¡Por Antioquia! La estrategia de Gustavo Petro para derrotar al uribismo en ese departamento

Por medio de correrías en plazas públicas y de alianzas con importantes políticos paisas, Gustavo Petro busca derrotar al uribismo en el que ha sido su gran fortín. Un propósito difícil de lograr y que podría causar algunas fisuras en el Pacto Histórico.

En las fauces del uribismo

Jericó es un tradicional municipio del suroeste antioqueño que en los últimos años ha tenido relevancia nacional porque allí se encuentra ubicado el proyecto minero de Quebradona, una mina de cobre que sería la más grande del país y con la que la mayoría de jericoanos y de habitantes de la región no están de acuerdo.

A ese pueblito entrabado en la cordillera Occidental llegó, el pasado sábado 27 de noviembre, Gustavo Petro para encabezar una manifestación en plaza pública. Hacia las ocho de la mañana fue recibido por la comitiva de militantes de Colombia Humana de la región, mientras en la plaza se presentaban músicos y artistas.

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Antes de subir a tarima, el senador de Colombia Humana tuvo una reunión con cerca de 60 líderes sociales y empresarios del suroeste en donde se refirió a su oposición al proyecto de Quebradora. Ante las inquietudes sobre si él instauraría el comunismo en el país, Petro respondió que todo lo contrario, que él impulsaría un capitalismo alejado de la explotación minera donde la industria y el agro fueran los protagonistas.

A medida que corría la mañana, la plaza comenzaba a llenarse con comitivas procedentes de Caramanta, La Pintada, El Paraíso, Santa Bárbara, Fredonia, Salgar, Támesis, Jardín, incluso de Medellín. También llegaron al pueblo las guardias indígenas de los resguardos de la región. El hecho causó el rechazo de unos jericoanos opositores a Gustavo Petro. Ellos afirmaron que la llegada de extraños al pueblo era una estrategia del Pacto Histórico para llenar de manera artificial la plaza. Los organizadores del mitin dijeron que el evento estuvo siempre pensado para convocar a los habitantes del suroeste.

Un mitin estratégico

De acuerdo con el cronograma, a las diez de la mañana se tenía previsto que Petro diera su discurso en plaza pública. Sin embargo, en la mañana se llevaban a cabo las primeras comuniones y los organizadores tuvieron que parar todas las actividades y aplazar el discurso del senador para no perturbar las celebraciones religiosas. “Gustavo Petro es un hombre absolutamente respetuoso de la religiosidad de los jericoanos. Por eso, él junto con nosotros los organizadores decidimos aguardar unas horas”, le dijo a Diario Criterio un joven integrante de la Colombia Humana en Jericó.

Era la una de la tarde, tras bambalinas y minutos antes de subirse a la tarima, unas jóvenes le pusieron a Petro una ruana de lana virgen con un bordado de la catedral de Jericó, que acompañó con el tradicional poncho y el sobrero aguadeño. En su discurso, habló de todo, pero en especial de su propuesta de que Colombia debe dejar de ser un país minero y petrolero.

Petro sorprendió a muchos con sus guiños al conservatismo. “Un conservatismo bien pensado a veces tienes razón, tiene razón por la cual existir. ¿Conservar qué? ¿Qué es lo que tenemos que conservar en Colombia? Tendría que decir que hay que conservar muchas cosas porque esta historia de Colombia tiene raíces, tiene cultura, tiene tradición. Eso es lo que nos enseña Jericó”, dijo Petro.

Gustavo Petro en la Catedral de Jericó Antioquia
Fuente: Cuenta de Twitter de Gustavo Petro

Entretanto, en una de las esquinas de la plaza un grupo de antipetristas coreaba “¡Fuera Petro!”. Escoltado por la policía, Petro se dirigió a la catedral. Una fotografía lo muestra en actitud penitente y reflexiva, sentado en una banca.

Antioquia, el objetivo

La visita a Jericó no fue casual. Este municipio está atravesado por la disputa entre parte de sus habitantes y la multinacional AngloGold por la puesta en marcha de la mina Quebradona, tema que le cae como anillo al dedo a Petro no solo por su plan de que Colombia deje de ser productor de petróleo y minerales, sino porque esta población, como la gran mayoría de Antioquia, es profundamente uribista. En otras palabras, la lucha ambiental llevada por los habitantes del suroeste antioqueño puede ser la puerta de entrada para resquebrajar el histórico dominio uribista en el departamento.

Petro sabe que ni en Jericó ni en Antioquia cuenta con grandes simpatías. En las elecciones de 2018 tuvo una derrota apabullante en ese departamento. En la primera vuelta quedó de tercero con tan solo el 9,5 por ciento, muy por debajo del ganador Iván Duque (53,10 por ciento) y de Sergio Fajardo (28,40 por ciento). En esa ocasión, Petro ganó en los municipios de Apartadó, Murindó y Turbo. En la segunda vuelta, Petro alcanzó el 21,97 por ciento, mientras que Duque ganó con 72,53 por ciento. De los 125 municipios de Antioquia, el senador de Colombia Humana triunfó en cinco: Apartadó Chigorodó, Murindó, Segovia y Vigía del Fuerte.

