“Estoy seguro de que superaremos las dificultades en la coalición”: Humberto de la Calle

El candidato al Senado Humberto de la Calle ve con optimismo el futuro de la Coalición Centro Esperanza. Habla de las razones por las que le guarda lealtad a Cesar Gaviria.

Diario Criterio: No podemos empezar esta entrevista sin hacerle la pregunta que todo el mundo se está haciendo. ¿Hay peligro de división de Coalición Centro Esperanza

Humberto de la Calle: Hay que hacer mucha pedagogía, incluso frente a nuestros seguidores. La coalición es un grupo de seis partidos o fuerzas políticas. Eso es inédito en Colombia. Nosotros nos basamos en un núcleo compartido o plataforma ideológica que trabajamos varios meses. De allí salieron unos principios éticos, una proclama, llamémosla así, y ahí estamos todos de acuerdo. Pero siempre ha sido evidente y claro que podría haber discrepancias como de hecho las hay.

Lo que queremos transmitir a Colombia en este momento de ferocidad es que somos capaces de tramitar nuestras diferencias. Lo que pasa es tan inédito que a veces sorprende. Por ejemplo, cuando surge esta controversia interna, algunos, repito, no están suficientemente entrenados para entender que no es fuego amigo sino una libertad.

La situación subsiste, estamos en este momento en una discusión interna alrededor del tema de las adhesiones. Hemos progresado. Estamos trabajando en establecer parámetros de qué tipo de adhesiones son aceptables. Yo creo que esto se supera, pero tampoco vengo aquí a fingir que no hay dificultades. Confío en que las superemos, pero, de alguna manera, esto es normal y estaba previsto. Tal vez la forma como apareció fue un tanto brusca y sorpresiva.

Diario Criterio: ¿Pero son reconciliables las diferencias entre Ingrid Betancourt y Alejandro Gaviria?

H. de la C.: Yo creo que son superables. Voy a irme un poco atrás. Cuando ingresó Alejandro Gaviria a la coalición, hubo una discusión semejante. ¿Por qué? ¿Dónde está el meollo de la cuestión? ¿Cuál es la discusión? Algunos piensan que el cambio tiene que ser mucho más drástico, sin partidos, haciendo una organización política totalmente nueva que no tenga ramificaciones que recojan parte de la política. Uno de ellos es Robledo, por decir algo.

Diario Criterio: Robledo se opuso a que Gaviria estuviera en la alianza…

H. de la C.: Exacto. Lo que quiero señalar es que como ya pasamos por ahí entonces esto es superable.

Aspiración al Senado

Diario Criterio: Usted hace cuatro años se lanzó a la presidencia y en esta ocasión lo hace como cabeza de lista al Senado. ¿Por qué no tomó la decisión de volver a intentar la presidencia? ¿No considera que este cambio de aspiración es un retroceso en su carrera política?

H. de la C.: Me parece una buena reflexión y necesaria. Intenté la presidencia en 2018 con una derrota monumental. Siempre digo que yo tengo el campeonato de las derrotas en los 200 años de vida republicana. Hace casi dos años que empezamos a trabajar en la coalición. Yo, realmente, nunca lancé una candidatura porque lo hice fue valorar que había otras personas que podían hacerlo.

También comprendo una cosa paradójica. Tengo unos altísimos niveles de aceptación en términos de imagen favorable, muchas veces salgo de primero. Pero al mismo tiempo, hay un núcleo muy negativo que me cobra el proceso de paz. Entonces, esas reflexiones me llevaron a pensar que probablemente este no era el momento.

Nunca pasó por mi mente lo del Senado. Esto aparece después. Cuando la coalición me ofreció la candidatura tuve dudas, pero la reflexión fue la siguiente: aquí no basta tener presidente. Si uno no es capaz de articular la presidencia con una bancada fuerte, organizada y sin mermelada, que yo creo posible, pues ese proyecto va a quedar en ciernes. Pero también al revés. Si nosotros no ganamos, habrá que hacer un proceso de control político, de oposición serio y razonable. 

