‘Develaciones, un canto a los cuatro vientos’: el duelo de un país presente en las tablas
‘Develaciones, un canto a los cuatro vientos’ reúne artistas de todos los rincones del país para expresar por medio de la danza, el teatro, la música y el videoarte las tragedias más dolorosas que se han vivido en Colombia.
El llanto ha sido una de las bandas sonoras de Colombia. Se ha escuchado en las madres que durante años han buscado a sus hijos desaparecidos, ha estado presente en los rostros de las familias que claman por saber la verdad y se unió con los aplausos cuando se cerró el telón del Julio Mario Santo Domingo después de la primera presentación de Develaciones, un canto a los cuatro vientos.
“Eran 102 personas tras escena llorando, además del público que quedó conmovido en el teatro”, recuerda Nube Sandoval, codirectora de esta puesta en escena. Esa primera presentación en noviembre del 2021 demostró que la diversidad en el país es infinita, y una vez más reafirmó que las artes y la cultura son las mejores herramientas para la catarsis colectiva.
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Ahora, en el marco del Festival Iberoamericano de Teatro regresa a las tablas Develaciones una obra de la Comisión de la Verdad que pone ante los ojos del mundo, la tragedia que han vivido millones de ciudadanos en este país por causa del conflicto armado interno. Un reconocimiento a su dignidad y a la capacidad de seguir adelante y mostrarnos el camino de la reconciliación.
Develaciones: el teatro como puente
Para la Comisión de la Verdad las artes siempre han tenido un lugar importante. “Durante todo este camino nos hemos dado cuenta que las comunidades han encontrado un lenguaje en el arte para nombrar las cosas, porque no ha existido otra forma de hacerlo. No se trata de una elaboración intelectual sino de una cosa que emerge del alma como una voz necesaria”, contó a Diario Criterio la comisionada Lucía González.
Así que se contempló hacer una cantata con música que reuniera las voces resistentes que han contado la guerra por medio de la música y una obra de teatro. “Decidimos fusionar las dos ideas y hacer que la misma comunidad representara su vida, porque ellos son la tragedia, la resistencia, la diferencia, son el pueblo”, explica la comisionada.
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Es por esto que Lucía González convocó a Iván Benavídez, Bernardo Rey y a Nube Sandoval en diciembre del 2020 para que materializaran esta idea y pusieran en escena algunas de las tragedias más dolorosas que se han vivido en Colombia.
El despojo, el secuestro, los falsos positivos, la desaparición y el reclutamiento forzado; la narrativa de las élites, el lugar de la Fuerza Pública, de la Iglesia y la lucha de los jóvenes durante el estallido social fueron los temas clave que la Comisión le dio a los directores.
Pero además había algo importante, la obra debía poner en evidencia la resistencia y la riqueza cultural que hay en todos los territorios del país y sus protagonistas debían estar sobre las tablas del teatro.
Encerrados en un teatro de guadua en la Sierra Nevada de Santa Marta, los tres directores se dedicaron durante 20 días a crear Develaciones, una rapsodia que conjuga teatro, música, danza, cantos y videoarte. “Con tres hamacas, un televisor, un equipo de sonido y un modem nos encerramos a echar ideas. En medio de la naturaleza durante 24 horas al día trabajando en eso“, recuerda Nube.
No querían llevar a la escena lo obvio o evidente, no buscaban reafirmar esos estereotipos o imágenes crudos de la guerra. Querían que por medio de metáforas “no solo se tocara la razón sino la emoción y las vísceras”, y sí que lo lograron.
Una vez estructurado el guion llegó el momento de viajar por el territorio para buscar esos personajes que conformarían Develaciones. Uno de los objetivos de esta búsqueda fue que los grupos y artistas con quienes se iba a trabajar no solo debían tener un nivel de calidad artística muy alto, sino además tener un proceso artístico en sus territorios. “Hay escuelas, semilleros. Todos crean cultura y al crear cultura crean comunidad”, expresa la codirectora de Develaciones y fundadora del Centro de Investigaciones Teatrales CENIT.
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Un río llamado Colombia
Con las ideas escritas, la creatividad a flor de piel y la columna vertebral diseñada, los tres directores vieron el río como la mejor metáfora para hablar de Colombia. Nubia explica que era importante concebir la obra como un caudal vivo, para que los artistas fueran ese puente por donde se pudiera transitar la historia del país. Develaciones se configura entonces como un proyecto que va a cada rincón del país para explorar las expresiones culturares de cada región y converge en un solo lugar.
