A los hinchas que se los lleve el diablo
La historia, la leyenda, los hitos, que en últimas es lo que nos interesa a los hinchas, les importa poco a los dirigentes.
Fueron dos días de reunión de Dimayor. No una tarde, no una jornada con un almuerzo pantagruélico, no, dos días de reunión de los 35 dirigentes de clubes del fútbol profesional colombiano, y al final no se decidió nada. O bueno, sí, que el 10 de diciembre se vuelven a reunir para ver si ahí sí toman decisiones sobre cómo se va a jugar el próximo año.
Y ojo, no es una decisión menor: el próximo año Colombia será sede de la Copa América Femenina, algo que tanto ha querido el Gobierno desde el primer día (no la Copa Femenina, cualquier torneo de fútbol de selecciones) y aparte entre noviembre y diciembre se jugará el Mundial de Catar 2022, con lo que el calendario del fútbol colombiano está apretadísimo.
Puede leer de Alejandro Pino Calad: Los imanes del fútbol
La intención del presidente de la Dimayor es jugar un campeonato anual que vaya de febrero a noviembre, anhelo de muchísimos hinchas cansados de un sistema semestral con exceso de partidos, de equipos y de títulos que en últimas solo ha bajado progresivamente el nivel de nuestra liga, pero tal vez lo único que se concluyó en estos dos días es que tiene que haber otra vez dos ligas, una que termine antes de la Copa América Femenina y otra cuyo futuro se discutirá el 10 de diciembre porque con el invento de Catar 2022 nadie sabe qué hacer. Pero aunque no sepan, lo que sí saben es que necesitan dos ligas y muchos partidos para cumplir con el contrato de televisión y facturar.
No sé si se han dado cuenta, pero en ninguna parte del mundo se juegan más partidos que en Colombia: este año tuvimos 25 fechas en el primer semestre (sin cuadrangulares) y en el segundo tendremos 28, para un total de 53 fechas de liga, sin contar Copa y sin hablar de la participación en torneos internacionales. Por si acaso, el año tiene 52 semanas…
Para poner un ejemplo, si un equipo colombiano disputa una final continental (cosa que extrañamos) habrá jugado al año entre 75 y 85 partidos. En Europa el campeón de Champions, teniendo la gran mayoría de países dos copas nacionales, no pasa de los 67 partidos por temporada.
¿Importan los jugadores y su desgaste? Obvio no, acá el discurso es que hay que darle espectáculo a la gente, pero esto termina siendo una excusa para la verdad: acá lo que importa es tener partidos por televisión para cobrar por derechos de televisión y ver si también se coronan algunas taquillas.
El hincha en Colombia hace rato dejó de ser importante como tal, es solo un cliente que, además, nunca tiene la razón. El cliente puede querer torneo anual, pero los señores que se reúnen dos días para que no pase nada dicen no, que cómo se nos va a ocurrir si con eso vamos a tener menos partidos y por tanto menos ingresos, que sin el drama perpetuo de que falten cinco para los ocho cada tres meses el hincha va a perder interés y por tanto ellos van a perder plata. ¿Se piensa en trabajar para subir el nivel del espectáculo y así garantizar que el hincha no se aburra? No, es más fácil y barato vender drama como nivel y meter 20 fechas en tres meses para definir ocho equipos de 20 que luego empiezan un nuevo campeonato, esta vez con el nuevo drama de buscar la estrella.
Puede leer también: Así serán los cuadrangulares semifinales del fútbol colombiano
Acá el hincha no importa, lo único que importa es la billetera del dirigente y eso se volvió a vivir en esa reunión de dos días en la que se esperaban noticias sobre el regreso del Cúcuta Deportivo. El domingo, mientras se jugaba la última fecha de la liga, casi 20.000 hinchas rojinegros estuvieron en el General Santander viendo a su equipo (conformado por jugadores de la región y semiprofesionales que esperan poder volver o estar en la liga) frente al Técnico de Ambato de Ecuador en un amistoso realizado para recaudar fondos y para recordarle a la Dimayor la importancia de esa plaza para el FPC. ¿Les importó a los dirigentes? No, para nada, así como no les importa todo lo que ha hecho esa afición y el grupo de notables de la ciudad que busca revivir a un equipo que perdió su reconocimiento deportivo y su lugar en la DImayor por la pésima administración de José Augusto Cadena.
