Quintero versus ‘El Colombiano’, una batalla más allá de Twitter y los titulares
Miembros del gabinete de Daniel Quintero han arreciado sus ataques contra el diario paisa. Quintero dice que detrás de las denuncias de ‘El Colombiano’ hay intereses por Hidroituango. Otros creen que el alcalde quiere desviar la atención de sus intenciones con esa obra y con UNE.
La arremetida de la Alcaldía de Medellín en contra del diario El Colombiano llegó a un punto candente esta semana, sobre todo después de que el secretario de Gobierno de la ciudad, Esteban Restrepo, decidió hacer una encuesta en Twitter para preguntar si el periódico paisa era serio o un pasquín.
Las críticas en contra del funcionario le llegaron desde diferentes sectores. Incluso, muchos le reclamaron que se concentrara en los asuntos de ciudad y dejara de pregonar y cazar peleas a través de las redes sociales.
El caso de El Colombiano no es un asunto de los últimos días. La situación se empezó a cocinar desde antes de la llegada de Quintero a la alcaldía, pues el diario se la jugó por otros candidatos y, una vez electo, las relaciones entre la casa editorial y La Alpujarra nunca se recuperaron.
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Algunos creen que esta estrategia contra el periódico busca desviar la atención del intenso enfrentamiento que ha tenido con los constructores de Hidroituango y parte de la clase empresarial antioqueña, justo cuando se está debatiendo la posibilidad de sacar a empujones de la obra al consorcio para poner en su reemplazo a otro (chino o colombiano), lo que hoy se conoce como el famoso Plan B de Quintero.
Documentos internos de Empresas Públicas de Medellín (EPM) mostrarían que ese enroque costaría 2 y 4 billones de pesos adicionales a lo que valdría finalizar el proyecto, que pueden ser entre 2,5 y 5 billones de pesos. Más que una solución, esto desencadenaría retrasos e inconvenientes para la puesta en marcha de la hidroeléctrica.
Las denuncias de ‘El Colombiano’
Tras la llegada de Quintero, El Colombiano develó algunas irregularidades en contratos en su administración.
Uno de estos, precisamente, se relaciona con los pagos de publicidad por parte de la Alcaldía de Medellín a 26 sitios web de dudosa procedencia que tienen menos de un año de existencia, “con contenido replicado de otros espacios informativos, con un alcance de audiencias cuestionable por lo bajo”, además de que están registrados en otras ciudades e incluso en el extranjero.
De acuerdo con El Colombiano, el gasto para esos portales ha sido de 167 millones de pesos mensuales (unos 2.004 millones de pesos al año), una cifra superior a la “que se destinó el año pasado a los medios comunitarios e independientes de la ciudad”, con los que se suscribieron contratos por apenas 121.243.509 pesos.
Quintero se defendió asegurando que las denuncias eran una represalia por la reducción de pauta. Miembros de su gabinete, como el secretario Restrepo, repitieron ese mismo libreto para criticar a El Colombiano.
A la pelea se unió el gerente de Telemedellín, Deninson Mendoza, quien despidió al director del sistema informativo del canal, Hernán Muñoz Álvarez, en una polémica que involucra supuestas presiones para no difundir noticias desfavorables a la gestión de Quintero.
El Colombiano siguió con sus denuncias y, este jueves, reveló lazos familiares al interior de la Alcaldía de Medellín. “Se encontraron cerca de 27 funcionarios —varios del alto staff del alcalde Daniel Quintero y su esposa— que comparten los mismos apellidos entre sí, que son o han sido pareja“, dice el medio.
Aunque el diario advierte que “los lazos de parentesco y afinidad” no son ilegales, “sí pueden representar falta de garantías para la transparencia“.
Fue esa investigación la que desató la más reciente andanada de Daniel Quintero y su equipo de gobierno contra El Colombiano, con una posible participación de bodegas en redes.
De nuevo, sacaron la carta de la reducción de la pauta y apelaron a la supuesta afinidad ideológica del periódico. “‘El Colombiano’, como diario, ha sido históricamente conservador y cercano al uribismo. Hoy está en oposición a @QuinteroCalle porque su junta tiene contratistas de Hidroituango”, dijo Juan Carlos Upegui, secretario de la No Violencia de Medellín.
El llamado de la Flip y el contraataque de Daniel Quintero
La Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) rechazó los ataques de los funcionarios del alcalde contra el tradicional medio paisa. “Estas expresiones buscan menoscabar la credibilidad del medio y estigmatizar a sus periodistas, como represalia a la veeduría que ‘El Colombiano’ hace de la administración de Medellín. Esto genera un ambiente de permisividad frente a ataques y agresiones”, advirtió.
La Flip también le recordó a la Alcaldía de Medellín la situación que se vivió con el canal local Telemedellín y Johana Jaramillo Palacio, quien ejercía como gerente del canal, y con Hernán Muñoz Álvarez.
Al parecer, la razón de su salida tiene que ver con una presunta estrategia para limpiar la imagen de Quintero a través del canal.
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Pero la prensa no ha sido la única que ha sufrido la embestida del alcalde y sus secretarios. La semana pasada, ante la negativa de los concejales de Medellín de autorizar la venta de UNE (filial de EPM), miembros del gabinete la emprendieron contra los cabildantes e incluso los llamaron “sinvergüenzas”.
Por otro lado, el llamado de atención de la Flip no calmó los ánimos. Los alfiles de Quintero, incluso, empezaron a criticar a la fundación. Así reaccionó, por ejemplo, María Camila Villamizar, su secretaria privada.
Y el propio alcalde, sin mencionar a El Colombiano, siguió con su arremetida en un tono pasivo-agresivo.
Este asunto trascendió lo local y ya se ha convertido en tema de debate medios nacionales. En la emisión de este viernes de Blu Radio, uno de los más duros contra el mandatario, el analista Aurelio Suárez se refirió a los últimos trinos de Quintero y dijo: “Todo está mal. Mírelo: cuando habla de la prensa libre, le dice vendida. Persiste en el insulto. Lo segundo: (habla de) los ciudadanos que castigan (a la prensa, pero de no de) las bodegas que él maneja.
“Es que Quintero no le puede negar al país que él tiene una bodega pagada de gente que ni siquiera es de Medellín, que él está pagando para volverlos en ciudadanos que critican. Y la tercera frase está mal escrita, tiene un error de ortografía. ¡Todo mal!, como todo lo mal que ha hecho, porque Quintero se empecinó en una cosa, tratar de reemplazar al GEA (Grupo Empresarial Antioqueño) por el ‘Clafaqui'”, agregó Suárez, en referencia al Clan Familia Quintero.
“Él tiene que dar explicación de cuál es la red burocrática de sus amigos, de su familia, que ha montado”, concluyó.
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Desde 1012 a la fecha le entregaron al Colombiano 15 mil millones dizque de pauta (Aníbal Gaviria y Federico Gutiérrez) de los impuesto del municipio. Con razón son tan comprensivos con sus administraciones y sus desafueros, y no sabemos cuánto le han pagado por parte del departamento en ese mismo lapso, Fajardo, Luis Pérez y de nuevo Aníbal Gaviria. Qué teta más abundante han tenido este pasquín uribista hasta los tuétanos. Siempre ha habido una manguala y una cultura del tapen tapen, muy “normalizada” como una mafia más. Con razón tan acuciosos contra Quintero (quien tampoco es un ángel)