“Petro sabe que yo no llegué a decorar el Pacto Histórico”: Francia Márquez
En conversación con Diario Criterio, la lideresa ambiental y precandidata presidencial habló de sus aspiraciones políticas, sus propuestas y el papel que juega en una de las alianzas más fuertes de cara a las elecciones de 2022, el Pacto Histórico. Márquez lanzó criticas al Gobierno Duque y cuestionó la pelea de la oposición.
Diario Criterio: ¿Cómo ha sido el reto de asumir la candidatura presidencial?
Francia Márquez: Todo un desafío, pues es la primera vez que me enfrento a una labor como esta. Hacer todo desde abajo implica organización. Debemos convencer a la gente de que sí podemos porque muchas veces se piensa que alguien de los sectores populares, un líder social de un territorio, y sobre todo una mujer afrodescendiente, no puede llegar a un cargo como la presidencia.
D.C.: ¿Por qué cree que existen esos imaginarios?
F.M.: Porque esos puestos han estado reservados exclusivamente para unos pocos y privilegiados hombres blancos de élite. Entonces, a ningún otro colombiano o colombiana de los sectores populares, campesinos, afrodescendientes o indígenas, se le pasa por la cabeza llegar a ese punto. Incluso, me he sorprendido al escuchar a varias personas decir que cuando se enteraron de mi candidatura pensaron que me había enloquecido.
D.C.: ¿Cómo combatir esos prejuicios?
F.M.: Se necesita todo un proceso de educación, de hacer que creamos en nosotros mismos y de convencernos, en este caso como mujeres, que somos capaces de ocupar el poder. Además, más allá de los votos y los puestos, debemos profundizar la democracia, imponer los valores de la vida y la importancia de construir colectivamente.
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D.C.: ¿Esa es la filosofía de su movimiento político?
F.M.: Sí, es el Ubuntu, el yo soy porque nosotros somos. Por eso hablamos de la bondad humana y del amor para reconstruirnos como nación. Eso es lo que estamos impulsando. Trabajamos en el reconocimiento de nuestros territorios y de nuestra naturaleza como ese útero mayor que nos da la vida.
Nuestra propuesta se contrapone a la política de la muerte, la que elimina a quien se opone. También buscamos un diálogo desde la diferencia, porque estamos acostumbrados a condenar al otro a muerte, al destierro, al exterminio, solo por pensar diferente.
D.C.: Usted habla mucho sobre la política de la vida, ¿de qué se trata ese concepto?
F.M.: Cuando hablamos de la política de la vida no hablamos solo de la vida humana, porque por mucho tiempo nos hemos creído dueños de todo. En realidad, la naturaleza es dueña de nosotros y de nosotras. No somos dueños del agua, los ecosistemas, mares, bosques, páramos… No se puede seguir usando la guerra como una estrategia política para mantenerse en el poder. Una política para la vida tiene que preocuparse por la alimentación de toda su gente.
Es injusto que diariamente mueran niños, adultos, hombres y mujeres por desnutrición, en un país que tiene tanto. El problema es que se ha concentrado la tierra productiva en manos de unos pocos. Estamos importando productos básicos y qué hacemos si mañana a estos países se les da la gana de no vendernos comida a los colombianos. Por muchos años nos educaron en una política del consumo, del egoísmo y el individualismo, pero hoy debemos reeducarnos en una política del cuidado, una política de la solidaridad.
D.C.: ¿Esas consignas la llevaron a unirse al Pacto Histórico?
F.M.: Sí, el anuncio oficial de nuestra candidatura junto al Pacto Histórico es una expresión de lo que queremos lograr. Se trata de aglutinar distintos sectores y movimientos, tanto sociales como políticos, para que en 2022 gane una apuesta por el cuidado de la vida. Buscamos un gobierno para enfrentar las violencias humanas, patriarcales, de género y las violencias en las comunidades de los pueblos excluidos del país.
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D.C.: Usted se ha reivindicado como la candidata que representa la periferia y las regiones, ¿cómo hacer que lo que pasa en esos lugares esté conectado con lo que ocurre en el centro del país?
F.M.: La periferia no significa solo regiones, la periferia también está en el centro y lo hemos visto últimamente en las ciudades, con las movilizaciones masivas. La periferia son esos lugares de exclusión, donde no hay garantías para la gente, independientemente de los términos geográficos.
