Del “Estado de Opinión” de Uribe al “Estado de Opinión” de Petro

La paradójica similitud entre el “Estado de Opinión” que promovió Álvaro Uribe y ahora retoma su archirrival Gustavo Petro. ¿Qué pasó?

Fotos portada: especiales

La desgastada frase “la política es dinámica” para hacer alusión a las volteretas ideológicas de los protagonistas de la vida pública nacional, tiene una nueva versión en Colombia.

Y corre por cuenta del reciente anuncio que hizo el presidente Gustavo Petro, de convocar en las plazas públicas el apoyo ciudadano a las reformas políticas que se discutirán en el Congreso y que hacen parte de sus promesas de campaña.

“Las reformas que se presentarán al Congreso en febrero buscan cambiar el país, generar justicia social y son el acumulado de las luchas sociales de Colombia. No dudo que tendrán opositores en quienes no quieren los cambios. La plaza pública también es un lugar de discusión”, trinó el presidente Gustavo Petro en su cuenta de Twitter.

Las reformas que propone el gobierno se han discutido por los movimientos siciales (sic) desde hace años en las calles. La mayor reforma laboral progresista de la historia de Colombia se discutió entre Alfonso Lopez, el presidente y el movimiento obrero, en la plaza pública”, insistió el presidente Petro en su cuenta de Twitter.

De inmediato, se armó Troya y las redes sociales estallaron en críticas o apoyos, con razones de peso, frente a la polémica postura del mandatario de izquierda.

La idea presenta serios cuestionamientos, no solo por la inconveniencia de invitar a marchar a los petristas, el mismo día que lo harán simpatizantes de la oposición, sino porque ese ejercicio de llevar los temas legislativos a la discusión pública antes de ser discutidos en el Congreso, genera más confusión que entendimiento de los temas.

Visto así, quedaría la sensación que el gobierno Petro busca sacar adelante las grandes reformas que prometió, usando un cheque en blanco apalancado por su popularidad, y no por discusiones de fondo, aterrizadas y sensatas.

Allí está la ironía de su similitud con el expresidente Álvaro Uribe. Porque cuando al entonces presidente se le caían sus grandes reformas durante el control constitucional o en el Congreso, él acudía al Estado de Opinión, como una herramienta para interpretar el sentir popular e imponer los cambios que proponía

Dicho en otras palabras, lo cuestionable no es que se acuda a la opinión popular para medirle el aceite a las propuestas de los gobernantes, sino que esa herramienta sea usada por dos líderes políticos tan opuestos ideológicamente y que en su momento criticaron fuertemente esas acciones.

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Estado de Opinión en la era Uribe

Cuando se escribe la frase “Estado de Opinión” en el buscador de Google redireccionada solo en páginas oficiales de Colombia, aparecen 25.800 resultados y la mayoría de las reseñas tienen su origen en discursos oficiales de la página web de Presidencia de la República durante los años 2006 – 2010. Es decir, el segundo mandato de Uribe.

Pero el mayor uso del concepto vino en 2008 después del fallo de la Corte Constitucional que tumbó la segunda reelección presidencial de Uribe.

En su momento, el mandatario de los colombianos dijo que acata el fallo y lo respeta, pero invocó sutilmente el concepto de Estado de Opinión como una evolución del Estado de Derecho, para tener en cuenta el sentir popular en torno a su permanencia en el poder.

“(…) En el Estado contemporáneo de Derecho el nivel de participación de la ciudadanía es un elemento sobresaliente, característica fundamental. Ese nivel de participación de la ciudadanía es lo que he invitado a los colombianos a que practiquemos, a lo que me he referido con el nombre de Estado de Opinión.

Uribe dedicó muchos discursos y entrevistas para explicar que hablar del Estado de Opinión no es contrario al concepto democrático y que, por el contrario, es una evolución del Estado de Derecho.

Pero el Estado de Opinión es una expresión del Estado de Derecho. No es una oposición al Estado de Derecho. El Estado de Opinión, como elemento del Estado de Derecho, tiene que respetar la ley, tiene que respetar la Constitución”, dijo el entonces presidente Álvaro Uribe tras el revés constitucional que sufrió su anhelo por continuar en el poder.

Ese concepto ya lo había usado un año antes (2007), durante la entrega de un doctorado honoris causa en comunicación social y periodismo que le otorgó la universidad Los Libertadores.

“(…) Al agradecer a la comunidad académica de Los Libertadores el otorgamiento del grado Honoris Causa en Comunicación Social-Periodismo, quisiera dejar para su reflexión unas breves consideraciones sobre lo que es el moderno concepto de Estado de Opinión: un Estado con alta participación ciudadana para la toma de decisiones públicas, para su ejecución y vigilancia”, aseguró el entonces presidente Uribe.

Pero, en 2009, Álvaro Uribe sorprendió a los colombianos cuando intentó que su política de Seguridad Democrática, que tantos reparos tuvo en materia de derechos humanos, se convirtiera en un programa oficial, pero por vía del Estado de Opinión.

“(…) Nosotros creemos que, en un Estado de opinión, donde no prevalece el capricho del gobernante sino el imperio de la ley, y más allá de la misma interpretación de los jueces, lo importante es lo superiormente importante que es la opinión pública. Es fundamental para darle sostenibilidad en el largo plazo a una política de seguridad que permita que las nuevas generaciones de colombianos vivan libres de guerrilla, de paramilitares, de otras expresiones del narcotráfico”, expresó el entonces jefe de Estado.

Paradójicamente, Uribe también reconoció que, por vía del Estado de Opinión, algunos dictadores la han usado para acabar la democracia y citó varios ejemplos reales durante un conversatorio realizado en febrero de 2010, en la universidad Jorge Tadeo Lozano, pero aclarando que allí no se configura un Estado de Opinión, sino Estado de Opresión.

“(…) He pensado yo que lo que definitivamente marca la diferencia para calificar un Estado de Derecho es el nivel de participación de la opinión. Y por eso hemos hablado del Estado de Opinión. Creo que el nivel de participación de opinión en Colombia solamente lo indica, no necesita uno acudir a nada distinto, que señalar el pluralismo de este foro”, argumentó Uribe, en el mencionado conversatorio.

Ahora, por cuenta de las reformas políticas de fondo que prometió en campaña el hoy presidente Gustavo Petro, los colombianos están ad portas de una nueva versión del Estado de Opinión que en otrora promovió Álvaro Uribe.

La única diferencia entre esos dos conceptos liderados por Uribe y Petro es que ahora las reformas políticas de fondo que se intentan promover a través de la opinión popular fueron hechas por un presidente de izquierda.

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