¿Es posible un sistema de salud sin EPS? No en el corto plazo
El fin último de cualquier reforma debe centrarse en cómo buscar la mejor cobertura, atención y eficiencia de toda la población, sin importar el municipio, la capital o el departamento donde se encuentre.
El debate en torno a si en el sistema de salud colombiano deben existir o no las EPS no puede ceñirse a un asunto ideológico ni mucho menos de gustos. Y también es claro que una parte del gremio de la salud y de la política, especialmente del petrismo, considera que la intermediación de las empresas promotoras de salud (EPS) es mala para el sistema, pues no debería haber ningún actor entre el Estado, como garante de este derecho, y la atención que los ciudadanos deben recibir.
Sin embargo, el planteamiento es parcialmente cierto. ¿Por qué las EPS que hacen bien su trabajo o que son del Estado requieren ser borradas o no reconocerles beneficio económico, pero sí a los demás actores: médicos, laboratorios, clínicas, hospitales, farmacéuticas, farmacias? ¿Hay utilidades buenas o malas; morales o inmorales?
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El origen de las EPS
Las EPS son un invento muy colombiano. Antes de la Ley 100 de 1993 –que creó el modelo actual–, el sistema de salud tenía cuatro actores fundamentales. El primero, los hospitales públicos, que, para atender a los enfermos que llegaran, recibían un presupuesto anual y, no obstante, permanecían desfinanciados o quebrados.
El segundo, el Instituto de Seguros Sociales (ISS), una entidad pública que velaba por la atención en salud de los trabajadores, pero no de sus familias; el tercero consistía en regímenes especiales de empresas públicas y privadas; y el cuarto eran las clínicas, hospitales y médicos que ofrecían atención a quienes pudieran costearla de forma particular.
Una urgencia o una enfermedad grave terminaban siendo, en especial en el caso de los más pobres, una condena de muerte o ruinosa, pues se estimaba que solo el 25 por ciento de la población tenía protección, es decir, un carné o un seguro.
Con la Constitución de 1991 se diseñaron los pilares de un nuevo sistema de seguridad social, especialmente en salud, que debía cumplir principios fundamentales: eficiencia, universalidad, solidaridad, integralidad, unidad y participación.
Los problemas de cobertura que persisten
En 2023, el sistema de salud colombiano llegará a los 30 años cumpliendo, en el papel, tres de sus cinco principios: universalidad, solidaridad, unidad y participación.
En años pasados, los entes internacionales han destacado la cobertura del sistema de salud colombiano: el Ministerio de Salud reveló que 99,6 por ciento de la población colombiana cuenta con aseguramiento en la prestación de servicios.
Pese a esto, la misma cartera admitió, en el Plan Nacional de Salud Rural (julio, 2018), que “si bien a nivel nacional el país ha alcanzado cobertura universal, existen aún rezagos importantes en algunos territorios del país. Dicho rezago se concentra, por lo general, en los municipios con un alto grado de ruralidad y dispersión poblacional, con mayores índices de necesidades básicas insatisfechas”.
Esto quiere decir que el hecho de que una persona esté inscrita en la base de datos de una EPS –sea contributiva o subsidiada– no significa que tenga acceso a los servicios, problemática que se concentra, principalmente, en las zonas rurales, con municipios como Cumbitara (Nariño) y Medio San Juan (Chocó), donde solo el 45 y 46 por ciento de la población, respectivamente, está cubierta por el sistema. Sin contar a los colombianos que tienen cobertura pero también barreras (geográficas, por el conflicto…) para acceder a los servicios.
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Reformar el sistema de salud, un proceso largo
“Reformar el sistema de salud es algo que tomará tiempo y es imposible hacerlo en meses o un par de años. Es necesario convocar a los mejores expertos de Colombia y de Francia, Brasil, Canadá o del mundo, para que ayuden a evaluar”, le dijo a Diario Criterio Germán Velásquez, exdirector del programa mundial de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La ministra de Salud del Gobierno entrante, la doctora Carolina Corcho, sin embargo, cree que la implementación del nuevo sistema sin las EPS “se puede hacer en dos años (porque) se mantienen tres elementos: el personal –mejor contratado y pago–, la cobertura por parte del Estado y los prestadores o IPS”, le dijo a Diario Criterio el 5 de junio pasado.
El futuro de las EPS y del sistema de salud debe convocar a un debate nacional en el cual se incluya a todos los colombianos que, en su mayoría, son los que financian el sistema de salud a través de sus aportes o los impuestos.
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8 Comentarios
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Ojalá se cumpla con esto en dos años y no se quede en promesas
Por nuestra salud
Soy mèdico radiòlogo con una experiencia de màs de 35 años, especializado en Mèxico, donde conocì el programa de Prevenciòn en salud a nivel de empleados del estado y del empresariado. Era muy bueno y eficiente. El modelo pùblico, aunque existìa algo de corrupciòn sobretodo en el rango de nombramientos burocràticos, el servicio se extendìa a gran parte de la poblaciòn, porque tuve la oportunidad de llegar a lugares remotos y ahì se encontraba la presencia de la salud pùblica, bien organizada, de acuerdo al tamaño de la poblacòn.
Soy testigo y vìctima del saqueo de los fondos de la salud por parte de las EPS durante èstos 30 años que me ha tocado sufrir con una contraciòn con base a una tarifa del seguro social de 2001, impuesta por Saludcoop a la llegada del nefasto Carlos Gustavo Palacino a su gerencia y que se expandiò como una llamarada alimentada con el combustible dela corrupciòn y el paramilitarismo a casi todas las demàs EPS. Pero nunca han aparecido los culpables de esa debacle, porque segùn la Supersalud nunca se ha podido saber quienes eran los dueños de Salucoop que desbancaron al sistema con màs de 13 billones de pesos. Es una deuda que tiene la fiscalìa, la Supersalud, el Ministerio de Salud y Seguridad social, la Procuradurìa, la Contralorìa, la Defensorìa del pueblo y los diferentes presidentes de la repùblica que desfilaron por la Casa de Nariño durante los 30 años de existencia de la Ley 100.
La reforma es fundamental y la EPS son completamente innecesarias, no asì el personal capacitado y asistencial que ellas han logrado organizar en èstas 3 decadas, Esos sì son fundamentales para èsta reforma, y sus bases de datos, pero la burocracia corrupta que se lucrò durante todos èstos años debe devolver el dinero robado y pagar càrcel.