Humberto de la Calle

Diario Criterio: Usted dice que tuvo una derrota monumental, pero lo cierto es que tuvo 400.000 votos y esos podrían ser una base para llegar al Senado. Ante a la ausencia de Antanas Mockus que fue el senador más importante del Partido Verde, usted se convertiría en la esperanza de alcanzar un buen número de curules. ¿Si ha pensado en que se puede volver en el senador más votado?

H. de la C.: Lo he pensado y claro que es la proyección que uno tiene. Yo confío en que lleguemos con una suficiente autoridad para articular una bancada seria, ligada a proyectos y posiciones políticas. Ahora, depende de los ciudadanos. Yo estoy aquí a disposición de ellos. Creo que nos va a ir bien. Siento apoyo sin maquinaria.

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Diario Criterio: En sus cuentas, ¿cuántas curules esperan alcanzar?

H. de la C.: Esa pregunta sí es difícil. No me atrevo a hacer cuentas. Veo que hay una cosa vigorosa. La lista tiene una característica: es multifacética. Hacer esa lista fue muy complicado. Poner a jugar en la misma cancha seis partidos no es fácil. Pero me parece que es una muestra de Colombia. Es como esos geólogos que sacan un pedazo de tierra para ver cómo está compuesta la naturaleza. Eso es la lista.

Diario Criterio: Usted dijo el pasado fin de semana que se podía retirar. ¿Esa opción subsiste? 

H. de la C.: Esa opción no existe. Ese suceso no era algo de un tipo que se puso bravo. Mi reflexión es la siguiente: la coalición no tiene sentido en la medida si no hay un proyecto colectivo. Ni a mí me interesa ser un llanero solitario en el Senado, ni a Colombia le importa eso. Este ciudadano que está aquí ante ustedes sea senador o no, tiene cierta importancia pero me parece relativamente secundario. Mi llamado era a estos precandidatos a que se pongan de acuerdo, porque las disputas afectan la lista y la política.

Yo creo que la responsabilidad de ellos es ponerse de acuerdo porque este es el espacio que tenemos, el espacio del centro es el que la mayoría de los colombianos favorece. Todos dicen “yo soy centro”. El 60 % dice “soy centro”, luego me parece que sería una irresponsabilidad no mantener ese camino vivo.

Diario Criterio: ¿Le preocupa que algunos de sus compañeros de la lista tengan mucha afinidad con el Pacto Histórico? 

H. de la C.: Ese es otro fenómeno inédito. No lo voy a ocultar. Ha habido unas discusiones internas al respecto. Para evitar romper la lista, acordamos con el Partido Verde separar la disputa presidencial de la configuración de las listas al Congreso. Así, en lo presidencial hay algunos que prefieren a Petro. Es raro, pero somos capaces de manejarlo. Ahora mi predicción es que, el 20 de julio, el verde va a tener que hacer nuevamente una discusión interna sobre el camino que seguirá. En este momento, tenemos una coexistencia pacífica en medio de libertad y comprensión de quienes prefieren al señor Petro.

Diario Criterio: Por su experiencia y por el prestigio que usted tiene entre sectores progresistas y liberales, y por lo que hablábamos de que usted puede ser uno de senadores más votados, ¿eso no lo convertiría en el líder natural de la Coalición?

H. de la C.: Yo realmente quiero que el líder de esta coalición sea el ganador de la consulta presidencial el 13 de marzo. El compromiso es apoyar a quién gane, pero de alguna manera no puedo ocultar que algo de razón tiene usted en que uno tiene cierta experiencia. A veces uno actúa de referente.

