¿Sí es posible el Gran Premio de Barranquilla?
Desde que llegó al poder, Iván Duque ha querido organizar un gran evento deportivo que le permita tener un legado popular que tal vez su actuación política no le dejará tener. Quiso que Colombia fuera sede de la Copa América 2020, pero primero la pandemia y luego la protesta social impidieron que pudiera tener su torneo, que iba a ser compartido con Argentina en un adefesio extrañísimo y finalmente se fue para Brasil el año pasado; quiso el Mundial Femenino de 2023 tras el éxito de Francia 2019, pero la infraestructura del país no estaba para competir con lo que ofrecieron Australia y Nueva Zelanda y, además, era impresentable postularse para una sede de un Mundial Femenino cuando la liga femenina en Colombia se disputa de mala gana con un campeonato que dura dos meses y nóminas en las que no se les pagaba a la mayoría de las jugadoras…
Sin embargo, en un reconocimiento a las futbolistas colombianas que son infinitamente superiores a sus dirigentes, este año tendremos la Copa América Femenina en Colombia y, oh sorpresa, para que se piense que en este país sí se respalda al fútbol de mujeres, vamos a tener una liga de casi un semestre antes del evento que se disputará a mitad de año.
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Sobre una liga en el segundo semestre nadie dice nada y es muy probable que no se dispute porque, a fin de cuentas, ya la copa se habrá jugado, así que lo que pase después con la liga femenina seguramente no le importará ni a los dirigentes ni a este Gobierno, que el 7 de agosto dice adiós. Pero ojo, la Copa América Femenina es de tal prioridad para la actual administración, que incluso ya está circulando el rumor de que se va a cerrar la investigación de la Superintendencia de Industria y Comercio a la Dimayor y 16 de sus clubes por prácticas anticompetitivas en la contratación de futbolistas (los famosos vetos a jugadores que se atrevan a reclamar sus derechos laborales) y así no haya ningún ruido que empañe la organización del evento.
Ahora, como Duque quiere una despedida a lo grande (es decir, con un evento que dé de qué hablar y así no se tenga tan presente el caos que ha sido su administración), este fin de semana el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, le tiró un centro de los que el presidente ama cabecear, y dejó sobre la mesa la propuesta de que la capital del Atlántico sea sede de un Gran Premio de Fórmula 1, la máxima categoría del automovilismo mundial.
“Yo siento que vamos ganando porque nosotros tocamos la puerta y la recibimos abierta. Es decir, hoy ven como una gran posibilidad que Colombia tenga un Gran Premio y nos atrevemos a soñar. Presidente, tú nos das la posibilidad, nos entusiasmas y nos dices ‘vamos para adelante’”, dijo un emocionado Pumarejo en un evento público con el mandatario, que no desaprovechó el tuteo del alcalde y le dijo que tiene todo su apoyo: “Así como lo hemos hecho en otras tantas ocasiones, y teniendo en cuenta que esta es una inversión deportiva y para posicionar a Colombia en el exterior, usted cuenta con el respaldo nuestro para que, en equipo, podamos tratar de construir ese sueño”.
La sustentación económica de Pumarejo para buscar el Gran Premio de Barranquilla es interesante: “Hay 22 ciudades en el mundo que pueden decir que tienen un circuito de Fórmula 1, a esos circuitos asisten 320.000 espectadores en tres días, gastan en promedio 600 dólares al día y van de más de 100 países. Entran 60.000 turistas internacionales por esos diez días. Eso es casi que duplicar el número de visitantes internacionales que vienen al Atlántico, en un solo evento, en solo tres días. Es una de las vitrinas más importantes que podríamos tener”, explicó, y son cifras atractivas que, sumadas al atrayente deportivo, tienen a medio país pensando en que es posible mientras la otra mitad piensa que no estamos para eso, por más beneficios que pueda tener.
De entrada les tengo que decir algo como fanático de la F-1: sería maravilloso poder tener un Gran Premio en Colombia, sea en Barranquilla o en otra ciudad; sería un lujo ver en nuestras calles o en un circuito a las grandes escuderías del mundo, vivir una batalla entre Hamilton y Verstappen, ver a Alonso y Vettel dando pelea, a Lando Norris y Leclerc buscando la gloria… Me lo imagino y se me hace agua la boca, se me pone la piel de gallina y todos los lugares comunes que se quieran imaginar y que le gustan al Gobierno, porque eso es precisamente lo que es la propuesta, un lugar común populista que da otra cosa de qué hablar cuando a la presidencia se le acumulan los escándalos de corrupción, un miembro clave del partido de gobierno es acusado de despojo de tierras y nexos con el paramilitarismo, y el departamento de Arauca está casi en manos del ELN.
Pero digamos que no es una cortina de humo, asumamos que en verdad hay un interés legítimo por traer un Gran Premio de Fórmula 1 a un país que solo tiene un autódromo, ubicado en Tocancipá, y cuya máxima categoría de automovilismo es el Turismo de Carretera con el TC2000 que solo pocos vemos y una gran mayoría del país desconoce.
