El verdadero costo de tener las zonas rurales sin internet, la otra cara del debate MinTIC
La inasistencia escolar en la ruralidad colombiana aumentó más del 25 por ciento en 2020, según la última Encuesta de Calidad de Vida realizada por el DANE. Para los expertos, se trata de una situación preocupante que surgió con la pandemia, el cierre de colegios y el aumento de la brecha digital.
Por estos días, el debate sobre la conectividad en las zonas rurales y los centros poblados del país está más encendido que nunca. El escándalo por la supuesta corrupción en el contrato del Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) que buscaba llevar internet a más de 7.000 escuelas en zonas apartadas ha generado muchas reacciones, pero sobre todo indignación por la situación de cientos de miles de niños, niñas y adolescentes que hoy no tienen cómo estudiar.
A esta polémica se sumaron los recientes datos publicados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que midió, entre otras cosas, el acceso de los colombianos a internet y la inasistencia escolar, así como su impacto en los indicadores de pobreza multidimensional.
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Aunque la inasistencia creció de manera general en todo el país, pasando de 2,7 por ciento en 2019 a 16,4 por ciento en 2020, el impacto más fuerte se registró en las regiones. Mientras en 2019, solo el 4,8 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que viven en zonas rurales no iban al colegio, en 2020 esa cifra se elevó a 30,1 por ciento.
Para el DANE, esto impacta directamente en la pobreza multidimensional. La inasistencia escolar, junto a otros indicadores como el trabajo infantil, el trabajo informal y el hacinamiento, hacen parte de los factores utilizados por la entidad para medir dicho índice.
Los datos del Ministerio de Educación hablan de 243.801 estudiantes que desertaron del sector oficial y no oficial en 2020. Esta cifra está marcada por los efectos de la desigualdad en Colombia, pues la mayoría de estos estudiantes hacen parte de familias con bajos recursos o que viven en zonas apartadas sin acceso a internet.
Vaupés, Amazonas, Vichada, Chocó y La Guajira son los departamentos más afectados por la inasistencia. Juan Daniel Oviedo, director del DANE, explicó que las cifras demuestran que al menos uno de las niñas, niños y jóvenes entre 6 y 16 años, que hacen parte de un hogar, no acceden a la educación.
En este panorama, varias voces de oposición al Gobierno se refirieron a las cifras, especialmente para utilizarlas en el debate de moción de censura que adelanta la Cámara de Representantes contra la ministra de las TIC, Karen Abudinen. Todo esto en medio del escándalo por la aparente pérdida de un anticipo de setenta mil millones de pesos.
“Lo grave no es solamente el tema del dinero, sino que durante estos tres años han dejado por lo menos a 15.000 sedes educativas, por las falencias de estructuración del proceso para reemplazar los kioscos Vive Digital, sin acceso a internet y sin acceso a educación”, dijo la representante Juanita Goebertus en la moción de censura.
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Inasistencia escolar y brecha digital
Varios investigadores señalan que en el país existen tres brechas importantes cuando se trata de acceso a internet: desigualdad en acceso, uso y calidad de recursos como internet y otras nuevas tecnologías.
Según el Ministerio de las TIC, del total de matriculados en colegios y escuelas del país, solo el 67 por ciento de los estudiantes de 15 años tienen conexión a internet, 62 por ciento un computador y 29 por ciento un software educativo especializado. Esta situación deja a Colombia en uno de los peores lugares en materia de acceso a herramientas digitales en la región, pues es superado por Brasil, Chile, Panamá, México, Costa Rica, entre otros.
Según el DANE, mientras que, en 2020, el 66,6 por ciento de los hogares de las cabeceras municipales contaban con acceso a internet, en los centros poblados y zonas rurales dispersas tan solo 23,9 por ciento tenían el servicio. “Vaupés, con el 3,1 por ciento, fue el departamento con el menor porcentaje de hogares que accedían a internet”, señala la entidad.
Cabe señalar que este problema de brecha digital aumenta con las fallas en el acceso a otros servicios públicos. En Guaviare, por ejemplo, los estudiantes sufren la falta de internet y de luz eléctrica.
“En el municipio de Miraflores fue imposible ejecutar los recursos de conectividad porque allí solo hay electricidad unas horas al día, por medio de una planta. Se instalaron los aparatos, pero todos se quemaron”, dijo a Diario Criterio Alexandra Rayo, secretaria de Educación.
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Por esta razón, especialistas insisten en que la virtualidad no puede ser una opción y que es urgente el regreso a clases presenciales, “El cierre de colegios tiene efectos devastadores e implica rezago académico y de socialización”, dice un estudio de la Universidad de los Andes.
Por lo menos el 59,1 por ciento de los niños, niñas y adolescentes entre 6 y 16 años asegura que, con la llegada de la pandemia, ha visto un deterioro en la calidad de su educación.
Luz Karime Abadía, codirectora del Laboratorio de la Economía de la Educación (LEE), de la Universidad Javeriana, le dijo a Diario Criterio que “la educación remota no está siendo efectiva, pues algunos estudiantes, padres de familia y docentes no están preparados para procesos de enseñanza y aprendizajes remotos, los cuales exigen tener acceso a herramientas tecnológicas y contar docentes preparados”.
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