En espera de un descanso

Querido trabajador: es muy posible que te encuentres disfrutando de un descanso en esta Semana Mayor. Para muchos, este receso no es el tiempo de recogimiento espiritual que la religión Católica desearía. Pero, eso sí, estos días sí que son un momento de soltura, descaso y, en muchos casos, desorden y locuras.

Estas fechas de playa, familia o simplemente de estar en casa y no madrugar, pueden representar una explicación del para qué trabajamos tanto.

Primero, nos levantamos, todos los días, cumpliendo nuestra misión laboral, disponiendo del dinero suficiente para pagar nuestras cuentas, la mayoría, producto del deseo y no de la necesidad; y, segundo, esperamos la llegada de esas vacaciones anheladas que, a su vez, son tan cortas, creyendo sentir una felicidad que se nos esfuma en un abrir y cerrar de ojos.

En la preparación del viaje, quisiéramos que el tiempo se detuviera para hacer tantas cosas que se desean: unos salen a comprar, más que comida, el licor para desconectarse de una cruda realidad; otros invitan a sus familiares a disfrutar para estar juntos por una libertad ganada; otros, por el contrario, no descansan para seguir trabajando, quizás, huyendo del temor que puede generar que las vacaciones terminen pronto.

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Y así es la dinámica: días de supuesta libertad, queriendo hacer todo aquello que no puedes durante las largas jornadas laborales. Esta situación puede ser una razón por la cual aumenta permanentemente la frecuencia de enfermedades mentales por el riesgo psicosocial, así como los suicidios y enfermedades no infecciosas. Vivir para trabajar, consumir y esperar impacientemente por unos días de descanso… No creo que sea la intención de Dios para nuestra creación. 

Pero ¿cómo no enfermarnos con esta dinámica en la que vivimos actualmente?

Seguir viviendo para trabajar y no reflexionar nos mantendría en la tesis de que la felicidad está en esas vacaciones anheladas. Claro está, podemos ‘sacudirnos’ de la forma en que estamos viviendo y usar nuestras vacaciones actuales para descansar y reflexionar acerca de si queremos seguir viviendo de la manera como nuestra cultura nos lo dicta.

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Recordemos que la ética es la forja del carácter, como lo dice la filósofa española Adela Cortina en su libro Ética empresarial.

Entonces zafémonos de esa cultura en la que estamos sumergidos y repensemos nuestra forma de vivir y de trabajar.

¿Tienes la playa y el mar en frente tuyo en estas vacaciones? ¿Tienes las montañas o algunos jardines a tu alcance? Pues aprovéchalos para conectarte con lo único que nos pertenece, la naturaleza, y reconfigura tu vida. Mientras pensemos que nuestra felicidad está en los días de vacaciones, estamos muriendo en vida.

Que sean estas vacaciones una semana de recogimiento intelectual para que pensemos acerca de nuestra forma de vivir y trabajar: que, si trabajamos todo un año para ser felices un par de semanas, comprendas que eso no es la felicidad.

En cambio, si deseas realmente comenzar a vivir bajo el comando de tu propia vida y no el que nuestra historia nos ha dictado, debes comenzar por perder el miedo de vivir y lanzarte al imperio de tu razón, esto es, vivir bajo una estricta planeación laboral.

Que no te importe lo que los demás piensen y esfuérzate en gozarte tu propia dignidad, es decir, que disfrutes de quien eres y de lo que eres capaz.

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Por ahora, sigue cumpliendo tu trabajo, haciendo de este tu perfeccionamiento y, mientras lo haces, proyecta ser feliz en ese espacio.

Hay mucho que aprender y, al llegar a casa, usa todo tu potencial, no te preocupes, sé que lo tienes, y planea muy bien cómo te vas a liberar de vivir para trabajar y consumir. Es posible lograrlo. Ponte pequeños retos en ciertos tiempos, y verás que, poco a poco, lograrás comprender lo que significa la felicidad: trabajar haciendo lo que te gusta, sin miedo del qué dirán y siendo fiel a tus propios principios.

¡Feliz Semana Santa!

*Diego Fernando Hurtado Guzmán es médico de la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín), especialista en gerencia de salud ocupacional y magíster en bioética de la Universidad CES (Medellín); así como expositor a nivel nacional e internacional sobre el trabajo y las humanidades. También se desempeña como docente de cátedra en varias universidades del país. Ha sido premiado con dos galardones internacionales, la Medalla de Oro Mérito Profesional, con distintivo internacional de España; y el Premio Profesor Dr. D. Rafael Ruiz Calatrava, por la Comisión de Honores y Distinciones y Recompensas de España, en 2022. Creador del blog El arte de trabajar feliz.
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