La Amazonia, pero también gran parte de los bosques de Colombia, están en grave riesgo de desaparecer. Solo desde 2016 se han perdido más de 1.000.000 de hectáreas por la deforestación, un fenómeno que no se explica solo por el aumento de la ganadería, los cultivos de coca, la minería ilegal o el acaparamiento de una riqueza que es de todos en manos de unos pocos. Este es un preocupante fenómeno que incluye complejos procesos históricos, políticos, económicos y sociales. El anhelado progreso o la simple construcción de una trocha en las selvas o parques nacionales pueden ser el comienzo de la destrucción de miles de hectáreas.
Este especial, realizado por Diario Criterio en alianza con el proyecto Unidos por los Bosques, de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible y la Embajada de Noruega con el apoyo de las embajadas de Reino Unido y Unión Europea, Andes Amazon Fund y ReWild, nos permitió llegar a Guaviare, Caquetá y Amazonas para entender, y mostrar cómo, cada hectárea de selva destruida es una ganancia para unos pocos, pero una amenaza para la supervivencia de los habitantes de la región y los colombianos. Para darse una idea de esta íntima relación, gran parte del agua que hoy consumen los habitantes del oriente y centro el país proviene de los ríos voladores que llegan de la Amazonia y la Orinoquia. ¿Qué pasaría si estos dejaran de correr por la deforestación?
Hay señales de alarma, pero también de esperanza. No solo se debe detener la tala y la deforestación, sino que se debe emprender una política que incluye reformar aspectos estructurales del Estado y la sociedad. ‘Amazonia: al filo del hacha’ es un aporte para ayudar a construir un mejor futuro.
Este especial, realizado por Diario Criterio en alianza con el proyecto Unidos por los Bosques, de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible y la Embajada de Noruega con el apoyo de las embajadas de Reino Unido y Unión Europea, Andes Amazon Fund y ReWild, nos permitió llegar a Guaviare, Caquetá y Amazonas para entender, y mostrar cómo, cada hectárea de selva destruida es una ganancia para unos pocos, pero una amenaza para la supervivencia de los habitantes de la región y los colombianos. Para darse una idea de esta íntima relación, gran parte del agua que hoy consumen los habitantes del oriente y centro el país proviene de los ríos voladores que llegan de la Amazonia y la Orinoquia. ¿Qué pasaría si estos dejaran de correr por la deforestación?
Hay señales de alarma, pero también de esperanza. No solo se debe detener la tala y la deforestación, sino que se debe emprender una política que incluye reformar aspectos estructurales del Estado y la sociedad. ‘Amazonia: al filo del hacha’ es un aporte para ayudar a construir un mejor futuro.