Cinco etapas que podrían ser decisivas en el Giro de Italia
El Giro de Italia, que comenzó este viernes en Budapest, tendrá varios trayectos montañosos, como la llegada al Etna o a Aprica.
Etapas en las que se espera mucho y no pasa nada; etapas en las que se espera nada y pasa mucho. Un poco es ley del ciclismo, muchos más en los últimos años.
En esta edición del Giro de Italia, la 105, sobre el papel hay etapas montañosas en las que podrían tomarse ventaja los competidores, como las terminadas en el monte Etna, Blockhaus, Aprica y Marmolada.
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Y, como a veces sucede, la contrarreloj final puede determinar el campeón. Este es un vistazo a esas etapas:
Etapa 4 del Giro de Italia. Entre Avola y Etna (166 kilómetros)
Primera gran llegada en alto de esta edición del Giro de Italia. Si bien las piernas están frescas, este tipo de finales puede agarrar sin ritmo a algún ciclista, especialmente, a aquellos diseñados para rendir a tope en la tercera semana.
La llegada está a casi 2.000 metros de altura, y los ciclistas tendrán que subir 23 kilómetros con una inclinación del 5,8 por ciento.
Como bien dice el cliché: acá no se gana la carrera, pero puede existir el riesgo de perderla.
El ecuatoriano Jonathan Caicedo triunfó en el Etna hace dos años.
Etapa 9. Entre Isernia y Blockhaus (187 kilómetros)
Antes de subir al Blockhaus, hay que superar el Passo Larciano, un premio de primera categoría a 1.300 metros de altura, con una inclinación del 7,6 por ciento.
El puerto final es muy duro, pues habrá que subir 1.665 metros, en 13,6 kilometros y que tienen una inclinación, en promedio, de 8,4 por ciento.
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Sin duda, la primera gran cita con la montaña. En 2017, Nairo Quintana ganó en Blockhaus y se convirtió en líder del Giro de Italia, por encima de Tom Dumoulin y Thibaut Pinot.
El colombiano, al final, terminó subcampeón, por detrás del holandés.
Etapa 16. Entre Salò y Aprica (200 kilómetros)
La llamada etapa reina. Si bien no termina en ascenso, tendrá tres puertos previos muy duros de primera categoría. Estos son Goletto de Cadino (20 kilómetros casi al 7 por ciento de inclinación), el Mortirolo (su nombre lo dice todo) y el Valico de Santa Cristina (13 kilómetros al 8,5 en promedio).
Esta etapa alpina seguro despejará quiénes son los aspirantes al título. Un recorrido, además, histórico porque, en 1994, el español Miguel Indurain, campeón reinante, tuvo una crisis antes de llegar al Mortirolo, lo que benefició al que sería el primero de esa edición, el ruso Evgeni Berzin.
Pero también marcó la aparición de Marco Pantani, el gran escalador italiano que ganó la etapa y empezó a construir su figura como gran leyenda.
Etapa 20. Entre Belluno y Marmolada (167 kilómetros)
Transcurrirá por Los Dolomitas, zona alpina, y el reto será superar dos premios de primera categoría y la Cima Coppi, como se le denomina al puerto más alto de la carrera, en este caso, el Passo Pordoi. Este tiene 2.239 metros de altura, con casi 12 kilómetros de subida, y una inclinación del 6,8 por ciento.
Etapa que podría ser definitiva, la penúltima de la carrera. En 2008, el campeón de ese año, el español Alberto Contador, fue el vencedor en la Marmolada.
Acerca del Giro: ‘Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey’, el libro que recoge increíbles historias, traiciones y aventuras en la carrera de la maglia rosa'.
Etapa 21. Verona – Verona (17 kilómetros)
Puede que llegue ya definida la carrera o que ocurra como hace dos años, cuando el británico Tao Geoghegan Hart, en la contrarreloj de la última etapa, le quitó el liderato y el título al australiano Jai Hindley. Ambos habían llegado con el mismo tiempo al último trayecto.
Una pequeña subida, de cuarta categoría, a mitad del trayecto, no hará que nada cambie: estará destinada para los especialistas de siempre.
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