“Hemos dado papaya”: los intentos de Petro por atajar el escándalo de las visitas de su hermano a La Picota
La visita a La Picota de Juan Fernando Petro, hermano de Gustavo Petro, y las salidas en falso de algunos petristas han significado un duro golpe para la campaña del Pacto Histórico, que ahora trata de distanciarse sugiriendo que hubo una trampa en su contra.
Este Viernes Santos, el candidato Gustavo Petro le dio una entrevista a Daniel Coronell, en la revista Cambio, para hablar sobre el impacto que ha tenido en su campaña la revelación de que su hermano se reunió con al menos diez presos del pabellón de La Picota donde están recluidos varios parapolíticos y funcionarios corruptos. Entre las personas que participaron en el encuentro estaban los exsenadores Iván Moreno (condenado por el carrusel del contratos) y Álvaro García Romero (condenado por la masacre de Macayepo).
“Sí, es un papayazo que hemos dado”, dijo Petro, y añadió que los otros rivales adoptaron el discurso de Federico Gutiérrez, su principal contendor, para descalificarlo. “El tema central que (…) se irradió a millones de personas es que yo estaba ofreciendo rebajas de pena por votos. Los rivales de campaña aprovecharon, todos, ahí no hubo diferenciación; siguieron el libreto del segundo en campaña de que básicamente estábamos estableciendo un pacto con los corruptos para ganar las elecciones“.
“Y ahí es donde fallan, porque ni a mí ni creo que a nadie cerca de mí se le ha ocurrido pensar que en las cárceles se puede encontrar la balanza electoral para ganar unas elecciones”, agregó.
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Sin embargo, se puede decir que el propio Gustavo Petro se encargó de servir la “papaya” que su hermano ya había dado, pues él tampoco fue muy claro, al principio, cuando se refirió al encuentro con Iván Moreno Rojas y habló de “perdón social”.
El difuso perdón social
La mecha de esta controversia empezó el pasado lunes 11 de abril, cuando La W Radio le pidió al candidato presidencial que explicara por qué su hermano Juan Fernando estaba en La Picota: “Hablando con Iván Moreno, que es el que yo metí a la cárcel, no por ser juez, sino por la investigación del carrusel de la contratación de Bogotá. No es narco, no es parapolítico. Es corrupto, o fue corrupto. Él está en un proceso muy interesante desde el punto de vista personal, ustedes pueden ir a hablar con él y comprobarlo, pero lo que él nos ha sugerido es ser constructor de algo que yo he propuesto que se llama el perdón social y eso se está discutiendo dentro de las cárceles”, dijo Gustavo Petro, sin dar mayores explicaciones.
El solo hecho mencionar las palabras “perdón social” e “Iván Moreno” en una sola sentencia generó una fuerte molestia entre los ciudadanos. El carrusel de contratos es uno de los mayores casos de corrupción en la historia de Bogotá, en el que se desviaron cerca de 500.000 millones de pesos. Y Moreno y su hermano, el exalcalde Samuel Moreno Rojas, recibieron unos 30.000 millones de pesos en dádivas por los contratos para la troncal de Transmilenio de la 26.
Petro, entonces, empezó a justificarse recordando que él mismo había sido de los primeros en denunciar el carrusel de contratos, en octubre de 2010, y dijo que el “perdón social” no dependía de él ni significaba impunidad o rebaja de penas.
Además, afirmó que el autor del concepto no era él, sino el filósofo Jacques Derrida. En efecto, desde hace al menos 15 años, Petro lleva hablando de perdón social, y en agosto del año pasado, durante un debate en el Senado, se refirió al asunto a propósito de la propuesta de amnistía general que planteó Álvaro Uribe Vélez.
“¿Podríamos, en ese concepto, pensar que es posible que a Colombia, después de dos siglos de guerras perpetuas, le ha llegado un momento de perdón social generalizado? Yo pienso que sí, y en esto puedo coincidir con Uribe y me han criticado por ello”, dijo el senador en ese momento. Y varios de sus seguidores empezaron a “interpretar” lo que “en realidad” había querido decir.
El propio Petro revivió ese debate para responder a las críticas que le hicieron por hablar de “perdón social”, aunque después se conocieron detalles que él no mencionó en La W Radio.
