El desplazamiento forzado, un problema desbordado en Colombia
Entre enero y octubre de este año, el desplazamiento forzado aumentó 198 por ciento con respecto a 2020, de acuerdo con el más reciente informe de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), presentado esta semana. Estas cifras dan cuenta de la violencia y la crisis humanitaria que vive el país desde hace ya varios años.
Según el organismo, unas 64.800 personas han sido desplazadas en 136 eventos masivos este 2021. De estas, solo el 18 por ciento ha podido retornar a sus territorios, en condiciones precarias, pues no contaron con plenas garantías de seguridad en su regreso.
Del total de personas afectadas, 8.700 (13 por ciento) son indígenas y 29.400 (45 por ciento) son afrodescendientes. De igual manera, 12.800 (20 por ciento) son niños y niñas.
La región en la que más se ha presentado este fenómeno es el Pacífico. Allí se ha concentrado el 75 por ciento de las emergencias por desplazamiento masivo y confinamiento.
De acuerdo con la Ocha, la situación es preocupante en el departamento de Nariño, sobre todo en los municipios de Roberto Payán, Magüí Payán, Barbacoas y Tumaco (Nariño), donde han aumentado los enfrentamientos de grupos armados ilegales desde mayo de este año.
En Argelia, Cauca, el panorama también es complicado. El recrudecimiento de la violencia en el municipio causó 15 eventos de desplazamiento masivo que dejaron como resultado 6.778 personas sin territorio. “Esto representa un incremento del 1.400 por ciento en relación con lo reportado en el año 2020. Durante el último mes, se reportaron desplazamientos masivos cada semana o cada 15 días”, indicó el informe.
Puede leer: Los niños de la guerra
Otro de los datos presentados en el documento es el caso especial de Arauca, donde se reportó un desplazamiento de 81 personas luego del homicidio de un joven indígena, perteneciente a la comunidad makaguán, del Resguardo La Esperanza, en Tame. Según el informe, desde 2018 no había un desplazamiento masivo en ese departamento.
La otra cara de la tragedia son las 51.400 personas que han tenido que confinarse por el accionar de los grupos armados. De acuerdo con la Ocha, el departamento más afectado por esta situación es Chocó, pues concentra más del 65 por ciento de las víctimas a nivel nacional.
El caso de Buenaventura
Buenaventura es la única ciudad del Valle del Cauca en la que se registraron desplazamientos masivos. Sin embargo, la cantidad de personas que se vieron obligadas a abandonar su hogar en ese departamento es alarmante: se trata de unas 11.606 en 2021.
Según el informe, tanto en las zonas urbanas como en la zonas aledañas, las bandas delincuenciales y los grupos armados se están disputando el control de Buenaventura, lo que también ha aumentado los riesgos de reclutamiento forzado, las amenazas contra los civiles y la violencia sexual, sobre todo contra las niñas y las jóvenes.
Solo en octubre, último mes analizado por el organismo, se presentaron dos desplazamientos. En el primero, 130 miembros del consejo comunitario de la Comunidad Negra del Rio Cajambre fueron desplazados por los enfrentamientos de los grupos armados. En el segundo, 1.100 personas pertenecientes a los barrios San Francisco, Juan XXIII, San Antonio y Rockefeller abandonaron sus hogares por el mismo motivo.
Le puede interesar: Romaña, otro que habría caído en medio de la guerra de disidencias
Durante el segundo evento, los grupos ilegales hicieron uso de las viviendas de las familias, por lo que muchas optaron por sacar a los más jóvenes de la ciudad. “Las familias temen el reclutamiento forzado de sus niños, niñas, adolescentes y jóvenes, por ello están enviando a los menores fuera de la ciudad para protegerlos –fragmentando el tejido social–”, destacó el documento.
Las lógicas detrás del desplazamiento
Por años, las personas han tenido que huir o abandonar sus hogares ante la violencia generalizada y la continua violación de derechos humanos. De hecho, el Registro Único de Víctimas (RUV) reporta 8.203.478 víctimas de desplazamiento forzado desde 1985 hasta el 30 de noviembre de 2021.
Esta relación entre el conflicto armado y el desplazamiento forzado se ha expuesto de manera constante, pues las diferentes estrategias empleadas por los grupos armados han convertido a la población colombiana en el blanco de su obrar.
Sin embargo, hay también otras dinámicas. El conflicto armado ha sido utilizado como un instrumento para despojar a las personas de sus territorios. A finales de 2018, la Corporación Jurídica Yira Castro le entregó un informe a la Jurisdicción Especial para la Paz y a la Comisión de la Verdad en el que se exponía esta estrategia.
“La lectura oficial mayoritaria del fenómeno de desplazamiento forzado en Colombia es que se trata de una consecuencia de las dinámicas de la confrontación bélica entre grupos guerrilleros, grupos paramilitares y Estado colombiano. Sin embargo, tal lectura deja por fuera otras aristas del fenómeno que se relacionan con los intereses económicos y políticos que hay detrás de las tierras que son forzosamente abandonadas y despojadas”, señaló dicho documento.
Para ejemplificar la situación, la organización expuso la relación entre el paramilitarismo y el despojo de tierras en el departamento de Magdalena.
Así, la expansión paramilitar en el departamento no solo tuvo que ver con una lucha contrainsurgente, sino que también estuvo guiada por “la construcción y mantenimiento de dominios económicos y políticos (…) que permitían a los paramilitares asegurar el control social y territorial, y a la vez abrían la posibilidad de enriquecimiento a partir de la apropiación de tierras”.
Cabe resaltar que estas mismas estrategias han sido utilizadas por los grupos guerrilleros, como lo ha registrado el Centro Nacional de Memoria Histórica.
Estas cifras y hechos dan cuenta de una problemática histórica que todavía no tiene solución y que sigue en aumento, con el paso de los años, ante la ausencia e ineficacia del Estado.
Recomendado: La minga ya está en Cali: ¿cuáles son sus demandas?
7 Comentarios