Ya elegido, me parece que sí hay un papel que jugar y usted lo ha definido muy bien. Es el papel de mantener y orientar a un país en lo que sería la filosofía liberal, no liberal de partido sino de la democracia genuina. Me parece que tenemos que rescatar el respeto a las libertades. Por ejemplo, en materia de aborto. Yo creo que las mujeres tienen derecho a que el Código Penal no se meta con su cuerpo. En materia de parejas del mismo sexo, ¿a quién ofende eso?, ¿por qué tanta resistencia?, ¿a mí qué me importa si dos personas se aman al lado de mi habitación y de mi puerta? Eso también se traslada también al tema de droga, consumo, cultivos ilícitos…

Diario Criterio: ¿Por qué cree que este país se ha vuelto tan conservador en los últimos 15 o 20 años?

H. de la C.: Yo creo que ha habido lucha siempre. El XIX fue un siglo de confrontación entre las ideas liberales y la concepción conservadora de orden. Eso está en el ADN de Colombia, pero sí creo que nos hemos conservatizado. Voy a decir una irreverencia, por fortuna se los dije en la cara, yo creo que la guerrilla, y las FARC en particular, tienen la responsabilidad de convertirnos en un país temeroso. Durante la confrontación guerrillera, todo lo que pareciera distinto, todo lo que pareciera reclamo, se creía que era violencia. Entonces el movimiento estudiantil se acabó, el movimiento sindical prácticamente quedó liquidado, porque la sociedad se fue moviendo hacia esas posiciones de orden por miedo a la violencia. 

Yo creo que uno de los fenómenos nuevos es que el acuerdo de paz ha abierto más la política. Incluso muchas de las movilizaciones callejeras, dejando al lado el vandalismo, es una forma de respirar distinta. Estamos abriendo más espacios para posiciones alternativas. 

Humberto de la Calle y la paz

Diario Criterio: Una vez usted empiece en el Congreso, ¿qué proyectos van a hacer ustedes para mejorar la aplicación del acuerdo de paz?

H. de la C.: Me parece que el aparato de la normatividad, la legalidad que rodea al proceso está vigente. En principio no veo necesidad de entrar a hacer modificaciones legislativas o constitucionales. Yo creo que el papel que tenemos que hacer es de control político, reclamar al Gobierno para que cumpla lo que hay. 

Pero sobre todo tenemos que ser la voz y la representación de los territorios martirizados donde la ausencia del Estado es tradicional. O sea, lo que hay que hacer es apretar la clavija y estar insistiendo, al estilo del jefe de bancada del Parlamento inglés, al que llaman el látigo. Y látigo hay que dar para que cumplamos lo que está pactado.

Diario Criterio: ¿Pero a usted le gusta el látigo o el zurriago? 

H. de la C.: (Risas) Yo creo que, por mi proveniencia del gran país paisa, pues será el zurriago el que tenemos que utilizar.

Diario Criterio: ¿Qué vamos a hacer con el ELN? ¿Usted está de acuerdo con negociar?

H. de la C.: Hay una cosa en la que apoyo a Duque. Después del ataque a la Escuela de Cadetes me parece que tenía que romper la negociación. Eso lo comprendo. El ELN acude demasiado fácil al aventurerismo y a crear situaciones inmanejables. Aparte de que ha sido un grupo con el que se ha negociado mil veces y nunca ha sido fructífero. Pero yo creo eso no se no puede quedar así. No tener política frente al ELN es un error. Lo que estamos viendo en Arauca es un desastre humanitario a ambos lados de la frontera. 

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Otro error de Duque fue ponerse la camiseta de campeón de la lucha contra Maduro, como en una especie de liderazgo continental. ¡Claro que Maduro es un dictador! ¡Y claro que no le conviene a Colombia que él este allá! Pero nosotros nunca debimos decirle a Maduro que le quedan pocas horas. Fue una metida de pata. Ahora las poblaciones en Arauca se encuentran a la mano de Dios. No hay relaciones ni siquiera consulares.

