La cultura: un eje transversal para la transformación social

En el marco del IX Foro de Cultura Ciudad de Medellín se debatió sobre la importancia de la cultura para la transformación de la sociedad y su relación transversal con otros sectores.

Gestores sociales, artistas, líderes culturales y funcionarios públicos ligados al sector cultural se reunieron el jueves pasado en la tarde, en el marco del IX Foro de Cultura Ciudad de Medellín, para hablar sobre la importancia de la cultura como eje transversal de transformación social junto a muchos otros sectores.

Criterio estuvo presente en el debate y recoge algunas de las ideas que se discutieron en ese espacio y que se usarán como insumo para la formulación del Plan de Cultura Distrital de Medellín, El Encuentro Nacional de consejeros y consejeras de Cultura y la reforma de la Ley General de Cultura, entre otras iniciativas de política pública.

La cultura: un eje de transformación social

Todos los asistentes al debate estuvieron de acuerdo en la cultura es un motor de la transformación social en la sociedad, algo que se puede comprobar en Medellín y en los distintos territorios y sectores que cada uno de ellos representa.

Son varias las razones por las que la cultura es un eje de transformación social para ellos. Por un lado, es una forma de preservar la tradición, la memoria y la historia de un determinado territorio o grupo social. Por el otro, permite construir identidad, algo que hacia adentro genera identificación y hacia afuera, diferenciación con otros grupos y poblaciones. Esa diferenciación no es mala, porque permite, también procesos de intercambio e interculturalidad.

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Los procesos culturales (artísticos, creativos, etc..), además, producen relaciones de confianza, construyen tejido social en la cotidianidad y generan, en un colectivo, capacidades sociales. Todo eso se traduce en arraigo en la población involucrada e, incluso, en un legado para dejarle a las generaciones que vienen.

En otros casos, la cultura puede ser transgresora y, en ciertas situaciones, puede romper con patrones establecidos y generar cambios, tanto en la mentalidad de las personas como en situaciones muy concretas. El ejemplo más claro se dio en la propia Medellín, a finales de los años 80 y comienzos de los años 90, en plena época de violencia, cuando iniciativas culturales como el Festival Internacional de Poesía o La Fiesta de la vida retomaron las calles para la ciudadanía y la cultura, cambiando paradigmas.

En ese sentido, la cultura es un referente de cómo debe ser la vida cotidiana y ofrece nuevas posibilidades.

La cultura, transversal a otros sectores y retos sociales

Ese poder de la cultura para transformar a la sociedad hace que sea clave para trabajar por otras áreas y sectores de la política pública como la educación, la salud o el cuidado del medio ambiente. Para eso, desde la ciudadanía y desde la institucionalidad se pueden buscar alianzas o acuerdos con las otras instituciones o sectores.

En ese sentido, los gestores sociales, artistas, líderes culturales y funcionarios públicos que estuvieron en la discusión creen que uno de los grandes aportes que puede hacer el sector cultural en Medellín tiene que ver con transformar la cultura de la mafia, tan presente en la ciudad y en todo el país. Es n tema profundo que hace que las personas prefieran la cultura del atajo, que piensen en lo ilegal como una posibilidad y que piensen siempre en eliminar al contrario.

Mesas de debate en el IX Foro de Cultura Ciudad de Medellín
Foto de José Vicente Guzmán M.

Otro aporte, a nivel mundial, es en el tema del cambio climático y el cuidado del medio ambiente, el reto más importante para la humanidad hoy, ya que según los científicos estamos avocados a la extinción si continuamos descuidando el planeta como lo hacemos hoy. La cultura no solo puede ayudar a enseñar y comunicar mejor este reto, sino que en sí misma es un puente hacia la felicidad de las personas, que pueden aprender a vivir en armonía con el entorno.

También puede ayudar a reconocer, aceptar e incorporar a las diferentes poblaciones que hay en la sociedad, como los grupos étnicos. Pero no solo como un ejercicio decorativo o de relleno, lleno de simplificaciones y actos de aceptación de la diversidad superficiales, sino como un ejercicio consciente y de fondo.

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El propio sector cultural necesita mejorar

Para que todos estos cambios sean posibles a través de la cultura, los asistentes al debate creen que el sector cultural de la ciudad necesita algunos cambios internos. Por un lado, dicen, hay que dejar de lado esa ‘cultura’ competitiva de los estímulos, en la que a algunos les va bien y a otros mal, por un tejido más colaborativo en el que todos estén mucho más articulados.

También creen que la institucionalidad (la secretaría de cultura de la ciudad así como las entidades departamentales y nacionales) necesitan disminuir el nivel de burocracia y de intermediación que los creadores y gestores necesitan hoy para acceder a recursos o ayudas.

Y, por último, creen que entre todos deberían prepararse para fenómenos como la inteligencia artificial (viéndola como un reto y también como una oportunidad) y buscar las formas de que el sector y sus actores sean sostenibles, más allá de los estímulos y las convocatorias.

3 Comentarios

  1. Resumen claro y concreto de este foro en Medellín que muestra todo lo que representa el sector cultural en nuestro país y en el mundo entero para transformar la sociedad y vivir mejor

  2. Carlos Saúl Arenas

    La cultura no es un eje transversal, simple.ente existe como un todo. El problema es la fragmentación del concepto de cultura y la ejecución cultural como una norma. Es importante reconocer que la cultura basa su identidad en cada uno de los rasgos fusionados en el tiempo y los procesos expansivos de las poblaciones, la migración constante es la que crea siempre híbridos o nuevos códigos y simbolos

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