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“El automovilismo colombiano es complejo, a diferencia de otros países, porque no se puede dedicar uno a correr por falta de presupuesto. En Colombia, se ven los carros y corredores independientes. Solo hay tres equipos grandes en el país: LM3 Motor Sports, Auto Stok y Sesana Racing Team”, contó Juan Felipe García, uno de los mejores pilotos del circuito colombiano, en una entrevista con El Espectador publicada en octubre de 2021. En esta misma nota García, múltiple ganador de las 6 horas de Bogotá, soltó esta perla: “El mayor problema del automovilismo colombiano es que no hay apoyo por parte de las empresas, de las personas, de la federación, del Automóvil Club de Colombia. Es muy complicado ya que la mayoría del presupuesto del Ministerio del Deporte va para fútbol y ciclismo. Así mismo no hay mucho apoyo de las empresas grandes ni de los concesionarios para que creen sus equipos”.
Mejor dicho, el gobierno nunca ha apoyado seriamente al automovilismo colombiano y ahora quiere traer un Gran Premio de Fórmula 1… La misma historia de pedir un Mundial Femenino de Fútbol cuando no se le da importancia a la liga femenina local, pero bueno, digamos que la iniciativa del Gran Premio de Barranquilla más que un espaldarazo al automovilismo nacional es de verdad una apuesta económica, como lo planteó el alcalde Pumarejo.
Si bien el presidente Duque dijo que Pumarejo y la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, ya han hecho acercamientos con Liberty Media, el conglomerado dueño de la F-1, como que no les han contado los gastos que implica tener tres días al año de Fórmula 1.
Para poder tener el Gran Premio de Barranquilla primero hay que pagarle a Liberty Media un contrato. El más reciente que firmó esta multinacional del deporte fue con el nuevo Gran Premio de Miami, que le entregó a la F*1 más de 900 millones de dólares por tener este evento por diez años (971 millones de dólares, para ser exactos, según Forbes). A esto hay que sumarle el pago anual por poder hacer la carrera, que varía según la pista y puede llegar a los 50 millones de dólares (la única que no paga es Mónaco porque sí, es el Gran Premio de Mónaco y punto).
Ojo, hasta el momento no hemos contado los gastos operativos que tiene que asumir la organización para tener la Gran Carpa con todos sus pilotos, mecánicos, staff y demás durante tres días.
Pero claro, antes de cualquier cosa, se debe tener una pista o un circuito para correr el Gran Premio de Barranquilla, y ahí es donde hay que mirar las reglas de la Federación Internacional de Automovilismo: necesitaríamos una licencia Grado 1 de la FIA y para ello habría que revisar detenidamente en qué sector de la ciudad se podría hacer el evento en modalidad callejera (el reglamento exige al menos 12 metros de ancho en todos los puntos de la pista, con excepciones autorizadas y teniendo en cuenta que la parrilla de salida tiene que ser de 15 metros de ancho; las rectas no pueden ser de más de dos kilómetros, la primera curva tiene que tener un giro de al menos 45 grados…).
El más reciente ejemplo de una integración de las vías de la ciudad para un circuito es el de la Corniche de Jeddah, en donde se corrió el Gran Premio de Arabia Saudí el diciembre pasado.
¿Y hacer un autódromo que cumpla las características? Sería más caro. Un autódromo nuevo puede estar entre los 200 y los 450 millones de dólares para cumplir con lo exigido por la FIA.
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Así que sí, sin duda, tener un evento de F-1 en Colombia sería tremendo, podría por fin impulsar el automovilismo local, tan lleno de talentos que tienen que buscar hacer carrera en otros países, y muy seguramente redundaría en un impulso al turismo y por tanto a la economía local, pero los costos son altísimos, casi iguales a los del presupuesto anual de Barranquilla, y la pregunta es si vale la pena meterle tanta plata a esto existiendo otras necesidades en la ciudad.
Por supuesto, alguien me dirá que por qué en México sí y acá no, y la respuesta está en que el GP de México cuenta con el respaldo y patrocinio del multimillonario Carlos Slim a través del Grupo Carso, que prácticamente se encarga de toda la organización del evento y lo explota comercialmente. ¿Hay algún multimillonario colombiano listo para hacer eso o la idea es que la inversión salga del bolsillo de todos?
Insisto, sería maravilloso tener un Gran Premio de F-1 en Colombia, pero no es más que una ilusión y, en plena campaña electoral, con Arauca ardiendo, un poderoso integrante del partido de Gobierno vinculado con paramilitares y despojo de tierras, y escándalos de corrupción que salen de las oficinas de Presidencia, es inevitable pensar en que más que una propuesta seria, esto es otra cortina de humo. Una bonita, sin duda, pero inviable.
7 Comentarios
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Si es posible a cavando con la corrupción política y reduciendo el congreso más de la mitad, así si podríamos realizar cualquier evento mundial.
Totalmente de acuerdo, nada más que agregar
El problema de estos políticos es que creen que todo el país es bruto. Espero que todas estas cortinas de humo solo sirvan para quemarlos aún más.