En segundo lugar, estoy acuerdo con Duque en exigir por lo menos la liberación de secuestrados, pero a veces el lenguaje oficial es un poco confuso, porque dicen: “que cesen toda la hostilidad”. ¡Claro que es deseable! Es como el amor a la madre. ¿Quién va a negarlo? Pero eso no es realista. Yo considero que con el ELN sí se debiera abrir por lo menos un canal humanitario, preparando el país para conversaciones.

Diario Criterio: ¿Cómo entiende ese tema de la paz total y de hacerla en 100 días, que plantean por ahí algunos de sus contendores?

H. de la C.: Me parece un chiste. Es imposible. Es no conocer la complejidad de un proceso. Nosotros nos sentamos en La Habana después de una fase secreta y con una agenda por primera vez precisa de seis puntos. Eso nos llevó años. Nosotros habitamos en dos minutos. Yo digo que nosotros estábamos en la tierra y las FARC en marte. Eran dos visiones y la de ellos con una lógica interna. Muchos amigos, me decían: “es mamey para ustedes negociar con unos campesinos ignorantes”. Eso no es así. Las FARC tenían una visión coherente dentro de sí, totalmente contraria y distinta a lo que nosotros pensábamos. Llegar a un acuerdo en el punto uno fue muy difícil. Por eso lo de los 100 días me parece una charada. 

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Diario Criterio: ¿Qué hacer con las disidencias y con el Clan del Golfo? ¿Negociación? ¿Sometimiento? 

H. de la C.: Los grupos criminales ligados al narcotráfico son un karma que le tocó a Colombia y que debemos enfrentar. Esas organizaciones criminales son dañinas en el narcotráfico, o en el lavado de activos, o en la trata de personas. Luego, hay que combatirlas. Lo que pasa es que antes de señalar el tema del sometimiento, que es muy distinto a la negociación política que se hace con las guerrillas, hay que entender qué es lo que hay detrás. Y lo que hay detrás es el narcotráfico que tiene un primer eslabón que son los cultivos. Hemos tenido una política muy ciega de ensañarnos con los cultivos sin abordar el problema de la ilegalidad que alimenta el negocio. Por lo tanto, yo sí creo que la humanidad tiene que abrir caminos distintos para que este tratamiento sea diferente al de la represión y a la ilegalidad.

Humberto de la Calle

Sobre el Partido Liberal

Diario Criterio: Cambiando de tercio, usted siempre ha sido un liberal y una figura del Partido Liberal. ¿Por qué el Partido Liberal dejó de ser opción de poder? ¿Por qué está en la situación de hoy en día? 

H. de la C.: El partido Liberal olvidó sus banderas tradicionales. En el siglo XIX era el adalid de las libertades y de la política social y terminó dedicado a hacer empresas, baronías electorales locales, donde reposa la verdadera autoridad. La verdad es que la conducción del partido está regida más por los barones electorales que por las estructuras institucionales. Esas baronías quieren tener votos no importa para qué. Luego el Partido Liberal ha habido un poco al garete. Por una situación igual pasa el Partido Conservador.

Diario Criterio: ¿Ustedes estarían dispuestos, en el futuro, a tener una alianza o acercamientos con el Partido Liberal?  

H. de la C.: Depende. Eso sería coyuntural y depende para qué. Si es para aquello que nosotros compartimos, por ejemplo, yo reconozco que Cesar Gaviria es una voz que ha tratado de innovar en el tema de la droga y me parece que ahí podemos ponernos de acuerdo. También yo reconozco que, en medio de esta situación, el Partido Liberal sigue firme en la defensa de proceso de paz. Y ahí tenemos un nexo, pero en otras cosas no. La concepción del ejercicio político del Partido Liberal deja mucho que desear. La manera cómo se ha trasladado la autoridad del partido a baronías locales que no tienen una visión progresista, sino que buscan cuidador un rebaño de votos, no la comparto.

