‘El Beat’, la historia del pueblo que Benkos Biohó liberó

A 401 años y dos días de la muerte de Benkos Biohó, líder de una revolucionaria justa que liberó al pueblo de San Basilio de Palenque, retumban los latidos de los tambores. Reseña de un cortometraje ‘El Beat’, del FICCI.

Por: Andrea Martínez Rodríguez

Enviada especial.

Domingo es el séptimo día de la semana, es el día para descansar y el día que resucitó el Cristo de los católicos en la cruz.

Un día amarrillo e inclemente, en que por cosas que uno no entiende hace más calor que todos los otros nombres de la semana, pero Domingo también es el nombre que le dieron por esclavo al bijao más representativo de la historia de San Basilio de Palenque, ese mismo que tiene puesta su cabeza en un pedestal en la plaza del pueblo que lleva su nombre, y el mismo que todo nacido en la tierra que se libró de la esclavitud no puede dejar de mencionar. Pero a Domingo nadie lo conoce, al menos no así, tal vez porque su mejor versión fue ser Benkos Biohó.

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El Beat llegó al Festival Internacional de Cine de Cartagena en su edición número 61, como parte de una de las novedades de la muestra Afro, que cuenta con un total de siete películas de países como Colombia, Brasil, Francia y Canadá.

Bajo la dirección de Irene Lema Dimaté y la producción de Tatiana Villacob, este cortometraje retrata a través de la sonoridad de los tambores, la tradición oral y la memoria colectiva, la historia del primer pueblo libre de América Latina: San Basilio de Palenque, ubicado a pocos minutos del casco urbano de Cartagena de Indias. El Beat, además, cuenta la historia de su libertador, un esclavo traído de África que se convirtió en el primer revolucionario de un territorio negro que se funda en tierra de nadie.

La obra basa su narrativa en la musicalización, fue concebido y parido bajo el voz populi y el acordar con los palenqueros cada sonido de acuerdo con los gestos, o situaciones que se presentan en las tomas. El llamado del tambor para recrear los momentos de crisis, el aullido del llamador cuando se establecen cuadros de melancolía y el sanador cantantico de las matronas con su Lumbalú para celebrar la muerte y dar paso al encuentro con sus ancestros, son parte de este corto que Lema ajustó en 45 minutos.

Encuadres que detallan los rostros de los protagonistas que pululan durante toda la proyección. Se trata de la sonrisa del líder de una comarca cimarrona que aún resiste en su aldea, Rafael Cassiani Cassiani, fundador, director y voz líder del reconocido grupo Sexteto Tabalá. Él cuenta en un diálogo cotidiano la historia de su pueblo, y la simbología de la música de tambores y alegres que mantienen impregnado en su repicar el grito libertario en contra del hombre blanco.

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“Está tierra no es mía, está tierra no es mía, y está tierra es de la nación”, canta Cassiani, sonríe y como dice el costeño, con el ojo ‘aguao’ pero con decisión sigue: “La tierra no es de nadie, lo que es de nosotros es un título de propiedad”. Cassiani, protagonista de esta muestra cinematográfica es uno de los sobrevivientes del grupo insignia, ese que se creó hace más de 50 años, un hito que de generación en generación va preservando el legado de África en el corazón de la Región Caribe.

La música se basa mucho en la improvisación de ruedas de tambores, casi que cuando se deja fluir el alma en el barro de los patios de los palenqueros. Patios que dan muestra de una extensa discografía registrada en este proyecto, que bien podría considerarse una memoria audiovisual histórica. Junto con el más antiguo de los fundadores también se dan paso las nuevas generaciones que desde que abren sus ojos sacan callos en las manos para lograr los latidos del tambor.

Mismos latidos, que le dan nombre al corto, ya que como explica Lema, surge de la interpretación literal de la palabra, que además significa “más sonido”.

Irene Lema _ El Beat
Irene Lema Dimaté, directora de El Beat.

El acompañamiento sonoro de Rafael Cassiani, junto a El Sexteto Tabalá, resulta un viaje por la vida musical del artista, a la vez que se cuenta la historia de cómo nace la banda, se constituye y se vuelven unas instituciones obligadas para el paso de músicos de este pueblo, y un recurrente punto de visita para foráneos que quieren encontrarse con las raíces de África.

La dignificación de la cultura negra y el apego y arraigo a su raíz, se marcan todo el tiempo, el golpe del pilar de las matronas para hacer arroz subido, el rasgar del cuchillo con el cuero de la vaca, el chasqueo de los dientes cuando se entierra el peine de tres puntas en el pelo ‘chuchu’, el canto de ranchería mientras se arrea la vaca, el bullicio de los pelaítos mientras una negra lava a mano y en batea la ropa sucia, son elementos que constituyen una pieza clave dentro del amplio espectro de sonidos que desencadenan El Beat.

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La propuesta de Irene Lema crea dos espacios de tiempo que convergen: la historia del esclavo (Benkos Biohó) a través de una investigación y documentación audiovisual que recrea algunos momentos de su vida, como su huida de Cartagena, su asentamiento, la población de su tribu y su desenlace a manos de conquistadores.

Así mismo se desarrolla alternadamente la vida del maestro Cassiani, quien representa a un Benkos de esta época: su niñez, el acercamiento a la música a través de su familia, la fundación de su agrupación musical, y los procesos de reivindicación social que ha atravesado Palenque, además de un último escenario en donde se logra una conexión musical con la agrupación del Pacifico colombiano La Mamba Negra.

La muerte y sus rituales, la muerte y sus encuentros, la muerte y la vida que en ella existe, la muerte de Benkos y la vida del Gran Benkos después de su paso al encuentro con los guerreros bijaos, la muerte que no es más que la transición que por más de 400 años sigue haciendo eco en las polvorosas calles del corregimiento. En boca de Lema la muerte se traduce en la cita final: “Benkos muere, pero no muere”.

Irene Lema, es una creadora de contenidos transmedia, y de esa manera pensó su producto, ya que, aunque está es una versión hecha para Festivales, el conglomerado de El Beat se compone de un contenido multiplataforma, con una parte interactiva y educativa que aún está en proceso de construcción y que nació un año después del corto, que creó aproximadamente hace seis años. 

La realizadora ha participado en la dirección de contenidos digitales para E entertainment/NBC, producciones de RTVC, e hizo parte del FICCI 2012 con El charco azul. Espera, además, presentar la obra en plazas nacionales, como el Festival de Cine de Cali.

11 Comentarios

  1. Elizabeth MORALES VILLALOBOS

    Que bello homenage a BENKOS BIHO, Un saludo a mis comapeneros de Universidad que trajeron la Musica Africana (NEGRA) a La Universidad de Tunja, UPTC!

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