Informantes de DEA y FBI, nuevo ingrediente en la trama de Haití
La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) le confirmó a CNN que unos de sus informantes hace parte de los hombres arrestados por el magnicidio de Moïse.
“(…) uno de los sospechosos del asesinato del presidente haitiano, Jovenel Moïse, era una fuente confidencial de la DEA”, dice la agencia norteamericana.
Después de la muerte de Moïse, el hombre se comunicó con sus contactos en la DEA. “Un funcionario de la DEA asignado a Haití instó al sospechoso a entregarse a las autoridades locales”, añade la agencia.
En contexto: Más preguntas que respuestas: las hipótesis internacionales sobre colombianos en magnicidio de Haití
Finalmente, ese mismo funcionario y otro del Departamento de Justicia le dieron información al Gobierno de Haití que sirvió para detener al informante y a otra persona.
La DEA, según CNN, negó estar involucrada con el plan para asesinar al presidente y dijo que “ninguno de los atacantes operaba en nombre de la agencia”. Esto en respuesta a lo que dijo uno de los jueces del caso: que el comando que asaltó la casa de Moïse gritó “Operación de la DEA” antes de cometer el magnicidio.
Pero ese no sería el único informante involucrado. De acuerdo con CNN, otros de los sospechosos habían sido fuentes del FBI. El FBI, dice la cadena, se negó a dar información sobre el tema, aunque dijo que usa “fuentes legales para recopilar inteligencia”.
El supuesto autor intelectual
El domingo pasado las autoridades anunciaron la captura de Christian Emmanuel Sanon, un médico residente en Florida. Según el director general de la Policía de Haití, Léon Charles, Sanon fue la primera persona a la que llamaron los atacantes cuando los uniformados los capturaron.
Sanon, supuestamente, contactó a una empresa de seguridad con sede en Miami para contratar a cuatro colombianos para su seguridad personal, aseguró Charles. A principios de junio, el médico llegó a Haití en un vuelo privado y en compañía de los colombianos. Sin embargo, ya en Haití la misión cambió y Sanon indicó que ahora debían arrestar al presidente.
“Cuando llegan a Haití les pidieron que contactaran a 22 colombianos más y les dijeron que el trabajo era arrestar y matar al presidente de Haití”, relató Pierre Mathias, ministro encargado de Asuntos Electorales de Haití, a La FM.
De acuerdo con el director de la Policía, Sanon tenía en su residencia gorras de la DEA cuando lo capturaron.
Por su parte, Mathias aseguró que el médico “está conectado” con mucha gente en Haití que quería ver muerto al presidente.
Esta versión contradice lo que dijo el exsenador opositor Steven Benoit. La hipótesis de Benoit es que los colombianos fueron engañados y que incluso trataron de auxiliar a la primera dama. También decía que los miembros de la guardia presidencial podrían estar involucrados pues ninguno resultó herido durante el ataque pese a que las autoridades encontraron muchos casquillos y el presidente tenía unos 12 orificios de bala.
Pero la hipótesis de Benoit sufrió un revés por el audio de la primera dama Martine Moïse en el que decía que los asesinos de su esposo estaban en prisión. Esto parecía descartar que los colombianos presos por el magnicidio no estuvieran involucrados.
El jefe de seguridad del presidente, ¿pieza clave en el caso?
En todo caso, Benoit planteó un asunto que aún no se resuelve: si el ataque fue tan violento, ¿por qué su equipo de seguridad salió ileso? Pues bien, las dudas al respecto aumentaron cuando se supo que Dimitri Hérard, jefe de seguridad de la casa presidencial, viajó al menos seis veces a Colombia, desde enero de este año, para hacer tránsito hacia Ecuador, Panamá y República Dominicana.
Hérard “estuvo no solamente de tránsito, sino un par de días en Colombia”, explicó el general Jorge Vargas, director de la Policía Nacional.
Uno de esos viajes se hizo a finales de mayo. El oficial viajó a Bogotá y estuvo en Quito dos días. Volvió a Colombia el pasado 29 de mayo y de allí se desplazó a República Dominicana. Estas fechas coinciden con las del regreso de Sanon a Haití e incluso con los viajes de algunos colombianos.
El general Vargas también reveló que CTU, una empresa con sede en Maimi, compró, presuntamente, 19 tiquetes aéreos para viajes Bogotá-Santo Domingo. Además, hay registros de comunicaciones entre CTU, dos de los colombianos detenidos y uno de los haitiano-estadounidenses involucrados en el caso.
James Solages y Joseph Vincent, cabe recordarlo, son los dos haitianos capturados por el magnicidio. Ambos le aseguraron a un juez habían sido contratados como traductores y que “la misión era arrestar” a Moïse, no matarlo. Se presume que uno de ellos es el informante de la DEA que se entregó a la justicia.
CTU, la empresa que contrató a los colombianos
El venezolano Antonio Enmanuel Intriago Valera aparece como director de la compañía. CTU está registrada en la Florida desde 2019 como Counter Terrorist Unit Federal Academy LLC, explica el Nuevo Herald. “No está claro si sabían o creían que los líderes de la CTU estaban al tanto del complot de asesinato”, añade el diario.
Por su parte, los colombianos detenidos aseguraron que CTU los contrató para brindar seguridad a personas importantes en Haití y que les pagaban 3.000 dólares al mes, revela el Nuevo Herald con base en sus fuentes en Haití.
Joseph Vincent dijo que desde hace seis meses estaba en Haití y James Solages aseguró que llegó a ese país desde hace un mes, según lo que ha contado a distintos medios el juez Clément Noël. Ninguno quiso decir quién los contrató, dijo Noël al Herald.
Por otro lado, Solages agregó que “los mercenarios habían estado en Haití durante unos tres meses“. Esto coincide con lo que informa el Nuevo Herald: que varios de los detenidos “indicaron que habían estado en Haití durante al menos tres meses, algunos de ellos por más tiempo”.
Todo esto, sin embargo, aún no aclara el panorama sobre lo ocurrido en Haití. Falta aclarar los viajes del jefe de seguridad de Moïse y si es cierto que los colombianos detenidos no sabían para qué los habían contratado. También hay que establecer si hubo otros políticos interesados en atentar contra el presidente, como lo aseguró el jefe policial Leon Charles.
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