En entrevista con Semana, el miércoles pasado, Juan Fernando Petro explicó que la reunión fue el 8 de abril y reconoció que no solo habló con Iván Moreno: “… con otros personajes que están allí, indiscutiblemente con Álvaro García Romero, que le decían el Gordo García (…)”, aseguró.
Juan Fernando añadió que Gustavo no ordenó la visita: “[Los presos] pensaban que, al ser yo hermano de Gustavo Petro, pues yo era una línea directa con Gustavo para que ellos supieran realmente cuáles serían las políticas de paz, las políticas carcelarias, las políticas penitenciarias y todo lo que esté relacionado con la vida que llevan como reclusos dentro de las cárceles. Por eso extendieron una invitación para que fuéramos, pero no fui por orden de Gustavo Petro: quiero volver a dejarlo claro, porque sé que eso ha generado cualquier cantidad de falsas interpretaciones”.
“Ellos querían que nosotros recibiéramos un documento (…) para que atendamos los requerimientos de derechos humanos y lo que ellos han aprendido durante su experiencia de todos los años que llevan en la cárcel, más un proceso de humanización en la cárcel”, afirmó.
Después de la entrevista de Semana a su hermano, ese mismo miércoles, Gustavo Petro dijo que él no había mandado a nadie a hablar con Iván Moreno —algo que no había aclarado en su charla con La W— y explicó que fueron los presos los que pidieron hablar con la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, que trabaja junto a Juan Fernando.
Petro también publicó la carta con la que los presos pidieron la reunión, dirigida al abogado Pedro Niño y firmada por Iván Moreno como “representante de derechos humanos” del ERE Sur, el pabellón de políticos condenados por corrupción y nexos con grupos armados.
Pero esa misma noche la polémica escaló cuando Noticias Caracol reveló presuntos detalles de la reunión de Juan Fernando Petro en La Picota.
“Mi hermano no hace parte de la campaña”: Gustavo Petro
Juan Fernando Petro visitó La Picota en compañía de Juan Danilo Rueda, coordinador nacional de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Además de Iván Moreno y Álvaro García, también se reunieron con Germán Chaparro (exalcalde de Villavicencio condenado a 39 años de prisión), y varios exgobernadores condenados Ronald Housini Jaller (San Andrés, 7 años de prisión), Manuel Antonio Carebilla (Amazonas, 14 años) y Whitman Herney Porras (Casanare, 18 años), entre otros políticos.
Al menos tres internos le contaron a Noticias Caracol que, durante el encuentro, sí se habló de rebaja de penas: “[Juan Fernando Petro] les estaba ofreciendo una reforma a la justicia de una rebaja del 20 por ciento, cerrar los jueces de ejecución de penas, básicamente eso”, dijo uno de ellos, y otro aseguró que sí hubo promesas de tramitar una reforma a cambio de votar por Gustavo Petro, de acuerdo con el noticiero.
Juan Fernando, por su parte, negó que se hubieran hecho esos ofrecimientos o que la visita a la cárcel estuviera relacionada con la campaña del Pacto Histórico. “En ningún momento, y esto lo dejo en tono imperativo, se habló, ni de parte de ellos ni de nosotros, de votos o de dineros o cosas que tuvieran que ver con la campaña, porque nuestra entrada no estaba vinculada con la campaña de Gustavo Petro”, dijo a Noticias Caracol.
Al día siguiente, el candidato presidencial tuvo que publicar un video para hacer control de daños: “En mi programa de gobierno no se contempla una reforma a la justicia basada en rebaja de penas para nadie. Hemos defendido al máximo la autonomía de la rama judicial y su empoderamiento. No está planteada ninguna amnistía o indulto, como ahora nos enrostran. Rechazo la torpe idea de vincular la búsqueda de la reconciliación social a una rebaja de penas para corruptos (…)”.
“¿A quién se le ocurre pensar que busco beneficiar a quienes yo mismo ayudé a encarcelar, si no es a los que sí tienen mucho que ocultar por sus relaciones reales con el paramilitarismo, la corrupción y el narcotráfico?”.