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En la región del suroeste antioqueño, Petro perdió en todos sus municipios. En Jericó, en la primera vuelta, solo el 3,2 por ciento de sus habitantes votaron por él, frente al 69,5 por ciento de Duque. Porcentaje que aumentó en la segunda vuelta, al alcanzar el 10,3 por ciento pero ocho veces menor que el obtenido por Duque.

Gustavo Petro es consciente de esa situación adversa. Por eso, en su discurso en Jericó, no solo apeló a la tradición conservadora de los jericoanos, sino que dejó en claro que no perseguirá a ninguna persona por su filiación uribista. “No se cuál será el resultado electoral en Jericó -dijo Petro-, bastante distancia nos tomaron en el año 2018. En el 22, seamos mayoría o no, lo que sí hay que garantizar es que, si Gustavo Petro es presidente de la República de Colombia, jamás una sola persona, un solo integrante, un solo dirigente, sea de las alcurnias, sea de las bases, será perseguido simplemente porque es o fue uribista”.

“La política es dinámica”

La visita a Jericó se sumó a la que Petro hizo en la primera semana de noviembre a Medellín y que causó gran indignación entre los uribistas purasangre. Así, a punta de correrías, el congresista quiere ganar electores en un terreno históricamente adverso a él. Sin embargo, también es consciente de que el triunfo no lo logrará con discursos en la plaza pública. Allí entra a jugar el segundo pilar de la estrategia electoral para Antioquia: las alianzas políticas, que también han generado bastante polémica.

Y en esas movidas que lleva a cabo Petro para hacerse a votos en Antioquia incluye el acercamiento a políticos liberales con los que antes no tenía buenas relaciones. Piedad Córdoba fue la primera en dejar sus prevenciones y sumarse a las toldas del Pacto Histórico. Ella, en una entrevista concedía a Semana en 2019, había dicho: “Yo personalmente no voté por él, no votaría por él, no votaré por él y puedo decir con seguridad que jamás será presidente de Colombia (…) Uno no puede elegir un mal ser humano”.

No obstante, como la política es dinámica, a finales de septiembre de este año, Córdoba anunció que, después de meses de conversaciones con el Pacto Histórico, habían acordado unos puntos programáticos en común para permitir la adhesión de su movimiento, Poder Ciudadano.

Quizás la alianza que más polémica ha causado es la que se baraja con el exgobernador de Antioquia Luís Pérez, no solo porque ha sido una persona cercana a Álvaro Uribe sino porque muchos de los seguidores de Petro lo responsabilizan de la Operación Orión llevada a cabo en la Comuna 13.

La relación entre Petro y Pérez tampoco era la mejor. En 2017, el senador de Colombia Humana se quejaba, literalmente, del portazo que la habría dado el exgobernador de Antioquia. El incidente ocurrió cuando Petro prendía motores para su campaña a la Presidencia de 2018. Petro acusó a Pérez de utilizar sus contactos para que no lo dejaran entrar en el Tecnológico de Antioquia, en donde iba a dictar una conferencia. El entonces gobernador negó los señalamientos.   

Entre almuerzos y reuniones

Ahora las cosas son diferentes. A finales de septiembre, el senador del Polo Democrático Alexánder López y el exrepresentante a la Cámara Heriberto Escobar almorzaron con Pérez en Bogotá para que se reuniera con Petro y así explorar su posible llegada al Pacto Histórico. De ahí en adelante, Pérez ha tenido una serie de encuentros con líderes del Pacto Histórico, entre ellos, Luis Fernando Velasco, el liberal rebelde que se unió a Petro, e Isabel Cristina Zuleta, lideresa social antioqueña que hará parte de las listas al Congreso por el Pacto Histórico.

Llegada de Pérez al Pacto Histórico, un tema que le ha costado a Gustavo Petro
Alexánder López, Luis Pérez y Heriberto Escobar.

Por otra parte, hace un par de semanas, el 24 de noviembre, Pérez se reunió con el expresidente César Gaviria. Allí, el exgobernador de Antioquia le propuso al director del Partido Liberal que la colectividad participara en una consulta con el Pacto Histórico para escoger candidato presidencial. Gaviria rechazó la oferta.

Por ahora, la llegada de Pérez al Pacto Histórico tiene más contradictores que adeptos por su supuesta cercanía al uribismo, que el propio exgobernador ha tratado de desmentir, y por su actuación en la Operación Orión, que el mismo Petro ha tratado de atenuar. Fuentes le contaron a Diario Criterio que Piedad Córdoba y líderes antioqueños perteneciente a la coalición de izquierda están buscando cómo solucionar estas resistencias. Para esto se llevará una reunión en los próximos días.

La tercera alianza con la que contaría Petro sería la del alcalde Daniel Quintero y su movimiento. En los corrillos políticos de Medellín se dice que el secretario de Gobierno, Esteban Restrepo, ha tenido encuentros con emisarios cercanos al senador de Colombia Humana. También se rumora que en los últimos días se estaría acordando incluir en la lista de Senado y Cámara a personajes que hacen parte de la cuerda de Quintero.   

Todavía es temprano para evaluar la estrategia electoral de Gustavo Petro en Antioquia. Aun no se sabe si los acercamientos a personas como Pérez lo benefician o perjudican. Sin embargo, estas alianzas dan cuenta de que Petro se la jugará el todo por el todo en Antioquia para derrotar el uribismo.

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