Huracán Julia “dejó daños leves” en San Andrés, pero la tormenta incomunicó la Alta Guajira
El paso de la tormenta tropical Julia, que anoche se convirtió en huracán al llegar al norte de la isla, dejó más de un centenar de viviendas averiadas. Mientras tanto, la Alta Guajira corre el riesgo de sufrir desabastecimiento.
Después de que las autoridades locales declararan toque de queda y calamidad pública en la costa caribe colombiana desde el sábado 8 de octubre, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) y el presidente de la República, Gustavo Petro, declararon que “el paso del huracán por San Andrés dejó daños leves. Dos lesionados, dos viviendas destruidas, 101 averiadas. Su paso por Providencia fue más leve“.
Sin embargo, el nivel de alerta se mantiene en tanto la influencia del fenómeno natural continúe sobre la región.
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Al mismo tiempo, el primer mandatario indicó que las operaciones iniciarán el transporte de ayudas humanitarias para los afectados una vez las condiciones aéreas sean favorables.
Cuando terminaba la tarde del sábado, a medida que la tormenta tropical se acercaba a la isla de San Andrés y se convertía en un huracán categoría uno, varias zonas se quedaron sin servicio de energía cuando los vientos de 120 kilómetros por hora derribaron algunas torres eléctricas, mientras funcionarios de la Armada Nacional y la Ungrd ayudaban a raizales e isleños a resguardarse en zonas seguras.
Aunque los vientos han disminuido en el archipiélago, autoridades climáticas prevén que sigan azotando las islas, al menos, por cinco días más, por lo cual el presidente Petro indicó a la infraestructura hotelera refugiar a los residentes en riesgo.
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En la madrugada de este domingo 9 de octubre, el huracán, que se mantiene en categoría uno, ha tocado tierra nicaragüense con vientos sostenidos de 140 kilómetros por hora, además de amenazar la costa pacífica de Honduras, El Salvador y Guatemala. Las autoridades de Nicaragua han evacuado a miles de personas.
Alta Guajira, en riesgo de desabastecimiento
El sábado, la tormenta tropical se convirtió en huracán poco antes de llegar al norte del archipiélago de San Andrés y Providencia, hacia las cinco y media de la tarde, y con vientos que alcanzaron los 110 kilómetros por hora, pero sus efectos no alcanzaron los temidos al declararse la alerta máxima.
Sin embargo, desde el jueves 6 de octubre, los coletazos de la entonces tormenta tropical ya dejaban estragos en el norte de La Guajira, donde, para el domingo, se reportan 22.000 personas damnificadas debido a los daños en sus viviendas, los caminos y extensas inundaciones.
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Entre las regiones más afectadas están los municipios de la Alta Guajira, especialmente Maicao, Uribia, Manaure y la capital del departamento, Rioacha. En estas zonas, los vientos levantaron los techos de al menos 150 casas, y las inundaciones han dejado incomunicada por tierra, mar y aire sobre todo a la población indígena.
En el municipio de Uribia, la población quedó incomunicada después de que los vientos derribaran una torre de alta tensión.
Los wayú afectados piden ayuda urgente al Gobierno nacional para atender a la población en la Alta Guajira, región con una infraestructura históricamente precaria que no sobrevivió los estragos de esta tormenta tropical y que ponen en riesgo las necesidades básicas de sus habitantes.
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Huracán Julia, el segundo del año
Julia es el segundo huracán de la temporada 2022 en el Caribe centroamericano, luego de que, en julio, Bonnie, de categoría dos, atravesó el sur de Nicaragua hasta salir al Pacífico, dejando al menos tres muertos y cuantiosos daños materiales.
En el archipiélago colombiano, el fenómeno natural produjo una alerta máxima, pero no causó los daños temidos cuando la alerta fue emitida.
En noviembre del 2020, tras el paso del huracán Iota, Providencia y Santa Catalina —a diferencia de San Andrés— terminaron devastadas, hubo dos personas muertas, varios heridos y cientos de damnificados. En época de confinamientos, Iota encontró un archipiélago vulnerable que depende casi exclusivamente del turismo.
Iota se sumó al huracán Eta que, 15 días antes del paso del primero, obligó a las autoridades locales a declarar calamidad pública en el archipiélago. Cifras de la Gobernación hablaban de 3.000 millones de pesos en daños materiales y unas 40 familias damnificadas.
La comunidad puede comunicarse con las siguientes líneas de atención:
Línea nacional de emergencias: 123
Bomberos, Guajira: 605 7276660. Celular: 3007330999
Bomberos, línea nacional: 119.
Gestión del Riesgo: 01 8000 113 200.
Emergencias de la Defensa Civil: 144.
Ideam: 018000 110 012.
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