Diario Criterio: ¿Cuál es su opinión de César Gaviria como director del partido? ¿Ya debería hacerse a un lado?

H. de la C.: La pregunta era obvia. (Risas). Yo conocí a César Gavia como un portentoso estadista en el año 91 y quiero ratificar eso y reafirmarlo. Allí trabajamos en la Constituyente y en una visión muy completa de país. Yo debo lealtad a eso. Yo nazco a la vida pública ahí. Luego yo no voy a denigrar, aun cuando me invitan a jalarme la lengua para que diga que hay un error y que ha perdido el rumbo. No diré eso. Prefiero mantener la imagen del Gaviria que conocí. Ahora, aun así, sí creo que hay un momento de desgaste. Que un hombre público de ese tamaño lidie con pequeñeces, para mí es un error. Yo creo que debería recuperar su condición de gran estadista histórico. 

Diario Criterio: ¿A quién de otro partido le gustaría tener o fichar en la coalición?

H. de la C.: Yo tengo admiraciones exógenas que, claro, siempre generan discusiones políticas. Creo que Mauricio Cárdenas es un tipo muy importante. Tiene una visión muy clara del comportamiento de la economía. Se le acusa de neoliberal y se dice que él era el instrumentador de Santos. Pero creo que hay gente por fuera con la que debemos contar porque lo que vamos a encontrar en el Congreso son tres fuerzas definidas: la izquierda, desde Petro hasta las expresiones más radicales; en el centro nosotros y unas fuerzas derivadas del Centro Democrático y el conservatismo. Nadie va a tener el predominio. Luego hay que tener la mente adaptada para ir buscando acuerdos en lo que sea pueda acordar sin traicionar los principios. Por ejemplo, yo no le jalo a mezclar la religión y el Estado. Continuar con la política de las prohibiciones que afectan las libertades individuales, tampoco. Pero sí creo que hay escenarios donde vamos a tener que estar obligados a encontrar acuerdos.

Diario Criterio: ¿Qué opina del fenómeno Rodolfo Hernández?

H. de la C.: Sorprendido. Yo no he podido entender bien ese auge. Algunos dicen que es tema de redes sociales. Él recoge un elemento de indignación nacional porque hay exceso de fatiga y de indignación en la gente. Pero los métodos son muy duros. Eso de pegarle a un concejal… Para mí es un experimento desde las ciencias sociales, bastante interesante, pero está subiendo y es un elemento que ha irrumpido y que toda la dirigencia colombiana tiene que evaluar para ver qué es lo que hay allí.

Lo que sí es cierto, es que muestra un deseo de colombianos de romper duro. Es exactamente lo que nosotros no quisiéramos. Cuando combatimos esa personalización de la política, lo hacemos porque creemos en un gobierno colectivo reflexivo, lo que ha sido la civilización occidental en estos tres siglos. Cuando dicen que el centro es tibio, no es cierto, allí es donde se construye el progreso de la humanidad: el genuino Estado de Derecho, con respeto a las libertades y con vocación a la tolerancia y a la inclusión.

Diario Criterio: ¿Cuál es el papel que va a tener el expresidente Santos en la coalición?

H. de la C.: Yo creo que él es un premio Nobel y debe estar por fuera de la política. Con la coalición no hay ninguna relación.

Diario Criterio: ¿Por qué los colombianos deberían de votar por usted?

H. de la C.: Para reafirmar. Yo creo que sí puedo jugar como una especie de guardián, ser un muro de contención, estar alerta. Tengo experiencia en esto. También soy capaz de conciliar y de buscar acuerdos y encuentros que Colombia los van a necesitar. Me parece que aquí hay que enfriar la política. Ponerle más razón y menos emoción y furia. En mi caso puedo mostrar hoja de vida y experiencia. Algunos dicen que estoy viejo, yo me siento muy vigoroso. El tema no es la vejez. Yo tengo el cerebro mucho más vivo y juvenil que muchos de mis detractores.

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