“La Universidad Nacional no está quebrada ni desapareció con la pandemia”

Dolly Montoya, rectora de la Universidad Nacional, la más grande e importante del país, habló de la forma como lograron sobrevivir y salir fortalecidos de la pandemia, de la anormalidad académica, del nuevo semestre presencial y de las denuncias de supuestos acosos de profesores.

Diario Criterio: La idea que tiene el grueso de la población es que la pandemia paró a la Universidad Nacional. ¿Qué le dejó el coronavirus al alma mater y a la comunidad académica?

Dolly Montoya: Por culpa de la pandemia, en un fin de semana pasamos de tener 10.000 usuarios conectados en nuestros canales y redes digitales a 80.000, es decir, toda nuestra comunidad se volcó a la virtualidad. Y lo pudimos hacer porque desde hace tiempo la universidad se venía preparando para la transformación digital. De hecho, gracias a los acuerdos con Google, Microsoft y otros proveedores de tecnología estábamos migrando la información de la universidad a la nube. Ya habíamos implementado, por ejemplo, el diploma digital para que quien se gradúe lo reciba y no tenga que apostillar. Igual los certificados, servicios y muchos procesos. Sin embargo, la parte digital es solo una herramienta para el cambio cultural tan grande que nos impuso la pandemia.

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Diario Criterio: A qué se refiere con esto?

D.M.: Definimos, desde el comienzo, que la universidad se tenía que mantener viva, activa, sostenible y solidaria, y la única forma de hacerlo era adaptarnos todos, estudiantes, profesores y administrativos. Para facilitar este proceso, creamos cinco comités de crisis. Uno, de salud y bienestar para cuidar a nuestra comunidad. En este, participaron nuestros epidemiólogos, que son los mismos que asesoraron al Presidente de la República, a la alcaldesa de Bogotá, al gobernador de Antioquia… Ellos nos orientaron para tomar las mejores decisiones. De hecho, ya llevamos 66 encuentros, que empezaron desde enero de 2020 cuando se empezó a hablar de que China tenía un virus. Podría decir que desde ahí nos empezamos a preparar.

Diario Criterio: Y los otros comités

D.M.: El otro comité fue el de Crisis Académica, para adaptar y flexibilizar las medidas y evitar que los estudiantes colapsaran, no solo en sus estudios, sino en su salud mental y bienestar, pues estar encerrados y con la presión de tener que aprobar los cursos de la universidad, no era nada fácil. Otro comité fue el Financiero, que lo conformamos con egresados ilustres para mirar cómo, con nuestro presupuesto, nos manteníamos avantes y sostenibles. Otros comité lo llamamos de Investigaciones, con el fin de solidarizarnos con el país a través del desarrollo de equipos, pruebas, brigadas especiales o la Tele-UCI Solidaria, que nos permitió llegar a muchos rincones del país y poner nuestro hospital a disposición. Y creamos comité de crisis en nuestros centros de investigación y pensamiento, sobre la pandemia.

Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia

Diario Criterio: Y cuál es el resultado de toda esta transformación

D.M.: Que la Universidad no está quebrada ni cerró. No solo no tuvimos deserción durante la pandemia, sino que hoy tenemos un 10 por ciento más de estudiantes, no hemos perdido ningún semestre (algo que, vale la pena aclarar, no ocurre desde 1984), salvo en Medellín. Además, fortalecimos todo nuestro sistema de bienestar. Nosotros tenemos 9 sedes y estudiantes de 850 municipios: trabajamos para que no dejaran sus estudios, para darles acceso a internet y recursos para sostenerse, pues el 20 por ciento de ellos son población vulnerable, y habilitamos las sedes de frontera para estudiantes y población en general.

Diario Criterio:  Y cómo están las finanzas de la universidad?

D.M.: Además de seguir adelante, bajamos el déficit, incluso a pesar de las dificultades que nos generó el paro y las protestas del movimiento estudiantil. El Gobierno nos financia el 60 por ciento, a través de diferentes partidas, y el 40 por ciento lo generamos nosotros, con actividades de extensión, investigación, docencia y consultorías. Lógicamente, estos recursos se redujeron con el cierre de país.

Diario Criterio: Pero es claro que la calidad académica se afectó. ¿Han podido medir o determinar algo?

D.M.: Hay un consenso mundial de que la calidad se afectó y va a bajar porque pasamos de tener una universidad presencial a una virtual. Una universidad no es un edificio con salones, pupitres, laboratorios y profesores, que dan clases. Eso no se llama universidad. Una universidad es la que genera conocimiento, local, nacional y universal; es autónoma, científica y corporativa. En últimas, diría que en las aulas se aprende un 30 por ciento y el resto en el relacionamiento con la investigación, la extensión y los compañeros. Y eso fue lo que se afectó. Pero puedo decir que calidad hay.

