Hay vida después de Djokovic
Cuando comenzó el Abierto de Australia en el mundo del tenis sólo se hablaba del culebrón que se había armado alrededor de la participación de Novak Djokovic en el torneo.
Lo que iba a ocurrir en las canchas del Melbourne Park parecía irrelevante. Para no entrar en detalles acerca de que si las creencias de un tenista están por encima de las normas sanitarias del país anfitrión o si es al revés, lo cierto es que a partir de la segunda ronda se hizo patente lo que ya se sabía y que el tenista español Rafael Nadal había señalado poco antes de arrancar el torneo: “El Abierto de Australia es mucho más grande que cualquier tenista”.
En esa instancia el ruso Daniil Medvedev (campeón del Abierto de Estados Unidos de 2021 al doblegar sin atenuantes a Djokovic) venció en un gran partido al australiano Nick Kyrgios a pesar de tener en contra a un público muy maleducado. A partir de allí comenzaron a verse grandes partidos, como el que jugaron en tercera ronda la joven revelación Carlos Alcaraz, de España, y el italiano Matteo Berretini.
Y en medio de todos ellos, Australia ha sido testigo del resurgimiento de Rafael Nadal, que viene de menos a más a pesar de una lesión y la falta de tenis que esta le ha provocado.
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No más la ronda de cuatros de final en la rama masculina ofreció tres partidos que perfectamente habrían podido ser la final soñada de cualquier gran torneo. Los partidos que jugaron Rafael y el canadiense Denis Shapovalov; el francés Gael Monfils y Matteo Berretini, y Daniil Medvedev y Félix Auger-Aliassime, de Canadá, fueron apoteósicos. Nadal, quien se repone de una lesión en un pie, sacó fuerzas para vencer en cinco sets a un sorprendente Shapovalov, quien remontó una desventaja de dos y obligó a Nadal a esforzarse al máximo en el set definitivo.
Monfils y Berretini también se fueron a cinco sets, luego de que el italiano ganara los dos primeros sets y el francés igualara a dos.
En otro gran partido, el único que pudo ganar tras remontar una desventaja de dos sets fue Medvedev, quien superó a Félix Auger-Aliassime 6-7, 3-6, 7-6, 7-5 y 6-4, en cuatro horas y 42 minutos de partido. Sólo el griego Stefano Tsitsipas ganó con relativa comodidad en esta instancia, al vencer en tres sets al italiano Jannik Sinner.
En la rama femenina, lo mismo. Grandes partidos, sorpresas de todo tipo, como la rápida eliminación de la española Garbiñe Mugurusa, tercera preclasificada, a manos de la sorprendente Alizé Cornet, de Francia, así como la caída muy temprano de la británica Emma Raducanu, campeona del Abierto de Estados Unidos del año pasado, ante Danka Kovinic, de Montenegro. Igual suerte corrió la japonesa Naomi Osaka, ganadora de cuatro torneos de Grand Slam y doble campeona en Australia, quien no logró superar la tercera ronda.
También hubo momentos emotivos, como la despedida como jugadora de sencillos de la australiana Samantha Stosur, de 37 años de edad, ganadora del Abierto de Estados Unidos en 2011, quien cayó en segunda ronda ante la rusa Anastasia Pavlyuchenkova.
A la fase decisiva llegaron la australiana Ashleigh Barty, primera preclasificada; Madison Keys, de Estados Unidos, que en este torneo ha resurgido de las cenizas; Danielle Collins, también de Estados Unidos, y la polaca Iga Swiatek.
Aún faltan por jugarse las semifinales y finales del torneo y ya puede decirse que en el Abierto de Australia se han visto partidos de altísimo nivel.
Nuevos nombres surgen (Alcaraz, Auger-Aliassime) y los que vienen detrás de Djokovic, Nadal y Federer aún están muy lejos de alcanzar sus logros pero ya brillan con luz propia: Nedvedev, Tsitsipas, Zverev, Berrettini… Y una vez más se corrobora que el Abierto de Australia está por encima del bien y del mal. Por encima de Novak Djokovic. Como también de Federer, Serena Williams, Sampras, Stephan Edberg, Steffi Graff, JohnMcEnroe, Chris Evert-Lloyd Rod, Margaret Court, Rod Laver y Fred Perry.
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Foto del artículo: AFP
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Buén artículo
Cierto no somos indispensables para nada u nadie