‘El elixir de amor’: Sergio Cabrera y su primera experiencia como director artístico de una ópera
El cineasta colombiano dirige ‘El elixir de amor’, una popular ópera italiana cuya historia adaptó para que ocurriera en La Guajira durante la Guerra de los Mil Días. Quedan dos funciones en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
Aunque no es muy frecuente, varios directores de cine al rededor del mundo se le han medido a dar el salto a los escenarios para dirigir ópera. Lo han hecho, por ejemplo, Michael Haneke, Werner Herzog y hasta el polémico Roman Polanski. En Colombia, en donde la ópera no es tan popular ni tan masiva, hasta ahora ninguno había decidido arriesgarse. Pero eso cambió esta semana, con el estreno de El elixir de amor, en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá.
El cineasta Sergio Cabrera (Perder es cuestión de método, Golpe de estadio, La estrategia del caracol) decidió aceptar, hace tres años, una invitación de la Ópera de Colombia para dirigir un montaje que hasta ahora vio la luz por el tiempo que toma planear y ejecutar una producción de esta envergadura, más los retrasos que causó la pandemia.
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Un reto con el que, además, cumplió un sueño, pues es un fanático de la ópera, un género que aprendió a disfrutar desde pequeño (gracias a sus papás, dos exiliados españoles en Colombia) y que incluso le costó un castigo cuando pertenecía a la guerrilla maoísta del EPL (estuvo alzado en armas unos 5 años) y lo descubrieron escuchando “música burguesa” en la radio comunal.
“Es un privilegio para alguien que le gusta este género tanto como a mí. Estar cerca de esa música maravillosa, de esos cantantes maravillosos, y construir un mundo virtual en donde las cosas pueden suceder cantando es muy bonito”, dice Cabrera sobre su experiencia en El elixir de amor, que se estrenó en el Julio Mario Santo Domingo el miércoles 26 de octubre y que tendrá otras dos funciones: una el viernes 28 y la última el domingo 30.
El elixir de amor es, originalmente, una de las óperas más populares. Se estrenó en Milán en 1832 con música de Gaetano Donizetti y libreto de Felice Romani, y, desde entonces, se volvió una de las óperas bufas (como se les llama a las que son comedias) preferidas por el público. De hecho Una furtiva lágrima, que se interpreta en la tercera escena del segundo acto, es una de las arias más famosas del mundo.
Su historia, aunque cómica, es de amor. Trata sobre un chico ingenuo y pobre de un pueblo que se enamora de una de las jóvenes más acaudaladas y bonitas del lugar, quien lo rechaza. Creyendo que una poción mágica va a conseguir que ella lo ame, termina en las manos de un ‘brujo’ embaucador, quien le saca todo lo que tiene en sus bolsillos a cambio del supuesto remedio. El tiempo, además, no está de su lado, porque su amada está prometida para casarse con un poderoso sargento.
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La trama originalmente ocurre en el País Vasco, pero Cabrera la adaptó al contexto colombiano. No solo decidió que la historia ocurriera en los parajes desérticos de La Guajira, sino que la ubicó temporalmente durante la Guerra de los Mil Días, la guerra civil que enfrentó a liberales y conservadores a finales del siglo XIX.
”’El elixir de amor’ es una de las óperas que más se representan en el mundo y siempre le están cambiando la ubicación o buscan formas de actualizarla —cuenta Cabrera—. A mí me pareció que para una ópera colombiana, era buenísimo poder encontrar un mundo colombiano a su alrededor”. Ahí se dio cuenta de que el universo wayuu, además de ser visualmente atractivo, encajaba perfectamente con la historia.
El reto luego de adaptar los libretos fue encontrar el elenco (clave para una ópera). Finalmente, dieron con el tenor colombiano Julián Henao, que asumió el papel protagónico de Nemorino (el chico pobre de pueblo), y con la soprano española Sara Bañeras, que encarnó a Adina, la joven de la que se enamora. El papel del ‘brujo’ embaucador, Dulcamara, por otro lado, se lo dieron al bajo colombiano Hyalmar Mitrotti; y el del sargento Belcore, al barítono italiano Gianni Giugga.
Además de ellos, participan la soprano colombiana Alejandra Ballestas, que interpreta el personaje de Giannetta; la Orquesta Filarmónica Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, dirigida por el venezolano Manuel López-Gómez; y el Coro de la Ópera de Colombia, dirigido por el salvadoreño Luis Díaz Herodier. En total, hay 40 artistas en escena, sobre un escenario en cuyo montaje (escenografía, maquillaje, ambientación y vestuario) estuvieron involucrados artesanos wayuus.
El elixir de amor tiene otra particularidad: es el último proyecto de Cabrera antes de asumir como embajador de Colombia en China, un cargo en el que lo nombró hace algunas semanas el presidente Gustavo Petro.
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A El elixir de amor le quedan dos funciones: el 28 de octubre a las 8:00 p. m. y el 30 de octubre a las 5:00 p. m. Las boletas están entre 20.000 y 190.000 pesos, y se pueden comprar haciendo click aquí.
3 Comentarios
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Que interesante ver esta ópera dirigida por Sergio Cabrera y adaptada a nuestro entorno Guajiro