La mediocre baraja de los ‘vices’

Hay que decirlo: si la lista de candidatos presidenciales es tan copiosa como floja, la baraja de las fórmulas vicepresidenciales es peor.

Varios colombianos cuyas posibilidades son computables en cero postularon su nombre a la Presidencia por nadie sabe qué razones. Quizá porque les parece glamuroso ser “excandidato presidencial”. También es posible que jueguen a tener la exposición mediática que les permita vender a buen precio su adhesión en segunda vuelta a alguno de los dos vencedores; pero, para ser francos, ¿cuánto puede valer el respaldo de ese pastor cuyo nombre se nos escapa, o el de Luis XV% y sus audaces pintas, o del otro, un señor de apellido Gómez, o de Íngrid, la señora que insiste en llegar a la Presidencia después de su ‘oso’ monumental en el “test de las maquinarias”? Estos cuatro candidatos están por debajo del margen de error en las encuestas y dudo mucho de que algún asistente de Fico Gutiérrez o de Gustavo Petro los reciba después del 29 de mayo. Ni antes.

Pero hablemos de los “vices“. La vice de Rodolfo Hernández se llama Marelen Castillo, vicerrectora de la Universidad El Minuto de Dios. Vi varios videos de la señora. Es casi tan culta como Ernesto Macías, pero hay dos hechos que la deshonran: ser la vice de un candidato desinflado, folclórico y tan despistado que no sabe qué es el Vichada; y ocupar el puesto que despreció Paola Ochoa, la “periodista” que se burló del aspecto físico de Francia Márquez y que luego se disculpó diciendo que en realidad trató de elogiar a Francia, de manera que ya no sabemos si es más estúpida insultando o disculpándose.

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El vice de Íngrid, el coronel retirado José Luis Esparza, es un señor muy apuesto de cuyo pecho penden 37 condecoraciones militares que le dan un aire tan pintoresco como el de Íngrid, que vive muy agradecida porque el señor dirigió la Operación Jaque. Pero la aureola heroica de Esparza está más desinflada que la imagen de Rodolfo porque ya todos sabemos que la operación no fue esa arriesgadísima “misión imposible” que nos vendieron Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos sino el resultado de una circunstancia muy sencilla: las autoridades tenían agarrado de las partes nobles a César, el comandante de las Farc que custodiaba a Íngrid, porque habían capturado a su esposa y a su hija. Por eso, toda la operación resultó matemática, brillante… y posible.

No conozco el programa de Sergio Fajardo porque sus explicaciones son más confusas que las de Antanas Mockus. Además, su gestualidad, el rictus de angustia del rostro y sus deditos siempre apretujados me impiden seguir sus razonamientos, llamémoslos así.

Sin embargo, acertó con su vice, Luis Gilberto Murillo, ingeniero de minas y exministro del Medio Ambiente. Aunque su ministerio fue tan gris como todos los ministeros de esa cartera, esta elección es notable porque marca el único acto de carácter que se le conoce a Fajardo en su ya larga vida política: se necesita carácter para elegir como fórmula a un señor que no le aporta nada en términos electorales y que solo está allí para corroborar el compromiso de Fajardo con la ecología.

Luis Gilberto Murillo y Sergio Fajardo
Fórmulas vicepresidenciales: Luis Gilberto Murillo y Sergio Fajardo

Nota. A pesar de sus precarios resultados en las consultas y en las más recientes encuestas, Fajardo tiene la grandeza de elegir a Murillo y de cerrar la posibilidad de una alianza con César Gaviria. Magnífico. Espléndido. El final de la carrera de Sergio Fajardo merece como epitafio este verso de Borges: “La derrota tiene una dignidad que nunca tendrá la ruidosa victoria”

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Nota. ¿Cómo explicar la debacle del centro político en un país hastiado de la polarización? He aquí un buen tema para los analistas, esos agudos posprofetas del tejemaneje político.   

La elección del vice de Fico es inexplicable. Los analistas opinan que Rodrigo Lara Sánchez puede atraer el voto del centro, pero ¡quién diablos sabe, fuera de Neiva, quién es Sánchez, cómo se apellidaba antes de que una prueba de ADN demostrara que era hijo de Rodrigo Lara Bonilla; y quién sabe, incluida la gente de Neiva, si Lara Sánchez es de centro! Es más: ¿quién sabe qué es el centro? Podríamos, quizá, ayudarnos con la definición de Pascal: “El universo es una esfera infinita cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna”.

Rodrigo Lara fórmula vicepresidencial
Fórmulas vicepresidenciales: Federico Gutiérrez y Rodrigo Lara Sánchez

Supongo que Fico piensa, en la simplicidad de su pensamiento, que la gente puede confundir el nombre del exalcalde de Neiva con el del ministro Rodrigo Lara Bonilla (tiene el fantástico parecido que tienen los hijos negados) pero es mucho más factible que lo confundan con Rodrigo Lara Restrepo, esa versión joven de Fernando Londoño.

En esta pléyade de grandes nulidades brilla con luz propia Francia Márquez, la negrita que a sus 15 años salvó el río Ovejas y luego a su corregimiento, La Toma, de la ambición de la gran minería; la mujer protegida por los dioses negros de las balas paramilitares y de las balas de los sicarios de los líderes ambientales; la mujer que fue empleada doméstica y atravesaba Cali a pie para ir a la universidad porque no tenía para el bus; la cabeza de familia que hoy es Premio Goldman y le dice las verdades en su cara a la Nulidad Mayor de Colombia, al dueño del Partido Liberal. Este mujeronón representa hoy a los nadie, a los millones de colombianos que han sido humillados y pisoteados por una élite famosamente inepta, racista y rapaz. 

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5 Comentarios

  1. Qué maravilla de escrito, preciso, claro, contundente;rico en imágenes para mostrar la desgracia de nuestro pueblo, estar en manos de quienes uno a uno fueron descritos. Gracias por entregarnos textos bien argumentados y documentados.

  2. Comparto su opinión: con excepción de Francia Márquez, quien la sacó del estadio con sus respuestas y las del compañero de Fajardo, los demás mostraron su ignorancia en termas claves y su falta de preparación para el debate. La verdad sentí verguenza ajena.

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