El covid-19, la pandemia que desnudó las desigualdades de la economía global

Desde el punto de vista económico, muy pronto, la crisis económica generada por el covid-19 será recordada como uno de los acontecimientos qué desnudó con mayor fuerza las diferencias dramáticas y grotescas entre países ricos y pobres en el sistema económico mundial.

Diferencias que avisaron algunos economistas célebres hace varios años, uno de ellos el inglés Nicolás Kaldor quien en los años setentas escribió que la pobreza y la riqueza del mundo actúan como dos partes de una tijera marshaliana que se relacionan y explican entre sí.

Diferencias que también se notarán en unos años cuando se haga la reflexión de qué fue lo que en realidad sucedió durante la pandemia.

Y así, quienes reflexionen sobre los hechos desde la perspectiva del primer mundo dirán que la pandemia fue un momento de crisis, es cierto, pero también un momento de verdad para probar sus infraestructuras de salud, tomar medidas para mejorar dicho sistema y, porque no, una oportunidad de crecimiento económico.

Por el contrario, para los que escriban desde el punto de vista de los países subdesarrollados –pobres, atrasados, del tercer mundo, etc. Como les quieran decir, es lo mismo, los vocablos en este caso no cambian la realidad-, la pandemia será recordada como un suceso nefasto que se llevó miles de vidas pero que, además, destruyó sus sistemas económicos acrecentando de manera irreversible dos circunstancias, por un lado, la pobreza de su sociedad y, por el otro lado, el gap o diferencia con relación al mundo desarrollado.

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Los sectores del transporte y el turismo se han visto afectados durante la pandemia por el nuevo coronavirus.

Y es que los datos no mienten: en las economías desarrolladas, en plena pandemia, varios sectores económicos crecieron aceleradamente. Solo por mencionar algunos ejemplos:

Las plataformas de trabajo virtual se dispararon: las acciones de Zoom se fueron al techo. En algún momento de 2020 rosaron los 600 dólares viniendo de un valor pre pandemia de escasos 70 dólares. El Meet, de Microsoft, en su semana de mayor crecimiento alcanzó 44 millones de usuarios nuevos.

Los portales de venta online que también son gigantes logísticos en algunos casos, como el de Amazon, incluso se duplicaron y sus acciones crecieron como espuma: pasando de 1800 a 3200 dólares por acción solo en el último año.

Los sectores de producción de equipamiento vieron incrementar la demanda de sus productos vertiginosamente. Nada más en Canadá, por ejemplo, el gobierno destinó 136 millones de dólares para este rubro. La consultora de mercado Deloitte predice que las ventas en los sectores de salud podrán alcanzar por primera vez los 1.18 billones de dólares americanos para el 2024. Y China, bajo su programa Hecho en China 2025, planea crecer en la producción de equipo médico hasta en un 70 por ciento.

Pero, más dicientes que las industrias particulares que han crecido durante la pandemia, para los países ricos, están sus índices bursátiles y los datos macroeconómicos: en los primeros podemos ver que el Nikkei, Shanghái, y Dow Jones crecieron 22, 16 y 7 por ciento respectivamente. En los segundos, tenemos que el Producto Interno Bruto (PIB) tanto de Japón, China y Estados Unidos no solo ya está a niveles de previos al covid-19 sino que, además, tienen perspectivas de crecimiento muy altas de 3, 6 y 7 por ciento respectivamente.

El caso de Alemania es todavía más sorprendente porque no solo tuvo una caída menor a la del resto de los países de Europa durante la pandemia (-4,9 por ciento) sino que además proyecta crecer al 3.6 y 3,4 por ciento en el 2021 y el 2022, respectivamente.

Mientras tanto, los países pobres continúan en la peor fase de mortandad del virus, con economía absolutamente frenadas y con perspectivas de recuperación económicas que no auguran la recuperación total de sus cifras macroeconómicas en el corto plazo y abren así una perspectiva bien difícil particularmente en el tema social.

En el Balance Preliminar de las Economías de la región, la Cepal, advierte que en 2021 apenas se recuperará 3,7 de los 7,7 por ciento que se perdieron en el 2020.

Y en países como Colombia el panorama es aún más desolador: una caída superior al 8 por ciento y con unas perspectivas de crecimiento máximas del 5 por ciento. Es decir, un decrecimiento general durante dos años superior al 3 por ciento.

Pero si desde la perspectiva económica el panorama es difícil, desde el punto de vista social es peor, al día de hoy, por ejemplo, India, Brasil, Colombia y Argentina son los lugares donde más muertes por Covid-19 se registran en el mundo. Brasil, Colombia y Argentina, además, registran colapso en su sistema de salud con ocupaciones de UCI arriba del 80 por ciento y, en el caso de Colombia, en muchas regiones, incluso del 100 por ciento.

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