Gustavo Verbel y poder contar el cuento

Más de 30 puntos le cosieron a lo largo del cuello para cerrar las heridas que le produjeron dos puñaladas y para poder salvarse, tuvo la suerte de que, luego de ser asaltado, pasó una ambulancia minutos después del incidente que casi le cobra la vida.

El conductor del vehículo le comentó que acababa de dejar a un paciente con covid-19, que si no le importaba tomar el riesgo de exponerse a un posible contagio y Gustavo Verbel, uno de los más legendarios nombres de la producción radial en Colombia, sabía que esa opción más que un riesgo, aparecía en medio de la oscuridad cómplice como un salvavidas en medio del panorama más desfavorable que pudo enfrentar la noche del 6 de diciembre de 2021, día en el que fue víctima de la inseguridad en Bogotá.

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La historia, tristemente, es apenas la repetición de la repetidera porque dos días antes del cobarde ataque que sufrió Gustavo Verbel, hubo un homicidio en uno de los puentes peatonales que está sobre la calle 26 y que conecta esta vía de la capital con el barrio Modelia. Al parecer –y eso están tratando de determinar las autoridades– un hombre murió al tratar de defenderse de un atraco.

Y los casos continúan: Diego Alejandro Cardozo no contó con la fortuna que Verbel sí; se trasladaba en bicicleta al lado de su hermano por el corredor de la calle 26 con avenida Boyacá y fue interceptado por ladrones que le quitaron su medio de transporte y, además, le asestaron tres puñaladas en el pecho que terminaron matándolo.

Es que ese punto de Bogotá termina siendo un manto de ayuda para los hampones, que se ven altamente favorecidos para cometer sus crímenes por cuenta de la poca iluminación, la escasez de cámaras de seguridad –que, en cambio, sí abundan en los semáforos hasta del más inocente cruce– y la falta de policía para cubrir la demanda. Porque esto de la 26 ya es un cuento viejo y manido que es imposible que las autoridades desconozcan.

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Por 2019, antes de entrar a los zaguanes impredecibles de la pandemia, hubo tres asesinatos a ciclistas en menos de 15 días, uno de ellos, en la calle 26 con avenida 68. Esa vez fue Elkin Farid Alemán Cruz, quien tuvo la maldita suerte de encontrar en su camino a un sujeto llamado Juan José Revollo Berrío que, por robarlo, lo mató. Revollo ya tenía sangre en sus manos porque él, junto con otros salvajes de su misma estirpe, habían asesinado a José Antonio Silva en circunstancias similares, aunque en otro lugar de la ciudad.

Ni hablar de los cientos de casos que se ubican en la penumbra por no haber muertos en el listado, pero la violencia con la que se llevan a cabo estos asaltos no son cualquier cosa. Van directamente a matar y después miran a ver si atracan.

Y acá otro asunto: si bien Revollo terminó siendo judicializado y condenado, la mayoría de perpetradores quedan impunes. El mismo Revollo había sido condenado a ¡21 meses por el caso Silva! 

Los trámites engorrosos y la legislación laxa hacen parte del coctel que aprovechan los malandros para seguir asesinando gente con toda la tranquilidad, así como la despreocupación rampante de la administración distrital que, sabiendo en qué sitio ocurren las cosas, mira y no ve.

Gustavo Verbel, para fortuna de él, su familia y amigos, puede hoy contar su historia. No siempre es así.

3 Comentarios

  1. La inseguridad en Bogotá está a su máximo nivel y en todas partes sur norte Oriente Occidente
    Por favor alcaldía
    y /o Policía necesitamos ayuda YA

  2. OLGA LUCIA JIMENEZ CHAVES

    “…aparecía en medio de la oscuridad cómplice como un salvavidas en medio del panorama más desfavorable…” / En medio – en medio
    “Al parecer –y eso están tratando de determinar las autoridades– un hombre murió al tratar de defenderse de un atraco”. / Tratando – tratar

    Una sugerencia respetuosa: leer y releer antes de publicar.

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