Alcalde Daniel Quintero, pida perdón

Señor Daniel Quintero:

En el año 2021, le escribí una carta en la cual le planteé, muy respetuosamente, la posibilidad de que, como alcalde de Medellín, pidiera perdón por los excesos cometidos por la operación Orión. Esta especie de solicitud, hecha por un escritor que se había atrevido a escribir una novela sobre estos eventos y su consecuencia traumática en el tejido social de la ciudad, recibió una buena atención de parte suya. A través de la Secretaría de la no violencia empezamos, entonces, a explorar el terreno para mirar si este acto podía efectuarse. Muy pronto, hubo un entusiasmo singular y con los consejos de la JEP y diferentes integrantes de la secretaría concluimos que, a pesar de las dificultades que entrañaba, este perdón era perfectamente factible.

Después hubo conversaciones con algunos representantes de asociaciones de víctimas de la comuna 13 y de diferentes organizaciones no gubernamentales que, desde hace años, velan por sus derechos. Poco a poco, un camino de diálogo comenzó a despejarse. Sin embargo, las turbulencias provocadas en Medellín por su valiente postura frente a la corrupción generada por Hidroituango y el Grupo GEA comenzaron a entorpecer este proceso.

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Más tarde, vino la suspensión que la Procuraduría hizo de su cargo como alcalde de Medellín en medio de las agitadas campañas presidenciales. Una suspensión que demostró, una vez más, la catadura mezquina e injusta de este gobierno que termina. Felizmente, esta suspensión se ha levantado y ahora usted retoma su cargo en medio de una atmósfera social y política completamente diferente.

Es esta atmósfera de cambio, donde soplan nuevos vientos de esperanza para una Medellín y una Colombia vapuleadas por la violencia, la que me lleva a escribirle esta nueva carta y hacerla pública. El Pacto Histórico, en manos de Gustavo Petro y Francia Márquez, se propone llevar a cabo una nueva época de reconciliación y de paz, y en ella los gestos de perdón, como este que yo me permito tener en cuenta una vez más, deben asumir una suprema importancia.

Ahora bien, se sabe que la Alcaldía de Medellín, en octubre de 2002, fue la que ordenó, bajo el visto bueno de la Presidencia del país, la operación Orión. Nunca antes se había dado en el panorama nacional una acción militar urbana tan ejemplarmente brutal. En ella participaron no solo los ejércitos oficiales, sino grupos paramilitares vinculados con el narcotráfico. Su objetivo fue expulsar de la comuna 13 a los últimos reductos de las milicias populares que manejaban de manera ilegal el destino de sus numerosos barrios.

El triunfo de la operación fue rotundo y lo celebraron apoteósicamente diferentes estamentos de Medellín (políticos, empresarios, militares, religiosos, educativos y culturales) y se creyó que la embestida agresiva de los grupos militares, que a la postre resultaron triunfadores, era más que necesaria.

Veinte años después, sin embargo, y luego de hacerse una exhaustiva revisión de este operativo militar y de los que le antecedieron, se ha reconocido de forma unánime, con dolor e indignación, con tristeza y estupor, los atropellos a los derechos humanos ejercidos sobre la población civil. Orión provocó asesinatos, heridos, detenciones arbitrarias, desplazamientos, desapariciones forzadas y el tejido social que se había instalado en los barrios de la comuna 13 se destruyó a través del amedrentamiento y el terror.

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Sería un acto de verdadera reconciliación que usted, como actual alcalde de Medellín, y en vista de su posición crítica frente a esta operación infausta, pudiera presentarles a las víctimas de la comuna 13 un perdón sincero. Que pudiera mirar a los ojos de esas mujeres y esos hombres que aún siguen buscando a sus familiares muertos y desaparecidos y ofrecerles una palabra de condolencia y afecto.

Y que al lado suyo, ojalá fuera así, estuvieran los representantes respectivos de la Cuarta Brigada, de la Policía Metropolitana, de los empresarios de la ciudad y los jefes de los grupos de milicianos y paramilitares que participaron en esas cruentas jornadas. Y que todos ustedes, en aras de buscar esa urgente sanación que necesitamos como sociedad civil –y Orión significa una de las más profundas heridas que tiene Medellín– expresaran su perdón. Así podríamos seguir avanzando hacia un futuro más amable y benevolente.

Estoy completamente seguro, alcalde Daniel Quintero, que si usted lidera este acto, con firmeza y serenidad, con generosidad y amor, nosotros y las nuevas generaciones que vendrán lo recordaremos con admiración y le agradeceremos siempre.

Reciba un cordial saludo,

Pablo Montoya

Roma, 26 de junio de 2022

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6 Comentarios

  1. Acertada y oportuna la solicitud al alcalde de “pedir perdón” por todo lo que dejó la Operación Orión en la ciudad de Medellín, es el momento perfecto para que se lleve a cabo este manifiesto, que bien coincide con el planteamiento del presidente electo Gustavo Petro: del Perdón Social. Es una necesidad para las personas de la comuna 13, la ciudad de Medellín y de manera extensiva de Colombia.
    Sería un acto de solidaridad y empatía con tantas vidas que se perdieron. Un abrazo Pablo.

  2. Ligia Sánchez Cardona

    Por vivir en Medellín en la época de la operación Orión me tocó vivir con horror lo que significó para la ciudad, y lo más grave el apoyo de la mayoría de los habitantes y la indiferencia de otros.
    Esa herida sigue abierta por la impunidad. No he tenido oportunidad de leer su libro por problemas de visión debido a mi avanzada edad, pero creo que es una esperanza para las víctimas. Un abrazo.

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