Crisis en Afganistán: ¿la oportunidad que esperaba Trump para relanzar su carrera política?

En febrero de 2020, la administración del entonces presidente Donald Trump acordó con los talibanes el retiro de las tropas estadounidenses en Afganistán para 2021. En aquellas conversaciones no estuvo presente el gobierno afgano, pero poco importó su presencia en unas negociaciones que buscaban alcanzar un retiro pacífico de Estados Unidos de aquel conflicto. A pesar de la evidente implicación de Trump en el abandono afgano, el exmandatario republicano no ha tenido problema en criticar el manejo de la crisis en Afganistán por parte del presidente Joe Biden, quien en líneas generales siguió la hoja de ruta establecida por el magnate un año antes.

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La retirada de Estados Unidos de tierras afganas ha constituido un auténtico fracaso, el cual ha golpeado seriamente el balance del primer año de Biden en la Casa Blanca. Es cierto que el demócrata no sólo dio continuidad a los acuerdos conseguidos por Trump, sino que reafirmó la decisión tomada por la administración de Barack Obama, en la que fue vicepresidente, que anunció en 2014 una futura salida de las tropas norteamericanas de aquel país de Oriente Medio.

Pero el resultado no ha podido ser más catastrófico, con una evacuación convulsionada por el terrible atentado terrorista de Estado Islámico-K, que dejó más de 100 muertos a las afueras del aeropuerto de Kabul. Entre ellos se cuentan 13 militares estadounidenses.

Evacuados en aeropuerto de Kabul, Afganistán. Foto: AFP
Estados Unidos concluirá su misión en Afganistán el 31 de agosto. Hasta esa fecha, evacuará afganos en el aeropuerto de Kabul. Foto: AFP

Viendo a Biden contra las cuerdas (quien apenas puede defender su decisión de retirar todas las tropas de Afganistán el 31 de agosto), Trump aprovechó para atacar la gestión del demócrata en Oriente Medio.

En un comunicado firmado junto con su esposa Melania, Trump se refirió al atentado en Kabul. Dijo que “nunca se debería haber permitido que esta tragedia sucediera, lo que hace que nuestro dolor sea aún más profundo y más difícil de comprender”.

El trumpismo arremete contra Biden

Mientras tanto, los republicanos más afines a Trump se encargan de señalar abiertamente el desastre de Afganistán, del que culpan por completo, cómo no, a Biden. Los republicanos atacan al presidente en un país que suele unirse ante las tragedias nacionales, una muestra de las profundas divisiones en Washington y de los problemas políticos que se avecinan.

La número tres de los republicanos en la Cámara de Representantes, Elise Stefanik, no dudó en afirmar en Twitter que “Joe Biden tiene las manos manchadas de sangre”, escribió en Twitter. Por su parte, el senador republicano Josh Hawley sentenció que el presidente demócrata es responsable del “abyecto fracaso en Afganistán”, y pidió su renuncia. Mientras que otra colega republicana, Marsha Blackburn, pidió sin rodeos a todos los altos funcionarios de la administración Biden que dimitieran.

Si bien estas voces simpatizantes del expresidente republicano Donald Trump resuenan con fuerza, los grandes líderes del partido todavía evitan reclamar directamente la dimisión de Biden, de 78 años. Pero sin embargo, todos critican unánimemente su gestión de la retirada de Afganistán.

El viernes, el líder de la minoría republicana en la Cámara, Kevin McCarthy, dijo en una conferencia de prensa en el Congreso que las acciones de Biden “transpiran debilidad, incompetencia”.

Renuncia de Biden, bastante improbable

“Débil” es la palabra que muchos republicanos martillean para designar al presidente septuagenario desde el mortal ataque en las afueras del aeropuerto de Kabul. “Para ser comandante en jefe, hay que tener la confianza” de los estadounidenses, pero Biden la perdió la víspera, afirmó McCarthy.

No fue tan lejos como para pedir su renuncia o el inicio de un proceso de juicio político. Instó primero a evacuar a todos los estadounidenses que aún se encuentran en Kabul antes de la fecha límite del 31 de agosto confirmada por Biden para la retirada militar total de Estados Unidos.

Tropas estadounidenses en Afganistán en 2010
Tropas estadounidenses en Afganistán en 2010, durante la presidencia de Barack Obama. Foto: Patrick Baz / AFP

“Después de esta fecha, podremos hacer todo lo posible para asegurarnos de que se hagan los informes”, insistió, sin embargo. Y sentenció: “la hora de la verdad llegará”.

Estas perspectivas o posibilidades de renuncia o de juicio político son absolutamente improbables hoy, con un Congreso controlado por demócratas que apoyan masivamente a Biden.

Sin embargo, estos llamamientos podrían movilizar a los votantes republicanos a medida que se acercan las cruciales elecciones parlamentarias de mitad de mandato, en noviembre de 2022, cuando la oposición espera recuperar la mayoría.

Trump espera en la sombra

Mientras tanto, Trump ve allanado el camino para su regreso político. El asalto al Capitolio hace apenas ocho meses lapidó su influencia popular, tras la suspensión de sus cuentas en las principales redes sociales por incitar a la violencia.

Trump, en aquel momento acusado de socavar la democracia norteamericana, ve cómo Biden es señalado de hacer lo propio en el exterior al sellar el fracaso de la misión norteamericana en Afganistán. Puede que no sea el único culpable, pero dio la última palabra, y aseguró que una toma del poder de los talibanes era improbable. Y la muerte de estadounidenses en el conflicto promete calar hondo en el sector más patriota de los votantes.

En todo caso, las elecciones parlamentarias prometen ser una antesala para que Trump confirme sus aspiraciones presidenciales para 2024. Si los republicanos logran neutralizar la mayoría demócrata en la Cámara (y también los superan en el Senado), esto podría indicar que el discurso de Trump sigue calando hondo en buena parte del electorado.

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La popularidad de Biden ya ha caído bajo el efecto acumulativo de la crisis afgana, pero también debido al brote de covid-19 debido a la variante delta.

Tras el atentado en Kabul, el presidente estadounidense asumió el jueves “la responsabilidad de básicamente todo lo que ha sucedido últimamente”. Pero también recordó los acuerdos logrados por Trump con los talibanes. Y reafirmó su decisión de poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos, tras 20 años de intervención militar allí.

Ahora, los llamados a la unión que resuenan tras la muerte de los militares estadounidenses parecen casi obsoletos, vanos. En cambio, la crisis parece la ocasión perfecta para hacer retroceder el optimismo demócrata de los primeros meses de Biden en la Casa Blanca.

*Con información de AFP

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