Cristian Alarcón gana el Premio Alfaguara de Novela por ‘El tercer paraíso’
El periodista chileno-argentino, director de la revista digital ‘Anfibia’, fue reconocido por su primera novela, que será publicada en el transcurso del año.
Cristian Alarcón es periodista y se ha dedicado, desde hace casi 30 años, a escribir historias, crónicas y reportajes en algunos de los medios más importantes de Argentina y de América Latina, y en libros como Cuando muera quiero que me toquen cumbia (2003) y Si me querés, quereme transa (2010). Pero este jueves se graduó definitivamente de escritor de ficción, al ganar el Premio Alfaguara de Novela, uno de los reconocimientos más importantes de la literatura hispana, por su primera novela: El tercer paraíso.
La noticia se conoció este jueves, en Madrid, en un anuncio hecho por el escritor español Fernando Aramburu (autor de Patria), quien presidía un jurado conformado también por la periodista y escritora Olga Merino, la librera Paula Vázquez, el escritor español Ray Loriga y la directora de la FIL de Guadalajara, Marisol Schultz. En las discusiones estuvo involucrada también, con voz pero sin voto, la colombiana Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara.
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Según Aramburu, en El tercer paraíso, Alarcón logra “el vigor narrativo de una hermosa novela, con una estructura dual” y un libro que “abre la puerta a la esperanza de hallar en lo pequeño un refugio frente a las tragedias colectivas”.
La historia de la novela, que será publicada en el transcurso del año, arranca con los confinamientos de 2020 por la pandemia del covid-19. El protagonista se retira a su cabaña en las afueras de Buenos Aires y allí comienza a cultivar un jardín, en busca de su propio paraíso personal. Mientras lo hace, comienza a reconstruir la historia de sus antepasados en Chile y la forma en la que fueron obligados a irse de su país por la dictadura de Augusto Pinochet, e indaga en la formación del pensamiento científico, el nacimiento de la botánica y las expediciones europeas del siglo XVIII.
Alarcón envió su manuscrito –el premio reconoce a novelas no publicadas y enviadas bajo un nombre diferente al de los autores para evitar suspicacias– bajo el seudónimo de Daniel Vitulich. Como él, otras 899 personas enviaron los suyos. 408 llegaron desde España, 131 de Argentina, 119 de México, 87 de Colombia, 57 de Estados Unidos, 43 de Chile, 29 de Perú y 25 de Uruguay.
“No dejo de ser el cronista que soy”: Cristian Alarcón
Alarcón nació en 1970 Chile (como el protagonista de su novela), en La Unión, capital de la provincia del Ranco. Toda su carrera, sin embargo, la ha desarrollado en Argentina, en donde estudió periodismo y comunicación social en la Universidad Nacional de La Plata.
Ha sido cronista de medios como Clarín, Página 12, Gatopardo o Rolling Stone. También, es codirector de la Maestría en Periodismo Narrativo de la Universidad Nacional de General San Martín (Unsam). Desde 2012, además, es director periodístico de la revista digital Anfibia, que publica crónicas y ensayos con “el rigor de la investigación académica, la estética de la literatura y la arquitectura de las narrativas expandidas”. También trabaja con Cosecha Roja, una red latinoamericana de periodismo judicial.
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De hecho, Alarcón siempre ha intentado buscar las formas de expandir el periodismo y unirlo con otros lenguajes, como el artístico. Por eso, otra de sus iniciativas es el Laboratorio de Periodismo Performático, en donde convoca a artistas y a periodistas a generar juntos piezas enriquecidas con el lenguaje de ambas disciplinas.
Sus dos libros anteriores, además, demuestran una gran maestría en el uso de los elementos y herramientas literarias para contar las historias increíbles de la realidad cotidiana en Argentina.
En Si me querés, quereme transa, por ejemplo, cuenta la guerra por la distribución de cocaína que enfrenta a cinco clanes o pandillas en una villa de Buenos Aires. Y en Cuando muera quiero que me toquen cumbia, cuenta cómo un joven ladrón asesinado, que cuando vivía repartía todo lo que robaba entre sus vecinos, se convierte en una especie de santo para su barrio.
Tal vez por eso, en sus declaraciones al ser nombrado ganador del premio, Alarcón reivindicó su oficio periodístico: “No dejo de ser el cronista que soy”, dijo.
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Hay que leer la novela por la que ganó el premio, su tema suena muy interesante y para lo que estamos viviendo