¿Debería Cristiano Ronaldo abogar por los DD. HH. en Arabia Saudita?
Después de las críticas y los debates suscitados por la elección de Catar como sede del Mundial de Fútbol 2022, activistas ven el fichaje del futbolista por Al-Nassr como una oportunidad.
La superestrella portuguesa, que fue recibida con fuegos artificiales y rugidos ensordecedores en el estadio Mrsool Park, de Al-Nassr, el martes 3 de enero, dijo que quería “ser parte del éxito del país y de (su) cultura“.
En contexto: Cristiano Ronaldo llega al Al-Nassr
El jugador de 37 años dejó el Manchester United en noviembre, después de una explosiva entrevista en la que criticó al club y al entrenador Erik ten Hag.
La llegada del exdelantero del Real Madrid se produce en el contexto de un impulso en el país asiático en deportes como el golf, el boxeo, el tenis y la F1, además del fútbol, tras la adquisición del club Newcastle United de la Premier League inglesa en 2021.
La nación del Golfo también considera una candidatura conjunta para ser coanfitrión de la Copa del Mundo en 2030.
Sin embargo, para Amnistía Internacional, el fichaje de Ronaldo es parte de un “patrón más amplio de lavado deportivo” en Arabia Saudita.
Dana Ahmed, investigadora sobre Medio Oriente en Amnistía Internacional, asegura que, “en lugar de ofrecer elogios a Arabia Saudita, sin críticas, Ronaldo debería usar su considerable plataforma pública para llamar la atención sobre los problemas de derechos humanos en el país”.
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Ahmed resalta que, “en un solo día, el año pasado, 81 personas fueron ejecutadas, muchas de las cuales fueron juzgadas en juicios manifiestamente injustos. Las autoridades también continúan reprimiendo la libertad de expresión y asociación, imponiendo duras penas de prisión a defensores de los derechos Humanos, activistas por los derechos de las mujeres y otros activistas políticos“.
Asimismo, la activista señaló que “Cristiano Ronaldo no debería permitir que su fama y estatus de celebridad se conviertan en una herramienta para el lavado de ropa deportiva de Arabia Saudita. Debería usar su tiempo en Al Nassr para hablar sobre la gran cantidad de problemas de derechos humanos en el país“.
De Pelé a Ronaldo
El Mundial de Catar produjo múltiples discusiones, una de ellas, de dónde debe venir y a quién debe dirigirse el respeto: ¿de los visitantes a la cultura anfitriona?, ¿del anfitrión del Mundial al público que hospeda?
En 1969, días después de la victoria a Santos sobre Vasco da Gama, gracias al penalti cobrado por Pelé en el Maracaná, El Rey recorrió las calles de Brasilia en una caravana rumbo al Palacio de Gobierno.
Emilio Garrastazu Medici, que hacía poco había asumido la presidencia por mandato de la junta militar, le entregó una condecoración. A su vez, el rey del futbol le firmó unos balones.
En contexto: Pelé y la dictadura brasileña
Pelé había decidido no asistir al Mundial de México. Medici, siguiendo la fórmula de utilizar el fútbol como método para limpiar los crímenes de la dictadura —o, al menos, esconderlos—, hizo hasta lo imposible para que el jugador cambiara de opinión.
Brasil quedó campeón del Mundial. El régimen utilizó el triunfo y, por supuesto, la figura de Pelé para hacer propaganda a su favor.
Las fotos en las que el jugador aparecía con Medici y miembros sonrientes de la dictadura militar eran difundidas constantemente por el aparato propagandístico del régimen. Frente a esto, Pelé dijo poco.
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Ambos episodios han sido usados por algunas de las víctimas de la dictadura para fustigar al jugador, al que le reclaman por su pasividad frente a la dictadura.
Sin embargo, los defensores de Pelé también sacan a colación la campaña que hizo en 1984 con una camiseta que decía Diretas Já, para reivindicar el derecho a elegir al presidente por medio de voto popular; además de entrevistas de la época en las cuales habló sobre la necesidad de volver a la democracia.
Frente a la polémica, en el documental sobre su vida, Pelé —estrenado el año pasado en Netflix—, el futbolista dijo: “No creo que pudiera hacer otra cosa (…) No era un superhombre, no era milagroso, no era nadie”.
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Que tema tan difícil y complejo
Es difícil cambiar la cultura e idiosincrasia de un país por más que sea un jugador famoso que muchas veces no da buén ejemplo con su forma de actuar