Las tragedias de Elza

No sabía conducir y entonces no hubo excusa para que su marido se sentara frente al volante para manejar, aunque su estado de ebriedad era poco recomendable para estas labores. De hecho, su alcoholismo hizo que Mané no pudiera nunca estabilizar el timón más importante: el de su propia vida.

Entonces Elza Soares abordó el vehículo al lado de su madre y su hija Sara, mientras que Garrincha, su esposo, maniobraba con imprudencia. El resultado no pudo ser peor: terminaron sufriendo un accidente en el que la mamá de Elza falleció. Garrincha terminó ileso, al igual que los demás ocupantes, salvo Elza, a quien otra vez más, la vida le había roto las esperanzas de tajo.

El victimario había sido el hombre que ella amaba y que Brasil también supo adorar, porque Garrincha, seguramente uno de los mejores wings de todos los tiempos, era digno de pleitesía en cada lugar en el que posara sus pies. A partir de su andar chueco y de su gambeta insondable, Brasil empezó a consolidar su historia exitosa en el fútbol de selecciones, ganando los títulos del mundo en las copas de 1958 y 1962.

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No fue la primera vez que una de las cantantes más grandes de la música popular brasileña tuvo que padecer aquella decisión de unir su vida con la del talentoso y díscolo futbolista: no hubo suficientes dedos en las manos para contar cuantas veces el delantero la agredió física y psicológicamente.

También la sociedad la castigó con dureza de injusta manera: la culparon desde siempre porque la apuntaban como la responsable de haber destruido el matrimonio anterior de Garrincha y en castigo la gente dejó de comprar su música y de asistir a sus conciertos.

Elza Soares y Garrincha
Elza Soares y Garrincha. Almanaque de historia (Facebook)

No importó que su esposo hubiera demostrado un comportamiento errático desde siempre -de acuerdo a lo que dicen los conocedores de la vida de Mané Garrincha, empezó a tomar desde los 10 años y sus avanzadas sexuales eran pan de cada día-, Elza tuvo que cargar con el peso de un país que estaba en su contra, por prejuicio.

Y como si fuera poco, les tocó exiliarse porque por esos años el nefasto Médici, dictador sanguinario, emprendió una voraz persecución con aquellos que promulgaban ideas de izquierda y allí cayeron ella y el jugador leyenda del Botafogo. Les tocó desaparecer antes de que los desaparecieran.

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La muerte de Garrincha en el 83 no fue el final de su propio drama, porque esa palabra la acompañó desde que era una niña que veía cómo dos de sus hijos de su primer matrimonio murieron de hambre. Su primer marido le disparó en un brazo por considerar que las cantantes no eran más que putas.

Tres años después de la muerte de Garrincha, su hijo de 9 años también murió en un accidente de automóvil y ahí Elza estuvo a punto de decir “no más”. Al borde del suicidio y apegada a las drogas como único placebo para soportar una vida encargada de golpearla hasta quebrarle los huesos, logró escapar de tanto dolor. ¿Cómo? Poniendo el pecho, como lo hizo siempre.

Ella era Elza Soares, fallecida el pasado 20 de enero.

Acá puede encontrar una playlist con algunas de las canciones más conocidas de Elza Soares:

Foto de apertura: Carl de Souza / Agencia AFP

3 Comentarios

  1. Hermoso y a la vez, triste relato. Además de conocer las facetas”ocultas” de ambos, pues personalmente no las conocía

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