En Bogotá tenemos periferias, lugares donde la gente vive en condiciones marginales, donde no hay un goce efectivo de los derechos, donde no se vive en dignidad. Cuando hablamos del centro nos referimos a quienes manejan el poder generando condiciones de inequidad. Es un centro que solo se piensa a sí mismo, que ha colocado el Estado en favor de la supremacías de la élites, en favor de unas 40 familias que nos han gobernado en estos 200 años, que nos han condenado a vivir en medio de la guerra, el hambre, el miedo y la desesperanza.
Ese lugar periférico es el lugar de la otredad, de la gente que ha estado siempre construyendo esta nación desde un lugar de exclusión. Claro, en nuestra política tenemos una visión de construir para que las regiones vivan en condiciones de igualdad.
D.C.: Ahora que habla de periferias ideológicas, me gustaría saber qué piensa de esta lucha radical en el corazón de la oposición y los diferentes movimientos de centroizquierda.
F.M.: Es triste que la dirigencia no sea capaz de escuchar el clamor del pueblo. Necesitamos una dirigencia que asuma el desafío histórico que está viviendo Colombia, que asuma la responsabilidad que debe ocupar el Estado, pero no para su interés propio, sino social. Yo creo que ahí está la grandeza de una dirigencia política real que piense con la gente y que esté dispuesta a construir la diferencia.
D.C.: Personalmente, ¿tiene diferencias con algún sector político?
F.M.: Por supuesto, yo he dicho que hay ciertas personas que para mí no son garantía, porque han estado a favor de la política de la muerte, en términos del extractivismo, y otras posturas que afectan al medioambiente.
Para mí sería difícil construir con esas persona que van a seguir privilegiando los intereses particulares sobre los colectivos. Yo creo que hay diferencias muy fuertes, pero por eso tenemos la necesidad de poner en el centro la vida y escuchar el llamado de los colombianos.
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D.C.: ¿Es por esa razón que se ha distanciado del otro gran bloque de centroizquierda, la Coalición de la Esperanza?
F.M.: En esa coalición hay personas con las que no tendría ningún problema para construir. Sin embargo, hay otras que, si bien pueden ser valiosas, me generan dudas por su accionar. Ahí hay de todo. Sí hay gente con la que tenemos la necesidad de articular, pero hay otra gente con la que ideológicamente difícilmente nos pondremos de acuerdo.
D.C.: ¿Y en el Pacto Histórico? ¿Difiere con alguno de sus movimientos o integrantes?
F.M.: Sí, hay mucha diversidad, pero estamos haciendo un gran esfuerzo por construir desde la diferencia y, sobre todo, por diseñar una apuesta colectiva. Yo no soy igual a ninguno de los que están ahí, cada uno de nosotros viene de orillas distintas, pero estamos llegando a consensos en temas fundamentales y eso es reconocer que el país necesita parar la guerra, enfrentar las violencias históricas, patriarcales, clasistas y racistas. De alguna manera tenemos un entendimiento y debemos tener la capacidad como dirigencia para asumir este desafío, donde el que gane no sea el Pacto Histórico, sino Colombia.
D.C.: Cuando usted lanzó la candidatura con el Pacto Histórico muchos dijeron que renunciaba a ser presidenta, pues en esa alianza las cosas estarían resueltas a favor de Gustavo Petro. ¿Qué responde a esos comentarios y cuál es su panorama en esa coalición?
F.M.: Yo no entré al Pacto Histórico para decorar el espacio, yo entré para ganar la consulta y Gustavo Petro lo sabe. Por supuesto que reconocemos su valor y liderazgo, pero el de nosotros también es igual de válido. Yo llegué como mujer afrodescendiente y como líder social y ambiental y vamos a luchar en la consulta para que sean los colombianos y colombianas quienes elijan el candidato o candidata de esa coalición. Pero yo no llegué a decorar el espacio, lo repito.
Respeto las posturas de la gente, pero esos comentarios tienen mucho que ver con el racismo y el desprecio que a veces hay en la sociedad, porque no creen que las posibilidades del cambio surjan del trabajo. Gustavo sabe que nosotros no estamos para jugar, sabe que estamos para construir y también para ganar.
