Irene Vallejo: Tras las huellas del junco

Irene Vallejo, autora del libro ‘El Infinito en un junco’ elige contar la historia del libro, no como un denso texto académico sino como un fascinante relato épico.

Por Luis Fernado Afanador*

Por fortuna, nadie sabe a ciencia cierta a qué se debe el éxito de un libro. Si alguien nos hubiera dicho que un ensayo de una filóloga sobre la historia del libro llegaría a ser un best seller mundial, no lo hubiéramos creído. Pero sucedió, felizmente sucedió. Y, pasados ya casi tres años desde la publicación de El infinito en un junco, de Irene Vallejo, vale la pena intentar una explicación.

Entrevista con Irene Vallejo durante el Hay Festival Cartagena, 2022

Desde luego hay razones intrínsecas y hay otras que tienen que ver con la coyuntura histórica y cultural. Sobre las primeras, hay una que es evidente y aparece desde el primer párrafo: hombres de a caballo recorren los caminos de Grecia, escalan montañas, cruzan valles y sortean peligros en busca de libros. Irene Vallejo, elige contar la historia del libro, no como un denso texto académico sino como un fascinante relato épico. La biblioteca de Alejandría, los Ptolomeos, Grecia y Roma, y las peripecias de la escritura a través de sus diferentes formatos: la piedra, el barro, la madera, el metal, el papiro, el pergamino y el papel, hasta llegar finalmente a esa maravillosa invención, el libro, que ahora ha buscado trascender, también, a través de la luz: los e-books. Nada menos que una batalla contra los enemigos más poderosos del ser humano: la destrucción, la fugacidad, el olvido. 

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Hay otra razón intrínseca que se aprecia rápidamente: sus permanentes alusiones a películas, a novelas y a poemas contemporáneos. No es común que, en una obra sobre temas de cultura clásica, de repente aparezca una referencia a Clint Eastwood y a Tarantino: “Apolonio de Rodas, nostálgico bibliotecario de Alejandría, homenajeó la épica antigua en su poema sobre las aventuras de Jasón y los Argonautas. Los cinéfilos de hoy descubrirán la misma tensión en el western crepuscular Sin perdón de Clint Eastwood, frente a la sonrisa iconoclasta e irónica de Tarantino dinamitando el género en Django desencadenado. El chiste y la melancolía convivían en una amalgama que resulta muy reconocible en nuestros días”.

El infinito en un junco - Irene Vallejo
Irene Vallejo – Foto Santiago Basallo

Las citas de novelas de Irene Vallejo son igualmente pertinentes y abundan. Me quedo con la que hace de Austerlitz, de W. G. Sebald, porque, además, me parece una lúcida interpretación de esa compleja obra. El verdadero erudito es el que es capaz de relacionar todo con todo, la alta cultura con la cultura popular, la historia con el presente. 

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Hay más. Irene Vallejo hace alusiones a su cotidianidad, a su casa, a su hijo, a sus traumas, a su biblioteca personal. Nos cuenta de sus visitas a la Biblioteca Bodleiana, en Oxford; a la Biblioteca Riccardiana, en Florencia. Es autorreferencial, algo prohibido en los ensayos ´rigurosos´.

Recuerdo que, en 2020, poco antes del confinamiento, apenas llegó la edición impresa de El infinito en un junco –había empezado a leerlo en e-book pero sentí la necesidad de leerlo en papel–, me encontré en una librería con un conocido editor, quien dijo: “Es un buen ensayo pero tiene demasiadas referencias personales”. Lo que para mí era una virtud, para él era un defecto. Simplemente, habría que recordar que el ensayo, ese género moderno inventado por Michel de Montaigne, rebosa subjetividad: “Quiero que se me vea en mi forma simple, natural y ordinaria, sin contención ni artificio, pues yo soy el objeto de mi libro”. 

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Sobre las razones que tienen que ver con la coyuntura histórica y cultural, solo diré: mucho nos han amenazado con la desaparición del libro e Irene Vallejo viene a decirnos que los libros sobrevivirán, no importa el formato. Un mensaje sencillo y esperanzador para estos tiempos oscuros. 

*Crítico literario.

9 Comentarios

  1. La historia del libro,estaba pendiente de ser contada. Irene Vallejo no solo la cuenta,sino que le puso encanto y belleza.El comentario de Fernando tiene la fuerza de quien ama y vive por los libros. Es como quien se deleita con un postre.

  2. Exactamente, estoy de acuerdo con vosotros. Es un libro para paladear, para saborear el placer de la lectura. De hecho, iba retrasando su lectura para que me durase más.. Jajaja

    1. Después de Umberto Eco, viene Irene Vallejo.
      El libro ha encontrado quien lo defienda en tiempos de tristeza generalizada, ha podido demostrar que sigue vivo y acompañándonos; antes, ahora y siempre.

    2. Es sensacional.Tiene emoción a pesar de que conozcamos los hechos, nos da mas instrucción sobre algo ya sabido Con sus detalles actuales nos infunde intimidad entre ella y,nos, los lectores. Siempre recordaré lo bien que ha transmitido el aprecio a la historia y a los libros

      1. Compré El infinito en un Junco, en 2020 cuando empezaba el confinamiento. La mejor compañía! Un libro memorable. Está hecho con esa hondura de emociones como las que inspira, Memorias de Adriano de Yourcenar, o José y sus hermanos de Thomas Mann. Irene, no alcanzas a imaginar el regalo que nos has hecho a quienes amamos los libros.

    3. Hermoso libro, que ya se ha convertido en imprescindible.
      A mi también me pasó que iba retrasando la lectura, dejando “descansar el libro” para que no se me terminara.

  3. El infinito en un junco lo descubrí en abril de 2020. Me llegó de España, y se ha convertido en esa caja de chocolate exquisito que se saborea lentamente para disfrutarlo. Es una delicia !!

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