¿Por qué se pierde el olfato con el covid-19 y cómo recuperarlo?
Las disminución del olfato, como la mayoría de complicaciones ocasionadas por el covid-19 —durante la infección y después de ella—, se atribuye a una inflamación excesiva, en este caso, en las células nasales y el área del cerebro asociada a la percepción de los olores.
Las cuarentenas y las restricciones virtualmente han desaparecido, así que es frecuente oír la frase “…cuando estábamos en pandemia”. Pero la realidad es que el nuevo coronavirus (covid-19 o SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) está lejos de irse. De hecho, otras infecciones curables y con una capacidad mucho menor de contagio acompañan a la humanidad desde hace miles de años o desde su inicio.
Sin embargo, gracias a las vacunas, las tasas de casos graves de covid-19 se han reducido, aunque aún es posible contraer la enfermedad, y, sea leve o grave, sufrir algunos efectos a largo plazo, como diferentes grados de pérdida del olfato.
Por lo general, las alteraciones del olfato se presentan al inicio del covid-19 y pueden afectar del 41 al 86 por ciento de las personas con casos leves de la enfermedad. Aunque es menos probable que las variantes más nuevas del virus causen estos síntomas, una parte de la población persiste con ellos.
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Lamentablemente, existen pocos tratamientos para quienes los experimentan, y, aunque los síntomas suelen mejorar espontáneamente algunas semanas después de la infección, en los casos persistentes, algunos métodos parecen ser efectivos.
Entrenar el olfato
Para los problemas de olfato inducidos por virus respiratorios, el único tratamiento que ha demostrado tener algún efecto es el entrenamiento del olfato, que consiste en oler una variedad de aromas fuertes, de forma intercalada, durante unos 20 minutos, en la mañana como en la tarde, por un período de dos a tres meses.
Sin embargo, no se recomienda olfatear con mucha fuerza, ya que dificulta que las moléculas olorosas lleguen al techo de las fosas nasales (donde las células que distinguen los olores están ubicadas), ni por mucho tiempo (10 segundos por cada olor es suficiente).
Este ejercicio se repetirá con cada olor dos tres veces, tanto en la mañana como en la noche.
Aunque la medicina no les había prestado particular atención a las alteraciones del olfato, con la pandemia, millones de personas han reportado disminución o pérdida persistente del olfato, aún tras resolverse la infección.
Por esto se han llevado a cabo estudios que apuntan a que el entrenamiento del olfato es un método útil para recuperar las neuronas y células olfatorias perdidas por virus respiratorios.
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Aunque la persona puede no recuperar el olfato por completo, se ha demostrado que este método mejora este síntoma.
Existen kits de entrenamiento olfatorio, disponibles en tiendas —acreditadas— naturistas o en línea, que contienen diferentes esencias o aceites esenciales para este fin.
El entrenamiento olfativo, en su formato tradicional, consta de cuatro olores: clavo, rosa, limón y eucalipto. Sin embargo, hay numerosos elementos domésticos que proporcionan un espectro amplio de olores, por lo cual los pacientes pueden elegir aquellos que saben que les gustan o con los que tienen algún tipo de conexión.
Otros análisis señalan que los cuatro olores que se utilizan en estos entrenamientos deberían cambiarse cada doce semanas. Los resultados de estos estudios demuestran además que este nuevo enfoque hace posible un mayor grado de recuperación del olfato. Por otro lado, existen investigaciones más específicas que han demostrado que los entrenamientos tendrán mejor resultado cuanto más se prolonguen (en número de semanas). Por lo tanto, hay que seguir con ellos, aunque no se perciba una mejora inmediata.
Las cáscaras de naranja y limón; la nuez moscada, el clavo, la menta, el eucalipto, el café molido, el coco y la canela son elementos relativamente comunes que pueden usarse en estos entrenamientos.
Una buena guía para aprender la técnica del entrenamiento la podemos encontrar en la página de la ONG Fifth Sense.
Es importante recalcar que quien presente los síntomas de forma prolongada, no mejore o que la disminución del olfato no se relacione con una infección respiratoria, debe buscar atención médica, especialmente si hay distorsiones olfativas conocidas como parosmias (los olores, para los demás normales, se perciben como desagradables o repugnantes).
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