D.C.: Usted es, probablemente, la candidata que más incluye en sus discursos la equidad de género y la lucha feminista. ¿Qué opina de las acusaciones de machismo que existen sobre un sector del Pacto Histórico, sobre todo después de lo sucedido con Ángela María Robledo?
F.M.: El problema de las violencias patriarcales y del machismo no es el problema de la Colombia Humana o del Pacto Histórico, es un problema de la sociedad. Si usted mira hacia otras coaliciones y toma una foto puede observar la falta de diversidad. En esas apuestas se ve el machismo en furor.
Ese es el juego mediático de colocar las violencias en un solo lugar y no reconocer que son parte de esta sociedad. Por supuesto que el Pacto Histórico tendrá que asumir el desafío de enfrentarlas y yo estoy ahí para ayudar en ese propósito.
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D.C.: Se trata entonces de un problema estructural…
F.M.: Sí, es en Colombia donde todos los días se cometen feminicidios, es aquí donde tenemos un sistema judicial desdibujado en términos de las violencias sexuales que viven las mujeres, por lo que muchas de esas violencias se quedan en impunidad. Es aquí donde el Estado asesina a niños y niñas en el campo con las balas de la patria, balas compradas con los impuestos que pagamos todos.
El problema no es el Pacto Histórico. Yo estoy en esa coalición porque siento que tiene principios y espacios para la construcción colectiva, pero también para la deconstrucción de todo lo que nos ha hecho daño como sociedad.
D.C.: ¿Rescata algo del Gobierno de Iván Duque?
F.M.: No, ha sido el Gobierno más nefasto que hemos tenido. Por ejemplo, con su trato de guerra a la protesta social. Pensamos que habíamos pasado la página de la violencia porque desde nuestros territorios gritamos con fuerza que queríamos vivir en paz, pero este Gobierno hizo trizas esos sueños, así hoy diga que él ha sido el campeón del impulso de la paz.
No es cierto y los muertos y las masacres hablan por sí solos. En su Gobierno también obtuvimos el vergonzoso primer puesto como el país con más líderes ambientales asesinados. Definitivamente, no tengo nada que rescatar.
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D.C.: ¿Nunca trató de hacer un acercamiento con el Gobierno?
F.M.: En algún momento muchos líderes sociales le propusimos al presidente construir colectivamente. Incluso yo, después del atentado que viví, le pedí que asumiera el desafío de establecer y liderar una mesa por la vida y la paz. El problema fue que Duque pateó esa mesa, diciendo que él no estaba matando a nadie. Dijo que no era responsable de las muertes, justo cuando yo estaba saliendo de un atentado en el que casi pierdo la vida. Lo siento, pero no puedo decir lo contrario.
D.C.: ¿Cómo va a ser su agenda política? ¿A qué lugares llevará su campaña?
F.M.: Yo espero que sea en los territorios, con la gente en la calle y para eso estamos alistándonos. Esperamos poder salir y trabajar con responsabilidad, entendiendo las limitaciones de la pandemia. Nuestra apuesta es el trabajo con la gente de la periferia.
D.C.: Usted lanzó su campaña en Santander de Quilichao, un lugar que hoy atraviesa momentos difíciles por confinamientos y desplazamientos a causa de la violencia. Lo mismo pasa en Chocó, Nariño, Antioquia. ¿Qué piensa al respecto?
F.M.: La gente gritó por vivir en paz y el Estado ignoró a comunidades y familias enteras. Ellos no están pidiendo que se le dé algo, porque tienen sus manos y la tierra para trabajar, lo único que quieren y todos queremos es que nos permitan andar sin miedo, que no nos sigan matando.
Hoy el departamento del Cauca es el que tiene más líderes sociales y excombatientes asesinados. Nosotros hemos vivido en carne propia el conflicto armado y no es justo que después de haber gritado que queremos vivir en paz tengamos que salir desterrados de nuestras casas.
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9 Comentarios
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Bien parada Francia Márquez, vamos por el cambio con el Pacto Histórico. Colombia no aguanta más irresponsabilidad de gobiernos cprometidos con fuerzas oscuras, como el narcotráfico, srsmilitares y corrupción generalizada. El cambio es ahora o nunca.
Todos los días me levanto con mi candidata y futura presidente en la mente mandándole mi mejor energía, nunca había creído y confiado tanto en un o una candidata como ahora, siento una fe que no conocía!
Gracias Francia Márquez!