“En este momento estamos en una situación en la que la palabra crisis se queda pequeña”
Laura Quintana y Andrea Mejía charlaron en el marco de la Feria del Libro de Cúcuta sobre lo que puede hacer la filosofía en momentos como el actual.
La pregunta sobre la utilidad de la filosofía es más recurrente de lo que parece. A pesar de que la evolución de la humanidad y varios de los avances en el mundo moderno se han dado gracias a que muchas personas se cuestionaron lo que veían, reflexionaron y pensaron en otras posibilidades, muchos se siguen preguntado (como lo han hecho otros a lo largo de la historia) para qué sirve esta disciplina milenaria.
Un debate que suele darse, sobre todo, en momentos de crisis como el actual, en donde a nivel global el cambio climático parece no tener reversa, conceptos como el de la democracia tambalean y una pandemia sacudió el sistema económico y social en el que creían ciegamente millones de personas.
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Sin contar con que en Colombia acaba de ocurrir uno de los paros más prolongados de la historia reciente, causado por un estallido social con pocos precedentes, que terminó con una violenta represión que causó decenas de muertos, cientos de heridos y varios desaparecidos.
Por eso, la conversación que tuvieron Laura Quintana y Andrea Mejía (columnistas de Diario Criterio) en el marco de la Feria del Libro de Cúcuta fue muy pertinente: ¿Para qué sirve la filosofía en tiempos de crisis?.
Quintana, filosofa de la Universidad de los Andes y doctora de la misma disciplina en la Universidad Nacional, actualmente es profesora y directora del departamento de filosofía en los Andes. Mejía, por su parte, es literata de los Andes y también doctora en filosofía de la Nacional. Actualmente es escritora y ha publicado dos libros.
Diario Criterio recoge algunas de sus reflexiones más importantes:
La filosofía en momentos de crisis
El tema clave de la charla, el de la utilidad de la filosofía en momentos de crisis, fue abordado por ambas al inicio del conversatorio. Esto fue lo que dijeron:
Laura Quintana
“La filosofía que a mí más me interpela es la que está muy atenta al presente, a lo que pasa. Sobre todo en momentos especialmente convulsionados, en los que se trastoca un poco lo que pensamos, decimos o imaginamos. En esos momentos a mi me parece clave ese poder de la filosofía para someter a crítica (crisis también tiene que ver con crítica) lo que hemos asumido, naturalizado y lo que consideramos como evidente.
“A veces asumimos que el presente es simplemente lo que es, lo que hay, pero la filosofía tiene el poder de desestabilizar eso que se presenta como dado, para mostrar otras cosas y abrir otros caminos de narración, de interpretación, de imaginación”.
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Andrea Mejía
“La filosofía, como dice Laura, implica una atención y una apertura a lo que nos rodea, una apertura asombrada y respetuosa, que intenta por lo menos comprender o hacer algo, así sea pequeño, desde esa comprensión super modesta, como puede ser la comprensión filosófica de la realidad.
“Pero tú decías Arturo (Charria, el moderador de la charla) que mundo y crisis son un poco lo mismo. Y aunque eso me parece muy bello, si tenemos que reconocer que en este momento estamos en una situación en la que la palabra crisis se queda pequeña. Sobre todo frente a lo que está pasando a nivel planetario, sobre todo con el daño a la vida en una escala muy desconcertante. Y, la verdad, yo no sé cuál pueda ser el papel de la filosofía en estos casos”.
Pensar una nueva lógica
A partir de ambas reflexiones, Quintana habló de que lo que podría hacer la filosofía, un poco de lo que ha hecho siempre: pensar fuera del molde y cambiar los paradigmas.
Laura Quintana
“Estoy de acuerdo con lo que dice Andrea: hay que evitar modelar de antemano lo que podemos hacer. A veces las filósofas y los filósofos somos un poco pretenciosos al decir ‘hay que hacer esto para salir del atolladero’. Y yo si creo que eso no daría cuenta del carácter excesivo de lo que estamos viviendo, que no es simplemente una crisis más, sino que está poniendo en entredicho nuestra forma de vida.
“Yo creo que frente a esto se necesita una apertura. Hay que dejarse sacudir por lo que está pasando y pensar en cómo se pueden lograr cambios radicales. No solo desde la filosofía, sino desde muchos lugares de producción del conocimiento que se han tomado muy en serio esta crisis sistémica. Hay filósofas y filósofos interesados en repensar todas esas relaciones y en trastocar las lógicas que han contribuido a esa explotación y al agotamiento del planeta, de los seres vivos y de los cuerpos humanos. Porque ante un planeta agotado, tenemos cuerpos cada vez más agotados”.
El estallido social y la crisis en Colombia
La conversación giró pronto hacia temas más concretos, como la crisis actual y la polarización en el país. El moderador, Arturo Charria (columnista de El Espactador) les preguntó por dos textos específicos que habían escrito sobre el tema. Quintana, hablando del ‘despertar Colombiano’, y Mejía, sobre el asesinato a Dylan Cruz.
