El Hombre X

El ‘Hombre X’ no distingue entre la opinión pública y la opinión publicada.

En una mañana de 1997, escuché a mi mamá conversar con mi abuela, que le decía preocupada: “¿Para dónde va el mundo? ¿Qué será de estas nuevas generaciones? ¿Cómo se han perdido los valores?”. Mi mamá, que estaba de acuerdo con la abuela, simplemente guardaba silencio con cara de preocupación.

Creo que todos hemos visto la misma escena en casa.

Tres años después, amanecimos con la noticia de que en mi ciudad iban a empezar a conectar el Internet. ¿Qué? Ahora sí se va a acabar el mundo porque, ese aparato —decían en aquella época— va a poder mandar cartas y hacer llamadas al otro lado del mundo. Casi que las escenas de Futurama ya no eran serían ficción.

Años más tarde, la revolución de las redes sociales fueron abriendo una nueva forma de ser y de relacionarnos. Todo esto que nos llevó a adaptarnos a una nueva realidad abre nuevas reflexiones. 

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La discusión que hoy sigue desarrollándose entre lo privado y lo público pone sobre la mesa la preocupación por la intimidad.

Así como muchos se sienten identificados con alguna postura filosófica, hay otros que se asumen, sin ideología, sin filosofía, sin pensamiento propio. Se trata del Hombre X, que lo he llamado de esta manera porque este sujeto actúa como la red social X: con un reducido número de caracteres cree estar bien informado; con los seguidores que le da el algoritmo cree que su pensamiento es de hecho comunitario, que sus ideas son valoradas por el número de likes que recibe y que tiene un protagonismo e influencia tal, que cuando se descarga su teléfono celular, realmente “su mundo para”, pasa algo catastrófico en este sujeto.

En el campo político, el Hombre X no distingue entre la opinión pública y la opinión publicada. Considera que todo lo que está en la red social es verdad y, como quienes interactúan conmigo comparten mis ideas o les dan like, entonces, el Hombre X se cree todo poderoso, agresivo, frentero y hasta cree tener la razón.

Nuestro Hombre X es capaz de insultar, agredir, interpelar en la red social, compartir información sin leer. Lo cierto es que nuestro Hombre X es un completo incapaz para argumentar o cuando de enfrentarse a un debate o un diálogo con otras personas cara a cara se trata.

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Como este hombrecito, de alguna manera, cree tener una comunidad de afecto digital, entonces comparte sus gustos, sus mejores momentos, sus alegrías, sus fanfarronerías, creyéndose la estrella del momento.

¡Pero no!

Detrás del Hombre X hay un deseo de compartir la intimidad, se trata del hombre del vacío.

El Hombre X, si bien se siente cómodo y seguro en su pantalla, no ha comprendido el riesgo al que se enfrenta, como dijo Bauman con su giro metafórico, por haber instalado micrófonos en los confesionarios de las iglesias para conectarlos a la red pública.

No quiero parecer la abuela que, apesadumbrada, se quejaba con mi mamá. Pero lo cierto es que nos enfrentamos a una generación que asumirá el liderazgo de las organizaciones, los entes territoriales, las iglesias, los sectores económicos y sociales. Muchos de ellos pueden llegar como Hombres Instagram u Hombres Facebook o como el Hombre X; a ellos se les confiará la información más sensible, los problemas de las comunidades, las vidas de las personas.

Ellos tendrán que garantizar la gobernanza de las instituciones y su capacidad de adaptación a un mundo que va más allá de las pantallas. Estos, aunque deprimidos o ansiosos, tendrán que demostrar que son confiables y de la ruptura que hagan con las malas costumbres que nos está dejando el mundo digital dependerá el futuro del planeta. 

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5 Comentarios

  1. La verdad es que X es una red social que nunca me ha gustado por el grado de violencia e irresponsabilidad con que interactúan los internautas… claro que ha resultado efectivo para detectar problemas de salud mental y profundas incoherencias de personas que teníamos en una estima y nos damos cuenta que era todo una fachada. Son violentos, misóginos, machistas, clasistas, racistas y en definitiva personas con las que no quisieras volver a compartir en persona o en la red.

  2. Santiago Borrero

    Por algo el hombre X no logra trascender en esta sociedad. Mientras unos estamos enprendiendo otros están odiando, Por ahí no es! Creo que esta reflexión debe abrir camino al que formemos al hombre de hoy, no al de Facebook o Instagram.

  3. Luz Marina Moncada Torres

    El hombre X sera necesario entender situarnos y ayudar a mejorarlo, no hay vuelta atras, todos estos cambios que nos chocan, empujan, agreden deben ser el comienzo de la apertura a otros saberes, quizas podamos conversar con ellos.
    Hay que reflexionar y planear.

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