A los dirigentes no les importa que el Cúcuta sea campeón del fútbol colombiano, que haya jugado una semifinal de Libertadores, que sea cuna de leyendas del FPC como Arnoldo Iguarán o Faustino Asprilla. Eso, la historia, la leyenda, los hitos, que en últimas es lo que nos interesa a los hinchas, les importa poco a los dirigentes; a ellos lo único que les preocupa es que uno de los suyos, Cadena, perdió plata cuando la ley lo castigó por manejar el equipo con las patas, y por eso la ficha 36 del fútbol colombiano no tiene equipo, pero sí tiene dueño: el propio José Augusto, que es bienvenido en las reuniones de la Dimayor cuando al Cúcuta y sus nuevos directivos les cierran la puerta.
“Somos una cofradía”, me dijo alguna vez Jorge Perdomo, hoy cabeza del Huila y expresidente de la Dimayor, y en esa cofradía solo valen los dueños. A los hinchas que se los lleve el diablo.
Tanto es así, que Quindío, que acaba de descender, está muy cerca de seguir la senda del Cúcuta y desaparecer para la Dimayor mientras a su dueño se le respetan sus derechos. Resulta que el señor Hernando Ángel dice ser el dueño del Quindío desde 2000, cuando ese equipo era oficialmente de la Alcaldía de Armenia, pero se lo había entregado en comodato a particulares. Mejor dicho, es imposible que Ángel sea el dueño legal del Quindío porque nunca se lo compró a Armenia, por lo que el juzgado tercero administrativo del circuito dispuso que la Universidad del Quindío haga un avalúo que determine cuánto le tiene que pagar este señor al municipio por haber sacado provecho de algo que no era suyo durante más de 20 años.
Le puede interesar: El lío del padrastro de James evidencia el poder intocable del fútbol colombiano
Ante esto hay dos posibilidades: Ángel le paga a la ciudad y cuento acabado, se hace legal que es el dueño de un Quindío que desde que él llegó se volvió una cantera de futbolistas que le han dejado millones a ‘Don Hernando’, pero muy poco a la institución y nada a Armenia. La segunda es que no pague, con lo que el Quindío vuelve a la Alcaldía que, por ley, no puede ser dueña de una entidad privada como un equipo de fútbol, así que lo tiene que volver a poner en venta.
Pero ojo, si esto último pasa, el Quindío va a desaparecer, porque el cupo en la Dimayor es de Ángel, no del Quindío, con lo que el equipo cuyabro sería una cáscara vacía, como el Cúcuta actualmente.
¿Y los hinchas, y la historia, y la gloria, y los recuerdos? Bien gracias, esas sirven para vender boletas y suscripciones al canal oficial del FPC, pero en verdad a los dirigentes les importa un carajo.
10 Comentarios
Deja un comentario
Dios santo.. Todo lo que dice es la triste verdad. La. #dimayor es una cofradia de mercenarios que les vale huevo la afición. Son un monopolio egoista de malos dirigentes.. Los cucuteños estamos padeciendo ese carma.. Quien podra acabar con Esa dimayor y que la Federación sea la que maneje el fútbol como se hace en cualquier país decente
Es que esto del mal manejo del fútbol colombiano a todo nivel .selección. Profesional AyB la C las ligas es de vieja data .son unos mercaderes .mercenarios que solo piensan en el dinero y mas aún en el de los dueños .que. Son los que sostienen este esperpento con la anuencia de la federación y confederación .lo de nuestro Cucuta Deportivo está la muestra no se ve solución a la vista pues les da lo mismo 35 o 36 lo que interesa es que salga un mercenario más y compré los derechos o ficha a ese tipejo de Cadena .
Le niegan acceso al único campeón del oriente colombiano, para rabia de muchos nuestra hinchada tiene más aguante que la mitad de equipitos del mediocre fútbol colombiano. Mala dirigencia traducida en mala calidad, por eso ya nadie habla del fútbol colombiano y en las internacionales solo damos lastima, dedicados a lavar plata, sembrar coca y hacer la guerra en este hpt país.
Lo que tiene es quien de la pelea por Quindío, esa ficha es del municipio por ende desde que se creó esa ficha fue con un comité de la ciudad de la gente de Armenia la ficha siempre ha sido de los Armenios, y como acá bien dice no puede cambiar el propietario de algo que nunca fue suyo como ficha del Quindío, nunca vamos a parar LA FICHA ES DE LOS CUYABROS. 👊🏽