el desplazamiento de palestinos de territorios antes habitados, movimientos nacionalistas empezaron a reagruparse en las zonas de Cisjordania, Gaza y en los campos para refugiados creados en Jordania y Egipto.
Estos lugares, a su vez, se convirtieron en los principales puntos de acción de organizaciones armadas, consideradas terroristas por Israel.
En 1993, se produce el primer acuerdo de paz, conocido como los Acuerdos de Oslo. En estos se dan los primeros avances a décadas de enfrentamientos entre árabes y judíos: el punto más importante es el reconocimiento de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), organización que representaría los intereses palestinos.
En los Acuerdos firmados en la capital noruega no se reconoció la integridad de Cisjordania como región palestina y fue dividida en tres zonas: Zona A, bajo control civil y militar de la ANP; Zona B, controlada por civiles y fuerzas militares israelíes y palestinas; y Zona C, bajo control civil y militar israelí (a menudo los palestinos se refieren a esta zona como “Cisjordania ocupada”).
No obstante, los puntos inamovibles, como el reclamo de la soberanía de Jerusalén del este como propia por ambas partes, los refugiados palestinos, los asentamientos israelíes en expansión, las seguridad y las fronteras no se alteraron en esta negociación y se mostraron como los principales puntos de renuencia para alcanzar un acuerdo final.
Los puntos más álgidos, que han bloqueado el avance hacia un acuerdo duradero, han sido:
- Jerusalén, que tanto palestinos como israelíes reclaman su soberanía, dado el valor histórico y religioso que recae en este enclave.
- Las fronteras de un eventual Estado palestino, punto de resistencia entre ambas partes.
- Las probabilidades, cada vez más bajas, de que Israel retorne territorios que otrora estaban ocupados por palestinos y comunidades árabes.
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Y el desarrollo de los asentamientos judíos, especialmente desde 1967, pone mayor tensión sobre zonas cisjordanas y comunidades palestinas que han sido desalojadas con el respaldo oficial, según documenta la Corte Penal Internacional, miembros del Parlamento Europeo y Amnistía Internacional.
El reconocimiento internacional de un Estado palestino
En 2012, la ONU brindó reconocimiento a Palestina como “Estado observador, no miembro”. Este cambio, en la práctica, no implica que Palestina cuente con un escaño y reconocimiento pleno por parte de este organismo multilateral, pero brinda mayor visibilidad y participación en las discusiones. Además, le abre la puerta a que pueda recibir apoyo de agencias de la Organización.
Sin embargo, el poder de veto de Estados Unidos, el mayor aliado histórico de Israel en el Consejo de Seguridad, bloquea un avance hacia el reconocimiento pleno de Palestina en la ONU. También, en 2012, el país norteamericano fue el primero en el mundo en reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.
En el plano del derecho internacional se ha impulsado el reconocimiento de Palestina por parte de países del ‘sur global’, se destaca una campaña impulsada por la Liga Árabe conocida como Palestina 194, que pretendía impulsar la votación a favor en la Asamblea General de la ONU.
Paralelamente, los países del Mercosur y la región latinoamericana y del Caribe, así como los integrantes de BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y países de la Liga Árabe albergan el mayor número de Estados que reconocen a Palestina como un país —analizan Lisbeth Duarte y Jorge Miramontes—, en oposición a la Unión Europea y Norteamérica (incluido México), que no le reconocen.
Hamás y su líder ‘de facto’, actores determinantes
Hamás es una organización palestina que se declara como yihadista, nacionalista e islamista. No reconoce a Israel como Estado. El objetivo de Hamás es crear un Estado palestino fundamentalista islámico.
Hamás se distancia de la opositora Organización para la Liberación de Palestina (OLP), precedida de Yasir Arafat, porque, a diferencia de esta, el grupo yihadista no reconoce el Estado israelí.
Hamás se compone de varios grupos militares, describe DW, entre ellos, las Brigadas Qassam, que han ejecutado varios atentados suicidas contra Israel en los últimos años. Por otro lado, tienen un partido político y organizaciones de ayuda humanitaria.
Este grupo, clasificado como terrorista por parte de Israel, la Unión Europea, Estados Unidos y algunos países árabes, fue fundado en diciembre de 1987, en los territorios palestinos, inspirado en los Hermanos Musulmanes, otro grupo armado radical de su vecino Egipto.
El 25 de enero de 2006, Hamás se impuso en las elecciones parlamentarias. En 2007, tomó el control de la Franja de Gaza, tras intensos enfrentamientos contra el movimiento palestino Al Fatah.
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Desde ese momento, este territorio es visto por Tel-Aviv como enemigo e Israel le impuso un bloqueo por tierra, mar y aire que ha aislado a 1.9 millones de habitantes.
En la práctica, este cierre impide todo movimiento de palestinos hacia o desde esa región, salvo en un reducido número de casos humanitarios excepcionales, según documentó France 24 en 2018 y 2021.
El actual líder de Hamás es Ismail Haniya. Fue elegido en 2017 y reelegido en 2021. Sin embargo, el 14 de junio de 2007, el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, lo destituyó y fue sustituido por Salam Fayyad, exfuncionario del Fondo Monasterio Internacional. Haniya no admitió la destitución y continúa gobernando de facto la Franja de Gaza.
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12 Comentarios
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Que buén artículo sobre la historia de este conflicto
Gracias por la información
.”….en su mayoría, por poblaciones árabes y, en menor proporción, por comunidades musulmanas….” Buenos días, quiere decir esto, que en ese momento los arabes de esa región no eran musulmanes y talves los musulmanes (Turcos) eran mayoría?… sería interesante saber si en esa parte de “Palestina ” habian Judíos o siempre los hubo, es decir los que siempre han estado ahí desde (para no ir tan lejos )el imperio Romano hasta antes de 1948????
Muchas gracias.