De la Guajira llegan representantes de la Escuela de saberes Wuayuu Sauyepia, un lugar donde a través de la danza, el canto, la música y la narración oral se transmiten los saberes indígenas de generación en generación.
De Barranquilla se escuchan los ritmos del Grupo Tonada, los grandes embajadores del Bullerengue en el país que se caracteriza porque cada integrante cuenta con maestros y maestras que les enseñan sus melodías ancestrales y se fusionan con la práctica profesional y académica de los músicos.
Está la Corporación Cultural Afrocolombiana Sankofa de Medellín, un grupo de danza afrocontemporánea dirigido por Rafael Palacios quien también es el coreógrafo de Develaciones. La agrupación tiene una frase clave para su práctica artística: “Bailamos más que para ser vistos, para ser escuchados”.
Llegan al escenario los Jóvenes creadores del Chocó quienes a través de la danza urbana buscan crear nuevas realidades. Sus bailes están llenos relatos que narran sus propias historias y buscan sanar y resistir por medio del movimiento.
El sabor del Cauca se siente con Semblanzas del río Guapi, un grupo musical que a su vez es un semillero con cerca de 300 niñas y niños que aprenden a tocar los instrumentos musicales propios de la región. La marimba, el guasá, el cununo. Los cantos de esta región se hacen presentes en Develaciones a través de un alabao, estos cantos que tradicionalmente se interpretan en los funerales para acompañar las almas del difunto.
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Sus voces acompañan una de las escenas más conmovedoras de la obra: las de las madres de Soacha que llegan al escenario a desenterrar las memorias de sus hijos que siguen intactas en su día y en la lucha por conocer la verdad.
“Ellas nos enseñaron algo muy importante y es que Colombia aún no ha hecho el duelo que se merece la tragedia de ellas y de las 6402 madres que perdieron a sus hijos en los falsos positivos. Ese duelo es una deuda con nosotros mismos”.
Nube Sandoval
La Guardia Indígena llega a las tablas para recordar la bondad y la solidaridad. “Con sus bastones y cintas de colores nos recuerdan la importancia del respeto de los pueblos y el cuidado hacía la madre tierra”, explica la codirectora.
El baile vuelve a estar presente con Krump una manifestación artística donde los jóvenes mandan un mensaje de fuerza y resistencia por medio del freestyle, una danza urbana que impacta visualmente y se mezcla con las gráficas Guache.
En Develaciones, un canto a los cuatro vientos también se hacen presente 20 actores y actrices de gran trayectoria como Andrés Parra, Policarpo Forero, Carmiña Martínez, Nicolás Cansino quienes desde su experiencia aportan a un punto crucial dentro de la obra.
Una a una, estas expresiones culturales del país se convierten en el puente que conecta una orilla del río con la otra. Cada uno de los 102 artistas en escena son la Colombia vibrante, energética, dolorosa y viva.
“Ellos están narrando su vida. Es un reconocimiento de sus vivencias. Han entendido el valor de la verdad y el papel que cumplen en la construcción y en esa develación de la verdad”, aseguró a la comisionada Lucía González a Diario Criterio.
El resultado de esta articulación cultural es una puesta en escena única. Es ver sobre una tarima el dolor que ha penetrado la vida de cada colombiano, es la nostalgia del pasado, de la verdad desconocida, de la lucha colectiva y de los cuerpos entregados a la tierra. Es una muestra de que la reconciliación es la mejor herramienta para sanar y perdonar.
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“No ver impide ir hacia adelante, no ver no es librarse del mal, no es una salida sana. Ver ayuda a mirar hacia el futuro. Es como un retrovisor, uno lo mira para ir hacia adelante y esa es la Comisión de la Verdad, estamos mirando para atrás porque necesitamos ir hacia al frente”, expresa Lucía González.
6 Comentarios
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HERMOSA REPRESENTACION, POR LA CONCIENCIA, LA MEMORIA, ESTÉTICAMENTE DIVINA. IMPOSIBLE VERLA SIN QUE ASOMEN LAS LAGRIMAS.
Se ve que es una obra hermosa y con mucho significado
👍🥺