La historia de Piendibene y el falso 9

Francesc Fábregas en algún momento emergió como tal, aunque Lionel Messi sí que supo ubicarse en ese sitio con comodidad. En el Manchester City de estos años la rotación de lugares es importante porque no dependen de un típico punta de los de antaño, de un armario gigantesco tipo Peter Crouch, que remata y define. Si quiere ser un poco más fino en la descripción, tampoco un Gary Lineker –uno de los más grandes delanteros de área en el fútbol inglés– o un Alan Shearer –que para entender la Premier hay que justamente nombrarlo a él, máximo goleador de la competición gracias a su repentismo en las 18 y a sus penales de cabeza, cada vez que le llovió algún centro en Blackburn Rovers y Newcastle–.

No, el City de Pep Guardiola cuenta con otro estilo y en este caso quien se encarga de esa misión es el juvenil y talentoso Phil Foden, pero no es solamente él: el belga De Bruyne y Bernardo Silva también han correspondido a la confianza a punta de goles y de aprovechamiento del espacio. 

Más de Nicolás Samper: El 1 y el 9

Por supuesto, la referencia es hacia el falso 9. Algo que hemos visto como nuevo en los últimos años. Y que además resulta ser una tendencia táctica que, por ejemplo, el Liverpool, entre candilejas, lleva al desparpajo por cuenta de Roberto Firmino y en tiempos más recientes, de Sadio Mané e incluso de Luis Díaz en esta corta y enriquecedora experiencia en la liga de Inglaterra (recordar la posición en la que aparece el exPorto y Junior cuando anotó su primer tanto ante el Norwich: a la entrada del área, por el centro y con el espacio de recibir para desequilibrar, lanzarse un poco al costado y definir como 9, sin que efectivamente lo sea, eso sí, ayudado por un magnífico pasador como Jordan Henderson).

Esa alternancia enloquece a los adversarios porque siempre habrá un espacio libre para que aparezcan definidores, sin que por esto se diga que el falso 9 es un tipo lleno de aridez en sus botas. Todo lo contrario. Guardiola bien lo dijo: “Un falso 9 sin gol no es un verdadero falso 9”.

Luis Díaz debuta en el Liverpool
Luis Díaz en el Liverpool

Pero los orígenes de esta posición –llena de adeptos y contradictores mucho más ceñidos a la posibilidad de saber que un Van Nistelrooy da más que un jugador flotante– aparecen muy bien explicados en un libro maravilloso, escrito por uno de los próceres del estudio táctico en España: Martín Perarnau, periodista que publicó en 2021 (gracias a un generoso regalo de Christian Solano) y que llegó a mis manos hoy. Se llama La evolución táctica del fútbol, editado por Córner (una editorial que vale mucho la pena por sus títulos sobre fútbol).

El libro en 748 páginas –suena portentoso, pero realmente se lee a gran velocidad– cuenta y explora un resquicio del que a veces poco sabemos o que no hemos dedicado el tiempo suficiente como para comprender la evolución del arte de la pelota a través del pizarrón. Entonces Perarnau se zambulle en un tiempo determinado: recorre la táctica futbolística desde 1863 hasta 1945.

Puede leer también: El funcionario gordo

Y en medio de sus páginas se encuentra la historia de José Piendibene, centre-forward de Peñarol, quien hizo una carrera excepcional en su club y la selección uruguaya de aquellos tiempos, donde edificó los primeros títulos de Copa América para su país y dejó los primeros adoquines de la exitosa generación ganadora de las medallas de Oro en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, que concluyó con la coronación como reyes del mundo en el primer Mundial, de 1930.

Piendibene fue el primer falso 9 de la historia y así, al lado de su Sancho Panza elegido, que era centre-half y se llamaba John Harley, se convirtieron en los Bud Spencer y Terence Hill del fútbol charrúa. ¿El truco? Compaginar pases filtrados profundos, sacar a los defensas rivales de su posición y escudriñar los lugares que, a partir de la distracción, eran oro a la hora de pasar factura frente al arco rival.

José Piendibene

1 Comentarios

Deja un comentario

Diario Criterio