Petro también añadió que su hermano nada tiene que ver con su campaña presidencial, algo que tampoco había aclarado antes. “Mi hermano Juan Fernando Petro no hace de la campaña, no pertenece a ninguno de sus cargos directivos, no asiste a ninguna de las reuniones de campaña”.
La Comisión Intereclesial de Derechos Humanos, asimismo, emitió un comunicado en el que aseguró que nunca se habló de “rebajas de penas, amnistías, indultos o de beneficios judiciales por nuestra presencia, ni de dineros, ni de votos a favor de una campaña”, y reconoció que fue una imprudencia entrar a la cárcel con el hermano del candidato, “en una contienda electoral tan polarizada”, aunque se preguntó si todo se trataba de un plan para desprestigiar su labor: “¿Quiénes están detrás de este plan, tan seguros para habernos grabado y con capacidad para distorsionar la realidad?”.
Así las cosas, tanto los hermanos Petro como la ONG coinciden en que la visita no está relacionada con la campaña. Sin embargo, un día antes, Cielo Rusinque, abogada e integrante del Pacto Histórico, había dicho algo muy diferente: que la carta con la que Iván Moreno pidió la reunión sí había llegado a la campaña.
“Esa invitación es una invitación que se extiende a no sé cuántas personas, pero que llega, digamos, a la campaña, razón por la cual se atiende para escuchar qué es lo que tiene para decir o en qué medida quieren aportar en estos temas que necesariamente se han abordado en el Pacto Histórico”, dijo Rusinque, el miércoles pasado, a La W Radio.
La afirmación de la abogada ha sido aprovechada por varios contradictores de Gustavo Petro, como el senador Jorge Enrique Robledo, que tomó un extracto de la entrevista de ella con La W Radio para criticar a los miembros del Pacto Histórico que han dicho que todo se trata de una trampa: “Eran los días en que embellecían el ‘perdón social’, antes de inventarse la conspiración”, dijo Robledo en Twitter.
El salvavidas para Petro
El jueves en la noche, Noticias UNO reveló que, antes de que Juan Fernando visitara La Picota, entre los presos empezó a circular una supuesta propuesta de perdón total y olvido atribuida a Gustavo Petro. El texto, sin embargo, no tiene firmas ni los logos del Pacto Histórico, pero incluía el concepto de “perdón social”.
El candidato negó que fuera el autor de la propuesta y le dijo a Noticias UNO que todo se trataría de una trampa, pues su hermano fue fotografiado y grabado cuando visitó La Picota, como si hubieran estado esperándolo.
Y es que, mientras la polémica por la reunión con Iván Moreno crecía, también se conoció un audio del narcotraficante Marquitos Figueroa en el que invitaba a votar por Petro, haciendo referencia a “una verdadera reforma a la justicia que incluya una resocialización de los presos”.
Según Noticias UNO, Figueroa y el exgobernador de La Guajira Juan Francisco Kiko Gómez Cerchar, condenado por homicidio, han sido algunos de los que han difundido la propuesta que se le atribuyó a Gustavo Petro.
Además, un recluso vocero de uniformados presos le dijo a Noticias UNO que Pedro Niño, abogado de Kiko Gómez, fue quien le habló de los supuestos beneficios judiciales, le entregó la propuesta y le pidió difundirla a los 250 miembros de la fuerza pública que están la cárcel. Ese Pedro Niño es el mismo al que Iván Moreno le dirigió la ya mencionada invitación.
Niño negó haber dado esa instrucción.
Los informes de Noticias UNO le han dado gasolina al Pacto Histórico y al propio Petro para seguir sosteniendo la teoría de que sí hay una trampa en su contra. Y el candidato, de hecho, enfatizó en ese tema este Viernes Santo, en la entrevista que le dio a Daniel Coronell y la revista Cambio.
“Me había enterado de que iba a salir una noticia diciendo que nos iban a financiar o que nos estaban financiando, y era también dentro de la cárcel, presos del narco. Yo preví, lancé un trino. Esa noticia no salió, o sea, el trino la paralizó, pero se vistió de otra forma”, dijo.
En todo caso, queda la pregunta de si se cometió el error de hablar de “perdón social”, y defender el concepto en términos filosóficos, antes de que se conocieran los otros detalles que evidenciarían la supuesta trampa.
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