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Diario Criterio: Es claro que la virtualidad es más que trasladar el salón a una pantalla

D.M.: Totalmente de acuerdo. En la pandemia aprendimos a enseñar de forma virtual, lo sabemos hacer y lo seguiremos haciendo. Ahora bien, nosotros seguimos teniendo los mejores programas, los mejores Ecaes y somos los mejores del país en las mediciones internacionales. Nosotros tenemos la relación de estudiante profesor más alto que en las privadas: acá es de 1 a 18.

Diario Criterio: No hubo resistencia de profesores para adaptarse al cambio?

D.M.: Cuando uno tiene 3.100 profesores, la flexibilidad y resiliencia tampoco se logra al ciento por ciento. Nosotros seguimos teniendo los mismos grupos, las mismas publicaciones, sacamos más de un libro al día en promedio y no nos detuvimos en nuestras publicaciones internacionales. Todas las universidades sabemos que la calidad se afectó, y eso es lo que debemos estudiar y determinar para completar o llevar los vacíos.

Campus de la Universidad Nacional, Facultad de Ciencias Humanas
Universidad Nacional, Facultad de Ciencias Humanas

Diario Criterio: Cuando va a empezar la presencialidad en la Nacional

D.M.: En marzo, que empieza el primer semestre de 2022. Tomamos todas las medidas y acciones para operar, incluso extenderemos la jornada de lunes a sábado, conservando las medidas de bioseguridad. La meta es recuperar la normalidad del calendario académico este año. Ahora, espero que todos asuman la responsabilidad frente al manejo del coronavirus: ya los entrenamos por dos años para que se cuiden y ahora les tocan. No son bebés, son ciudadanos colombianos.

Diario Criterio: Y si durante ese tiempo hay protestas o anormalidad académica, qué va a pasar con la normalización académica

D.M.: Nosotros vivimos en la incertidumbre pero no somos adivinos. No hemos perdido semestre, pero estamos en esta anormalidad porque los estudiantes pararon, y ¿qué podíamos hacer?

Diario Criterio: En definitivas, cuál es la mayor enseñanza que deja la pandemia a la universidad y usted

D.M.: La verdad, no me imaginé ver una universidad tan pesada como la Nacional, pudiera ser flexible, resiliente y solidaria.  En todas las encuestas que hemos hecho, la solidaridad es la palabra que más aparece, porque eso fue lo que ocurrió entre todos. Al final, es el pensamiento colectivo, la inteligencia colectiva nos fue llevando y, cuando eso ocurre, hay menos posibilidades de fallar. Es mucho lo que debemos entender, como por ejemplo, por qué al comenzar la pandemia todo el mundo se fue a comprar papel higiénico.

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Denuncias de acoso contra los profesores de la Universidad Nacional

Diario Criterio: ¿Qué explicación tiene para la polémica en torno a las denuncias contra varios profesores por acoso?

D.M.: El problema de estas denuncias es que por unos pocos casos se da una sensación equivocada de una universidad que tiene 3.100 profesores de planta y 1.000 más de ocasión. Nosotros debemos respetar el debido proceso, porque cumplimos la Constitución, y eso es lo que estamos haciendo. Yo he dicho que en lagos cristalinos es fácil ver lo que todo el mundo puede llamar la contaminación. Somos una comunidad de seres humanos sana, en la que siempre actuamos con ética, providad, transparencia y legalidad, en donde las cuentas son impecables. Cuando ocurre una contaminación, debe analizarse mediante un debido proceso, porque somos una universidad pública. Al final, ese proceso nos permite decir si hubo una contaminación que debe erradicarse o si hay algo que debamos mejorar.

Diario Criterio: ¿Cuántos procesos adelanta la Veeduría Estudiantil?

D.M.: Contados con los dedos de una mano, y saben que no me puedo pronunciar, porque soy la última instancia de los procesos que lleguen a avanzar. En estos, primero hay una indagación. Después, si se considera, se adelanta una investigación y hay descargos. Posteriormente, un comité de profesores o administrativos dan su sentencia. Y si quien fue sentenciado apela, el caso va a segunda instancia, que yo presido como rectora.

Fabián Sanabria y la Universidad Nacional
Fabián Sanabria, profesor de la Universidad Nacional, fue acusado por un estudiante.

Diario Criterio: otra denuncia que se conoció, es que la Veeduría estaría filtrándoles información a los profesores denunciados...

D.M.: Nosotros hemos sido los promotores de todo este sistema, que es pionero en todas las universidades públicas. Hacemos evaluaciones a los protocolos y procesos, y si hay algo que falle, lo corregiremos.

Diario Criterio: Una denunciante decía que en alguna ocasión la citaron a comparecer al frente de presunto agresor

D.M.: Eso es de ley, eso ocurre en todos los tribunales. Lo que está ocurriendo es que las supuestas víctimas hacen las denuncias en la prensa y en las redes, pero cuando se les cita para que declaren en la Veeduría o en los procesos, dicen: “Yo no me voy a meter en ese lío, yo no lo hago”. Acá es fácil hablar y prejuzgar, pero no se comprometen con el sistema.

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