Laura Quintana
“En ese texto yo problematizaba esa idea del ‘despertar colombiano’, porque da a entender que acá la gente estaba dormida y yo creo que eso no es así. Aquí, de hecho, ha habido un montón de trabajo popular y muchos movimientos vienen trabajando de tiempo atrás. Ellos resonaron en el paro de 2021, pero también hubo nuevos actores, que se encarnaron en estos jóvenes de la primera, segunda y tercera línea, que como antes no estaban tan politizados se hicieron más visibles.
“Yo creo que en esto que se dio en Colombia hay un llamado y un enfoque al ‘decir’, en el sentido de ‘queremos entender lo que pasó y orientarnos mejor’, pero yo creo que el ‘decir’ no se debe separar del ‘hacer’. Ciertas formas de narrar y decir se pueden aliar con ciertas formas de hacer y al revés, hay ciertas formas de decir, como por ejemplo nombrar lo que pasó como vandalismo, que bloquean formas de hacer. Y por eso es importante acoger lo que pasó con un ‘decir’ que pueda darle justicia al acontecimiento”
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“Es un acontecimiento que sigue irradiando y no creo que se pueda decir que está cerrado. Hay muchas cosas que están ahí. No podemos olvidar los desaparecidos, los muertos y todo lo que la gente quiso poner de manifiesto, y creo que ahí hay muchas cosas que están latentes y me parece interesante pensar en esa latencia”.
Andrea Mejía
“En el texto que escribí luego del asesinato de Dylan Cruz (2019) dije que era importante decir algo. En ese texto particular eso significaba no dejar caer lo que había pasado en el silencio, para que eso no se borre y no se olvide. Y de pronto, también intentar acompañarnos con las palabras en un momento en el que quedamos muy solos, muy mudos.
“Tú (Arturo Charria) me preguntas cómo cambiaría ese ‘decir algo’ en este momento, luego de todo lo que ha pasado y es una pregunta muy dura, porque lo que me impresionó cuando me hiciste acordar de ese texto fue el pensar que había algo que estaba un poco anunciado. La violencia del estallido social de este año no fue espontánea y accidental, sino que es algo recurrente que se venía gestando. Ese decir algo en ese momento no sirvió al final para impedir que las cosas que sucedieron después sucedieran. Pero por lo menos sirvió como una evasión del silencio y creo que eso sigue siendo importante”.
Más allá de la rabia
El moderador le pregunto a Quintana sobre la rabia y cómo influye en lo que está pasando en Colombia. Ella, de hecho, acaba de lanzar el libro Rabia: afectos, violencia, inmunidad, en el que reflexiona sobre el tema.
Laura Quintana
“Hay una prevención muy grande hacia la rabia. En parte porque se suele pensar que la rabia es una especie de relación fácilmente patologizable y que es algo meramente reactivo, como si fuera simplemente una expresión que reacciona con violencia frente a algo que se padeció”.
“Hay que reconocer que la rabia surge porque se sufre un daño (…), pero no simplemente es una reacción desesperada que viene desde arriba y destruye sin más. En las estatuas tumbadas de los Misak, por ejemplo, obviamente que hay rabia, pero esta no solo es destructiva y reactiva, sino que está enmarcada en toda una reflexión sobre lo que implica la construcción de la nación colombiana y en sobre cómo estos símbolos patrios contribuyeron a perpetuar formas de violencia o sobre cómo el espacio público está enmarcado en esas comprensiones coloniales de la historia.”
“A mi me interesa también ahí encontrar y escuchar ese llamado a una rabia que puede ser solidaria, colectiva y creativa. Y que está expresando una indignación indócil. Porque la rabia también tiene que ver en ese caso con la indocilidad, con no querer simplemente adoptar los canales establecidos para expresarse y manifestarse, sino hacer algo que se sale un poco de los límites y las fronteras establecidas, para pasarse un poco y para desbordarse”.
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La filosofía y la escritura literaria
Arturo Charria también le pregunto a Mejía sobre la relación entre la filosofía y la literatura, y en si ella cruza los límites entre ambas disciplinas. Esta fue su respuesta:
Andrea Mejía
“Son cosas distintas: requieren enfoques internos muy diferentes y creo que buscan cosas distintas. Yo creo en la pasividad de la escritura: es algo que se recibe y no algo que se hace o se produce. En el pensamiento, en cambio, hay por lo menos un intento de actividad”.
“Claro que de pronto esa separación es ficticia, pero en mi experiencia personal, por lo menos, cuando intento pensar y planear mucho lo que escribo, sale muy mal. Creo que las mejores cosas en la literatura son regalos, fuerzas que nos atraviesan y simplemente pasan por nosotros. El pensamiento puede ser lo mismo, pero yo, por lo menos, he tenido una entrega confiada cuando escribo, mientras que cuando pienso intento controlarme”.
6 Comentarios
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Interesantes reflexiones sobre la filosofía ,los pensamientos los se timientos
Qué importante y profunda esta conversación filosófica de dos investigadoras sentipensantes, que me ayudan en un momento en que siento bullir en mí una apasionada necesidad de reflexionar críticamente por qué el ecofeminismo es una filosofía de vida y no un mero enfoque que ha empezado a volverse un clisé político. Ansiosa de leer el libro sobre la rabía.